BeigeKathy BiescheMarke - Queer. La guía LGBT para adolescentes

PREFACIO

H ace algunos años, en nuestra etapa de crecimiento, el mundo era un lugar muy diferente. Nosotros no conocíamos a otras personas, jóvenes o adultos, con una preferencia sexual diferente; muchas personas se sentían obligadas a vivir en el clóset. Por supuesto había rumores, como aquel de los dos chicos góticos que pasaban cada momento del día juntos, o sobre la supuesta relación del entrenador del gimnasio, el señor Mason, con el maestro de ciencias, el señor Lewis. Pero la mayoría de las personas no lo declaraba de manera abierta tal como sucede hoy en día. Palabras como gay o queer eran, por lo general, insultos, y el ocasional chico valiente que se atrevía a llevar a su pareja del mismo sexo al baile de graduación se convertía, casi siempre, en noticia. (¡En algunos lugares del mundo aún es así!)

Pero ambos salimos adelante, con un poco de suerte y mucho orgullo. Hemos descubierto amigos y parejas como nosotros; e hicimos una carrera como escritores dedicados a enseñar al mundo lo fabuloso que es ser gay. Claro que nuestros caminos no estuvieron exentos de obstáculos y hemos tenido que lidiar con una buena cuota de confusión y decepción. Pero era imposible dejar de ser quienes somos y nunca nos dimos por vencidos al perseguir nuestros sueños.

Ser un adolescente diferente, o que se cuestiona su diferencia, tiene sus altibajos. Es preciso lidiar con salir del clóset, buscar aceptación dentro de una comunidad, salir con otras personas dentro de un grupo muy cerrado y enfrentar la discriminación de personas que simplemente no lo entienden. Pero si tú eres un adolescente hoy en día, existen muchas razones para estar entusiasmado. Día con día los adolescentes asumen su homosexualidad cada vez más jóvenes, pelean por los derechos de su comunidad, emprenden alianzas entre homosexuales y heterosexuales y, sobre todo, discuten entre ellos sobre el significado de ser gay, heterosexual, bisexual o transgénero. Eres parte de una generación de jóvenes sin miedo a la diferencia, y este libro lo escribimos para ti.

En las páginas siguientes encontrarás una discusión sobre lo que significa ser LGBT, y orientación sobre los diferentes momentos para salir del clóset, cómo hacer amigos y enfrentar a personas intolerantes y tips para ligar. También presentamos algunas historias divertidas (y otras no tanto) acerca de nuestras propias experiencias al revelar nuestras preferencias; y compartimos una breve introducción al mundo del arte, del humor y de la historia que nos han legado nuestros padres y madres en el movimiento LGBT. Tu vida puede ser muy excitante y estás a un paso de descubrir por qué.

Sea que estés seguro de tu preferencia, sea que tengas dudas acerca de ella, sea que simplemente quieres saber algo más, este libro es el boleto hacia un mundo repleto de los colores del arcoíris.

—Kathy Belge and Marke Bieschke

Si estás en la adolescencia , seguramente tienes mucho por digerir: la escuela, la familia, problemas sociales, cambios corporales y hasta cómo evitar que ese pariente tuyo que siempre huele a cebolla se siga sentando a tu lado en las reuniones familiares. Y por si fuera poca cosa, algunos deben enfrentar un asunto adicional: la posibilidad (o la realidad) de ser diferente. Llegar a esta conclusión no es en definitiva nada malo, pero puede lanzarte cuesta abajo por un tobogán.

Para entender mejor qué es lo que ocurre será necesario que dediques algo de tiempo a la introspección. Eso no significa observar tu ombligo, examinar el Universo, reflexionar sobre la existencia de Dios, ni cuestionarte qué es lo siguiente que vestirá Lady GaGa (aunque si algo de eso te sirve, pues adelante). En realidad se trata de explorar un poco tu alma.

Muchos adolescentes (¡todos!) tienen dudas acerca de su sexualidad, pues no siempre es algo claro desde el principio. ¿Alguna vez te has preguntado algo como esto?

Soy una chica y tengo novio, pero fantaseo con besar a mi mejor amiga ¿Significa eso que soy bisexual?

Creo que cualquier persona puede parecer sexy sin importar su sexo. ¿Entonces qué soy?

Soy una chica pero me siento como hombre. ¿Eso significa que soy transgénero?

Soy un chico pero sueño constantemente con el hermano de mi novia. ¿Soy gay?

Si te ha ocurrido, seguramente te gustaría tener las respuestas. Pues tengo buenas noticias: no es preciso que tengas una respuesta hoy mismo. Y hay más: no importa cuál sea tu respuesta, pues esa será la correcta. Ser homosexual o heterosexual no define quién eres como persona. No sirve para saber si eres una buena persona o un patán, ni para elegir estudiar ballet o unirte al equipo de futbol. Se trata tan solo de hacia quién te sientes atraído y, en el caso de las personas transgénero, qué género elegirás para vivir. Cualquier respuesta será la correcta, y también será correcto si esa respuesta cambia con el tiempo. Todo ello está bien.

Una persona LGBT es aquella que se identifica como miembro de la comunidad LGBT. Es decir, que consideras que eres lesbiana, gay, bisexual o transgénero. A continuación te presentamos una breve explicación.

Se trata de mujeres que sienten atracción sexual y emocional hacia otras mujeres. La poetisa griega Safo, quien vivió durante los siglos seis y siete a.C., escribió acerca del amor hacia otras mujeres. Nació en la isla de Lesbos, y es a partir de ahí que se origina el término lesbianismo.

No existe una lesbiana “típica”. Algunas lesbianas se consideran a sí mismas marimachos o Butch, es decir que se expresan de una manera que la sociedad considera masculina. Estas lesbianas se sienten más cómodas usando ropa de hombre, les atraen los deportes agresivos (o de contacto), se interesan por trabajos considerados tradicionalmente como de hombres, y pueden ser el miembro caballeroso en la pareja. Por otra parte están las lesbianas de lápiz labial (lipstick o Femmes), quienes por lo general se visten de manera femenina, utilizan maquillaje y el cabello largo y disfrutan más de actividades asociadas a las mujeres, tales como ir de compras o la decoración.

Obviamente no todas las marimachas trabajan en la construcción, ni todas sus contrapartes utilizan lápiz labial. Existen algunas que han adoptado el término futch (una combinación de las palabras femme y butch en inglés); otras se denominan blue jean femmes (una femme que no usa vestidos); y otras más soft buches (pues se consideran de línea más sutil que las butch