OCU Ediciones - La luz. Entender la factura, elegir la mejor tarifa, ahorrar dinero

La luz. Entender la factura, elegir la mejor tarifa, ahorrar dinero

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Coordinación editorial: Genara González Alonso

ISBN: 978-84-17349-52-3

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INTRODUCCIÓN

Es habitual presentar la factura de la luz como un gigante monstruoso, ininteligible para el común de los mortales y casi responsable de todos nuestros males energéticos.

Lo que debería ser el documento que nos orienta sobre nuestros consumos y sus variaciones en el tiempo, nos informa de la tarifa que estamos pagando en cada momento y, por lo tanto, nos sirve de referencia para comparar y buscar nuevas oportunidades tarifarias, se percibe como un documento oscuro, no abordable.

La realidad es que la facturación del suministro eléctrico no difiere mucho de otros servicios, como el de las telecomunicaciones, y las grandes dificultades para entenderla, que se repiten como un mantra, no son más que el reflejo de los problemas que los consumidores tenemos para comprender los importantes cambios que han surgido en el servicio energético: liberalización, comercializadores de referencia, distribuidora, peajes, PVPC, mercado mayorista, etc., todos ellos términos que oímos pero que no nos han explicado de forma adecuada y nos dificultan considerablemente la comprensión de todo.

Entender este nuevo mercado energético es el primer paso para saber interpretar la factura de la luz y, por lo tanto, para saber enfrentarnos a la nueva oferta de servicios energéticos que ya tenemos a nuestra disposición.

Con esta guía, no solo queremos que sepa interpretar su factura de la luz; también queremos que conozca los aspectos indispensables que le ayuden a contratar la tarifa que mejor se ajuste a sus necesidades o a saber identificar las tarifas trampa con las que la publicidad y los comerciales con pocos escrúpulos nos abordan, así como darle algunos consejos para que ahorre energía y dinero. De esta forma, podrá contar siempre con el mejor servicio energético y al mejor precio posible.

QUIÉN ES QUIÉN EN EL MERCADO ELÉCTRICO

La liberación del mercado energético trajo importantes cambios, sobre todo, desde el punto de vista del consumidor. Mientras algunos piensan que no se debe confundir al consumidor con información compleja, en OCU creemos que la complejidad solo es resultado del desconocimiento.

Tradicionalmente la energía eléctrica, al igual que otro tipo de suministros, como el del gas, agua, telecomunicaciones, gasolina, etc., se ofrecía en régimen de monopolio. Cada territorio tenía asignada una compañía eléctrica que se encargaba de generar electricidad, realizar los tendidos eléctricos y llevar la electricidad hasta cada vivienda y cobrarla a cada uno de los clientes. Al ser en régimen de monopolio, todo el proceso estaba regulado con unas tarifas oficiales que la administración revisaba periódicamente.

Uno de los cambios más importantes que trajo la liberalización del mercado energético fue la obligación de que las diferentes áreas de negocio de este sector fueran fragmentadas, permitiendo la competencia allí donde se consideró que era posible.

Así, donde el consumidor solo veía “su compañía eléctrica”, aparecieron nuevas figuras que han convertido el Quién es Quién de este sector en un galimatías difícil de entender. Sin embargo, desde OCU creemos que toda esta complejidad es el resultado del desconocimiento.

Saber quién es quién y en qué medida le afecta al consumidor o cliente del sector es el primer paso para gestionar correctamente el sector eléctrico. Desde cómo se genera hasta cómo llega a nuestros hogares, lo cierto es que los usuarios solemos desconocer ciertos aspectos del suministro eléctrico, especialmente la diferencia entre la distribuidora y la comercializadora. Conocer bien el papel de cada una es imprescindible para resolver muchos problemas relacionados con la luz.

Pero empecemos por el principio: ¿Cómo se genera la energía eléctrica?

Los productores o generadores son los encargados de producir la energía eléctrica que consumimos. Esta energía se obtiene a partir de diferentes tecnologías, cada una de ellas con sus ventajas e inconvenientes. Aquí entra en juego el mix energético, que es el nombre con el que se hace referencia al origen de la energía producida en un país, y que varía mucho de un país a otro, además de que puede ir modificándose lentamente con el tiempo.

Dichas diferencias se deben a las oportunidades geográficas que tiene cada país (saltos de agua para energía hidroeléctrica, reservas de carbón o de combustibles fósiles, etc.), pero también, y de forma muy importante, a las estrategias políticas que cada uno decida desarrollar. Producir energía eléctrica supone casi siempre fortísimas inversiones económicas, amortizables solo a muy largo plazo, por lo que la apuesta por uno u otro mix energético ha requerido de una planificación por parte de los estados.

Son muchas las empresas que generan electricidad, desde pequeños saltos de agua o pequeñas instalaciones fotovoltaicas a centrales nucleares, aunque una parte importante de la generación está en manos de los grandes grupos eléctricos (Iberdrola, Endesa, Naturgy...), que cuentan con instalaciones en todo tipo de tecnologías de generación.

Sin embargo, la característica común de toda la generación eléctrica y que la convierte en un sector tan especial es que la energía eléctrica no se puede almacenar (o solo se puede hacer de forma indirecta y en cantidades muy limitadas), por lo que alguien debe decidir con antelación cuánta electricidad hay que producir cada hora y cada día para cubrir la demanda de energía prevista. Ese alguien es Red Eléctrica de España ( www.ree.es ), que, entre otras cosas, estima la energía que se va a consumir, con una antelación de 24 horas y con un margen suficiente para que no haya problemas tanto si finalmente se consume algo menos, como si la demanda real es algo mayor.