Aprende rápidamente
idiomas
Roberto Tresoldi
Aprende
r ápidamente
idiomas
Consejos y ejercicios para entender,
leer y hablar
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. DE VECCHI EDICIONES, S. A.
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¿Es difícil aprender un idioma extranjero?
Sí… bueno, ¡quizá no!
Traducciónde J. Lalarri Estiva.
Fotografía de la cubierta: ©Istockphoto.com/Jeremy Edwards/graphixel/ Graeme Purdy/naphtalina/archives/FernandoSánchez.
© De Vecchi Ediciones, S. A. 2012
Avda. Diagonal, 519-521 - 08029 Barcelona
Depósito legal: B. 28.179-2012
ISBN: 978-84-315-5465-1
Editorial De Vecchi, S. A. de C. V.
Nogal, 16 Col. Sta. María Ribera
06400 Delegación Cuauhtémoc
México
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o trasmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación, sin permiso escrito de DE VECCHI EDICIONES.
Introducción
Un número creciente de personas se pregunta, cada día que pasa, qué debe hacer para aprender correctamente —incluso a nivel profesional— uno o más idiomas extranjeros. Se trata de una cuestión difícil de responder y que siempre ha resultado incómoda para aquellas personas que ya hablan diferentes idiomas. De la misma manera que quien ha aprendido a hacer bien un trabajo o a desempeñar con solvencia una profesión, alcanzando un cierto nivel, olvida el esfuerzo de tantos años, igualmente quien habla varios idiomas tiende a olvidar las horas de estudio y el esfuerzo que le costó conseguirlo: hablar con soltura y precisión parece tan sencillo y natural como conducir un coche, ir en bicicleta o escribir con un teclado. Pero sabemos que no es así: ¡cuántas dificultades para moverse entre el denso tráfico urbano!, ¡cuántas caídas antes de aprender a ir en bicicleta!, y no digamos ya para dominar el teclado (todavía hay muchas personas que sólo son capaces de utilizar dos dedos, en lugar de escribir con los diez de ambas manos…). Es fácil, por tanto, entender que después de haber estudiado algunos idiomas con los métodos tradicionales —aquellos que, para entendernos, se siguen en los centros académicos— muchos se empiecen a replantear el recorrido realizado, intentando aislar los principios fundamentales que favorecen el aprendizaje y también los que, en cambio, lo ralentizan. Cada uno intenta, en el fondo, descubrir algún mecanismo interior, alguna estrategia que pueda hacerle más llevadero el trabajo de aprendizaje.
Después de haber identificado algunos de estos principios y compararlos con todo lo que se ha avanzado en la universidad en temas de investigación psicológica y de lingüística general, creemos estar en condiciones de presentar un método válido para hacer más eficaz y rápido el aprendizaje de un idioma. De esta forma los lectores podrán aprender —igual que ya lo han logrado otras personas que han seguido estas sencillas sugerencias— más rápidamente nuevos idiomas. Este método podría ser definido como holístico, porque se basa en una implicación absoluta de la persona y del entorno en el que esta debe moverse, con el fin de utilizar todos los instrumentos que la naturaleza y la técnica ponen a su disposición. El que aquí proponemos es un método que, más allá de basarse en algunas consideraciones de tipo científico (obtenidas precisamente de la psicología), debe mucho también al sentido común y a la experiencia personal.
Cómo utilizar este libro
Conocer algún idioma extranjero es, hoy día, importante para muchas personas, sea cual sea su preparación académica y su nivel profesional. Para el empleado que debe leer correos y documentos en el desempeño de su trabajo, para quienes deben relacionarse con extranjeros —tanto por escrito como en conversación telefónica o presencial—, para el directivo que viaja constantemente por todo el mundo, el estudiante que prepara un examen, el jubilado que disfruta de un viaje al extranjero por cuestiones culturales o por turismo… Para todos, en definitiva, porque no hay persona que no pueda obtener ventajas de este método sencillo y claro, pero serio y riguroso, que ofrece prácticos consejos para el aprendizaje de los idiomas. En esta obra el método se presenta dividido en nueve capítulos, compuestos de una parte teórica y de una parte práctica acompañada de consejos y sugerencias, además de algunos ejercicios; aunque no es indispensable que el lector siga el orden en el que aparecen los capítulos en el libro, sí que es, al menos, aconsejable; sin embargo, no sería bueno pasar a otros capítulos antes de haber leído con atención el segundo, porque este resulta fundamental para conseguir el objetivo buscado: aprender un idioma extranjero.
El método presentado en este libro se basa especialmente en la diferente capacidad de memorización, y de forma muy particular en la utilización de la memoria sensorial (la vista y el oído, además de la visualización interior).
En el último capítulo se ofrece, finalmente, una relación de diferentes situaciones clave que cualquier persona que desee aprender una lengua extranjera debe poder dominar en el idioma o idiomas elegidos.
Capítulo 1
Los idiomas y su dificultad
Lenguas puente
Se calcula que en el mundo existen aproximadamente unas 3000 lenguas, además de un impreciso número de dialectos. De otras muchas ya se ha perdido todo rastro, si bien de bastantes se han conservado documentos importantes que nos han permitido reconstruir su gramática y su fonética, como es el caso del hebreo bíblico, el latín, el griego, antiguos idiomas nórdicos o el antiguo eslavo. Algunas de estas lenguas han desarrollado en el pasado —o desarrollan todavía en el presente— el papel de lenguas puente o lenguas internacionales, es decir, lenguas que son habladas por diferentes pueblos que normalmente se expresan en su propia lengua local, pero que utilizan esas otras lenguas cuando se comunican con personas que no hablan su mismo idioma.
Cambios en el tiempo y en el espacio
Quien haya viajado mucho se habrá dado cuenta de que estas lenguas puente cambian en el tiempo y en el espacio: en efecto, lenguas que en otros tiempos eran tenidas por imprescindibles para hacerse entender han sido sustituidas por otras, de la misma forma que también lo serán estas cuando en el futuro la situación geopolítica, socioeconómica y cultural de las diferentes áreas del mundo cambie.
En Europa, por ejemplo, se daba por supuesto que se debía conocer, según las recíprocas zonas de influencia, francés, español, holandés o portugués por el papel internacional que sus respectivos países desarrollaron durante los siglos XVI y XVII desde el punto de vista económico, político y militar. Durante tres siglos el italiano cumplió el papel de lengua de las artes, de la música, de la literatura, de las ciencias y de las finanzas. Posteriormente, estas funciones recayeron en el francés, el inglés, el alemán y el ruso, para volver, después, nuevamente al español, al inglés y también al japonés, sin olvidar el papel que juega hoy en día el chino. Por lo tanto, épocas y áreas diferentes han utilizado lenguas puente también diferentes.
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