Sönke Ahrens
EL MÉTODO ZETTELKASTEN
Cómo tomar notas de forma eficaz para impulsar la escritura y el aprendizaje de estudiantes, académicos y escritores de no ficción
2020
Todos los derechos reservados.
Copyright de la edición original
«How to Take Smart Notes»
© 2017 Sönke Ahrens
Copyright de la traducción al español
© 2020 Sönke Ahrens
Traducción por Guía Carmona
Corrección por Ángel Belmonte
Diseño de portada por Oliver Ferreira
YuEt.
La clave para escribir mejor y de forma más eficiente está en la organización de ideas y notas. Este libro pretende ser una ayuda para estudiantes, académicos y escritores de no ficción para producir más, escribir buenos textos y aprender a largo plazo. Con él empezarás a tomar notas de una forma eficiente que te ayude a aprender y a avanzar con tus proyectos. Los principios que se presentan en el libro se basan en investigaciones en el campo de la psicología y se nutren de una técnica de toma de notas que ha sido demostrada. Se trata de la primera guía y descripción completa de este sistema en español, donde no solo se explica cómo funciona, sino también por qué. Está dirigido a estudiantes y académicos de ciencias sociales y humanidades, escritores de no ficción y otras personas que se dediquen a la lectura, el pensamiento y la escritura. En lugar de perder el tiempo buscando notas, citas o referencias, puedes centrarte en lo que realmente importa: pensar, comprender y desarrollar nuevas ideas por escrito. No importa si prefieres tomar notas de forma física o digital. Y puedes empezar de inmediato.
El Dr. Sönke Ahrens es escritor e investigador en el campo de la educación y las ciencias sociales, autor del premiado libro Experiment and Exploration. Forms of World-Disclosure (Springer).
«No se puede pensar sin escribir».
— Luhmann, 1992.
«La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de la propia inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!: he aquí el lema de la Ilustración».
— Kant, 1784.
«Las notas, en papel o en una pantalla no es que consigan que la física contemporánea o cualquier otro proyecto intelectual sean más fáciles; sino que lo hacen posible... Los procesos internos no tienen tanta importancia, lo que tienes que entender es hasta qué punto la mente depende de un andamiaje externo».
— Levy, 2011.
Contenido
Introducción
Todo el mundo escribe. Sobre todo en el mundo académico. Los estudiantes escriben, los profesores escriben. Y no olvidemos a los escritores de no ficción, el tercer grupo al que va dirigido este libro, que obviamente también escribe. Con escribir no me refiero solamente a artículos científicos o a libros, sino a la escritura básica de cada día. Escribimos cuando necesitamos recordar algo, ya sean ideas, citas o el resultado de una investigación. Escribimos cuando queremos organizar nuestros pensamientos y cuando queremos intercambiar ideas con otras personas. Los estudiantes escriben cuando hacen un examen. Aun así, lo primero que hacen al prepararse incluso para un examen oral es usar papel y bolígrafo. No solo escribimos lo que nos da miedo olvidar, sino también lo que queremos memorizar. Todos los proyectos intelectuales empiezan con una nota.
La escritura juega un papel tan central en el aprendizaje, en el estudio y en la investigación que es sorprendente lo poco que pensamos en ella. Al hablar sobre la escritura el foco suele estar puesto casi siempre en los momentos excepcionales en los que escribimos un texto largo, un libro, un artículo, o, como estudiantes, los ensayos y las tesis que tenemos que entregar. A primera vista tiene sentido: estas son las tareas que causan más ansiedad y con las que tenemos más problemas. Por consiguiente, estas «obras» son en lo que se suelen centrar los libros de autoayuda para académicos y estudiantes, pero son pocos los que dan pautas sobre cómo tomar notas a diario, que al final es la tarea a la que más tiempo dedicamos en el proceso de la escritura.
Los libros disponibles sobre este tema se pueden dividir en dos categorías. La primera categoría enseña los requisitos formales: estilo, estructura o cómo citar correctamente. La segunda se ocupa de los aspectos psicológicos, da pautas para terminar el texto sin tener varias crisis nerviosas y antes de que tu supervisor o tu editora se niegue a posponer la fecha de entrega de nuevo. Lo que todos estos libros tienen en común es que empiezan con una pantalla o una hoja en blanco. Al hacer esto ignoran la parte principal, la toma de notas, por no entender que mejorar la organización de la escritura sí que supone un gran cambio. Parece que se olvidan de que el proceso de escritura empieza mucho, mucho antes de esa pantalla en blanco y que escribir el argumento es la parte más breve de su desarrollo. Este libro pretende subsanar ese vacío enseñándote cómo convertir tus pensamientos y descubrimientos en textos convincentes de una manera eficiente y, además, construir sobre la marcha un tesoro de notas inteligentes y conectadas entre sí. Podrás usar esta fuente de notas no solo para facilitarte la escritura y para hacer de ella un proceso más divertido, sino también para aprender a largo plazo y generar nuevas ideas. Pero, sobre todo, para que puedas escribir cada día y así avanzar con tus proyectos.
El paso que viene después de investigar o de estudiar no es escribir. La escritura es el medio de todas estas actividades. Es posible que esa sea la razón por la que no reflexionamos apenas sobre la escritura diaria, la toma de notas y la preparación de un borrador. Es como respirar, es vital para lo que hacemos, pero como lo hacemos constantemente, escapa a nuestra atención. Es probable que la mejor técnica de respiración no suponga una gran diferencia a la hora de escribir; no obstante, cualquier mejora en la forma en la que organizamos nuestra escritura diaria, en cómo tomamos notas de lo que nos encontramos y en lo que hacemos con ello sí que supondrá una enorme diferencia al enfrentarnos a la pantalla o a la hoja en blanco. Dicho de otra forma, quienes tomen notas de forma eficaz no se enfrentarán nunca más a una pantalla en blanco.
Hay otra razón por la que no prestamos atención a la toma de notas: no experimentamos ninguna consecuencia inmediata si lo hacemos mal. Sin esta consecuencia inmediata no hay mucha demanda de cambio o petición de ayuda. Viendo cómo funciona el mundo editorial, no es que haya tampoco mucha ayuda para suplir esta falta de demanda. Es precisamente el pánico a la pantalla en blanco lo que hace que estudiantes y escritores académicos acudan a las estanterías llenas de libros de autoayuda sobre cómo escribir, un mercado muy bien acogido por las editoriales, enfocándose en cómo lidiar con estas situaciones cuando el daño ya está hecho. Si tomamos notas sin seguir un sistema, de forma ineficiente o claramente mal, es posible que no nos demos cuenta hasta que estemos a las puertas de una entrega y nos preguntemos con ansiedad por qué parece que hay personas que escriben mucho, bien y a las que todavía les queda tiempo para tomarse un café cada vez que se lo proponemos. Aquí es bastante probable que alguna parte de nuestro razonamiento nuble la razón real, que seguramente sea la diferencia entre tomar notas bien o mal. «Es cosa de carácter», «es que escribir es muy difícil», «el esfuerzo es parte del trabajo» son algunos de los mantras que impiden preguntarse qué es exactamente aquello que distingue las buenas estrategias de las malas para escribir bien.