Levántate Tú que Duermes
Nancy González
Copyright © 2011 por Nancy González.
Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.: 2011915648
ISBN: Tapa Dura 978-1-4633-0940-4
Tapa Blanda 978-1-4633-0942-8
Libro Electrónico 978-1-4633-0941-1
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362199
Contents
¿Como Surge Levantate
Tu Que Duermes?
2 Timoteo 3: 16-17
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
Efesios 5: 14-16
“ Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.”
LEVANTATE TU QUE DUERMES es un libro sin fines de lucro inspirado por el poder del Espíritu Santo. Dios le envía una palabra de exhortación a cada vida que atraviesa por momentos difíciles y no ve la salida a su problema. El Espíritu Santo inspira una palabra de amor que va dirigida a una sociedad marginada por muchos debido a su manera de vivir reprobada e incierta.
Es Dios quien con su inmenso e inmensurable amor les deja saber que no importando la condición en la que se encuentra hoy su vida, le hace un llamado al arrepentimiento. Les dice con amor como sólo un padre lo puede decir: “Yo te perdono, ven a mí y comencemos nuevamente. No es tarde para ti, yo te puedo ayudar, sólo confía en mí. Te levantaré y te restauraré. No temas, para mí nada es imposible.”
A través de este libro Dios le habla a cada vida individualmente. El quiere entrar en lo profundo de cada fibra humana. Tú eres importante para Dios. El quiere tratar directamente con cada uno que duerme en el pecado; atados y encadenados en el infierno de las drogas o vicio de alcohol, vidas que viven pensando que no tienen valor. Dios quiere tratar con esos seres humanos con pensamientos suicidas, almas maquinando sin temor a nadie en cómo arrebatarle la vida a su semejante, sin importarle el dolor profundo que deja a miles de familias. Hay un mundo encadenado por los vicios, el ocultismo y las desviaciones sexuales, entre otros males.
Existe una sociedad que vive una vida sin control y que duerme en el sueño del pecado, sin tener presente que al quebrantar las leyes divinas, algún día tendrá que responder por cada desobediencia. Dios te dice hoy: “Levántate tú que duermes, despierta a una vida nueva tomados de la mano del Dios que te creó.” Es por lo mucho que Dios te ama que te quiere levantar y llevar a un nivel más alto. Dios quiere edificar tu vida y salvar tu alma. El sustentará tu vida y te cubrirá con el poder de su Santo Espíritu.
Primeramente este libro va dedicado a Jehová de los Ejércitos, mi Dios y mi Señor, de quien vivo agradecida.
También le quiero dedicar este libro aquéllas personas para las cuales este libro fue inspirado. Esta palabra va dirigida a un pueblo que sólo Dios conoce, que puede comprender y amar profundamente. Para cada persona desamparada, marginada o apartada de la sociedad, a esas personas que viven sumergidos en un mundo de dolor y desesperación, para aquellos que están atados a las drogas o a cualquier otra dependencia de la cual no pueden salir, y para todos los que están viviendo en un mundo oscuro e incierto. Es dedicado a cada vida que se identifique con el contenido de este mensaje.
Le dedico también este libro a mi esposo Carlos, mis hijos Jankarlo y Elvin, familiares y amigos, porque a través de cada uno de ellos puedo ver el reflejo y el sentir de una sociedad.
Mi agradecimiento primeramente a Jehová Dios y al Espíritu Santo, quien es el inspirador de cada una de las palabras escritas en este libro. Sólo fui un instrumento usado por Dios con el propósito definido de hacer llegar su mensaje.
Agradezco a mi Pastor, Manuel Santos, su esposa Mayra Santos y a cada persona que me ayudaron con sus oraciones para que el propósito de Dios se cumpliera. Aprovecho la ocasión para destacar a la Hna. Dinora Hernández, quién perseveró en oración y ayuno cada día hasta que esta palabra saliera a la luz. Doy gracias a mi sobrina Iris C M Colón por su ayuda incondicional desde el inicio de este proyecto, y a la Pastora Maribel Jaime por dejarse tocar por el Espíritu Santo, aunando sus esfuerzos para que este proyecto culminara. Mi profundo agradecimiento a cada persona que una manera u otra hizo su aportación. Quiero darle las gracias a Editorial Palibrio y su equipo de trabajo, quienes hicieron posible la publicación de este libro.
Termino mi agradecimiento dándole gracias nuevamente a Dios por darme el privilegio en permitirme ser la portadora de llevar este mensaje. Toda la gloria y la honra sea para JEHOVA de los Ejércitos, el verdadero autor de todas las cosas.
Los años pasan de prisa y no hay tiempo qué perder. La vida se escapa de nuestras manos a cada segundo. El tiempo es oro, más no lo valoramos. Somos semejantes a la flor que crece, resplandece, pronto se marchita y desparece. Cuando estamos en la etapa de la niñez anhelamos ser jóvenes para hacer lo propio de la juventud. Cuando llegamos a la juventud creemos que somos los dueños del mundo; pensamos que la juventud no acaba, sin percatarnos que vamos cambiando y envejeciendo lentamente. Los que tienen más tiempo de vida saben que lo que envejece es el cuerpo, más no el espíritu. El tiempo corre a prisa, y es por eso que no vemos cómo el tiempo se escapa sin poderlo detener. De pronto nos damos cuenta que la juventud se está pasando o quizás se ha marchado. Entonces, miramos hacia atrás y vemos que hemos recorrido un largo caminar lleno de tropiezos, de errores, anhelos frustrados; y que el tiempo ha sido mal aprovechado. Hay otros que pueden cantar victoriosos los triunfos de un tiempo que pudieron aprovechar, y ahora recogen los frutos de lo que sembraron.
Detén tu mirada por un momento y reflexiona acerca de tu vida. ¿Te has preguntado hoy qué tu llevas en la maleta de la vida? ¿Llevas en ese equipaje odio, viejas rencillas, raíces de amargura, deseos de venganza, o tantas otras cosas que nos hacen miserables ante los ojos de Dios? Si en tu maleta llevas todo esto que es destructivo, entonces es tiempo de reflexionar acerca de los cambios que debes de hacer en tu vida. En el equipaje hacia ese viaje sin regreso se debe incluir cosas valor. Es el momento de cambiar los vestidos viejos por nuevas vestiduras blancas y limpias. Es tiempo de cambia el odio por amor, la enemistad por hermandad, la violencia por tolerancia, paz y templanza, tu murmuración y crítica por misericordia y comprensión, tu dolor y aflicción por gozo y bonanza. Es importante llevar a Cristo en el corazón, temerle a Jehová y obedecer sus mandatos; sólo así tendrás la vida eterna asegurada. Con estas virtudes mencionadas serás como un árbol frondoso que da sombra y también fruto. ¿A quién no le gusta estar cobijado bajo la sombra de un árbol en tiempo de calor? Si tienes a Cristo en tu corazón lo tienes todo, pero si Cristo no está en tu caminar, serás semejante al que va por el desierto sin agua ni provisión. Sólo Jesucristo tiene la respuesta y la solución de tus problemas. Sólo confía y espera en El. Si le puedes creer, hecho será. No hay nada más importante en el ser humano que tener la salvación que viene por medio de Jesucristo. No hay ningún otro nombre bajo los cielos en quien puedas tener salvación, sino solo a través de Jesucristo.
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