Florence Scovel 3 en 1
El juego de la vida y cómo jugarlo
El poder de la palabra hablada
La palabra es tu varita mágica
Edición Smashwords
Libros Selectos
Florence Scovel 3 en 1
El juego de la vida y cómo jugarlo
El poder de la palabra hablada
Tu palabra es tu varita mágica
Títulos originales:
The Game of Life and How to Play it
The Power of the Spoken Word
Your Word is your Wand
Copyright DeVorss & Company
Copyright Florence Scovel Shinn
D.R. Copyright Editorial Lectorum, S.A. de C.V., 2005
L.D. Books. Miami, Florida, 33166
Primera edición: junio de 2005
ISBN edición impresa: 978-1535131575
Copyright Traducción: Laura López, Catherine Seelig
Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización escrita del editor.
Índice
La mayor parte de las personas piensa que la vida es como una batalla, pero la vida no es una batalla sino un juego.
No obstante, es imposible ganar en este juego si no se tiene el conocimiento de la Ley Espiritual. El Antiguo y el Nuevo Testamento nos dan con una extraordinaria claridad las reglas de este juego. Jesucristo enseñó que este juego se llama dar y recibir.
«Todo lo que el hombre siembra, lo cosechará.» Esto quiere decir que un ser humano recibirá aquello que dé con su palabra o acciones. Si siembra enemistad, recibirá enemistad; si ama, a su vez será amado; si juzga, no podrá evitar que lo juzguen; si miente, alguien le mentirá; si defrauda, le robarán. Nosotros aprendemos que en el juego de la vida la imaginación tiene un papel fundamental.
«Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón (o imaginación), porque de él brotan las fuentes de la vida.» (Prov. 4,23.)
Esto quiere decir que todo lo que una persona imagina, tarde o temprano, se materializa en su vida. Yo conocí a un hombre que tenía miedo de contraer cierta enfermedad. Se trataba de una enfermedad poco común y resultaba muy difícil contraerla, pero continuamente él se la imaginaba y leía artículos al respecto, hasta que finalmente un día la enfermedad se manifestó en su cuerpo, y el hombre murió por causa de su propia imaginación deformada.
Nosotros nos hemos dado cuenta que es preciso encauzar correctamente nuestra imaginación, para participar con éxito en el juego de la vida. Y entonces sucede que nuestra imaginación se vivifica y no vuelve a representar nada que no sea el bien. Atraiga a su vida «todos los deseos legítimos de su corazón», la bienaventuranza, la riqueza, el amor, los amigos, la expresión perfecta de usted mismo y la realización de los más altos ensueños.
La imaginación es conocida como «las tijeras del alma» y, efectivamente, corta día tras día, incansablemente, las imágenes que el hombre crea y, tarde o temprano, manifiesta en el plano exterior sus propias invenciones. El ser humano debe conocer la naturaleza de su espíritu, la manera en que funciona, para modelar adecuadamente su imaginación; los griegos señalaban:
«Conócete a ti mismo».
El espíritu incluye tres niveles: el subconsciente, el consciente y el superconsciente. El subconsciente sólo es energía sin dirección fija. Su proceder es similar al del vapor o a la electricidad, no tiene un poder específico y manifiesta lo que se le manda.
Todo lo que una persona siente profundamente o imagina con claridad queda grabado en el subconsciente, y se manifiesta hasta en los más mínimos detalles. Por ejemplo, conozco a una mujer que desde niña siempre se ha hecho pasar por «viuda». Suele vestirse de negro, con una túnica larga, y su familia piensa que es muy divertida y graciosa. Cuando creció, contrajo matrimonio con un hombre al que amaba intensamente. Algún tiempo después, su esposo falleció y ella se vistió con un largo manto de luto por muchos años. Su subconsciente marcado por la imagen que ella misma se había formado en su niñez, la materializó sin considerar su sufrimiento.
El consciente es conocido como espíritu mortal o carnal. Se trata del espíritu humano que ve la vida tal como se presenta. Es testigo de la muerte, las catástrofes, la enfermedad, la desdicha y las limitaciones de todos los tipos, y graba todo esto en el subconsciente.
El Espíritu de Dios es el superconsciente, se encuentra dentro de todas las personas, es el plano de las ideas perfectas.
Ahí es donde se encuentra el «modelo perfecto» que Platón menciona, el Plan Divino, pues para cada persona existe un Plan Divino.
«Existe un sitio que usted debe ocupar y que nadie más puede ocupar; usted tiene una misión por realizar y que ninguna otra persona puede cumplir.»
En el superconsciente tenemos una excelente imagen de esto. En algunas ocasiones esta imagen se proyecta en el consciente como un rayo y aparenta ser un ideal fuera de su alcance, algo que es demasiado bello como para ser verdad.
Pero en realidad se trata del auténtico destino de esta persona, proyectado por la Inteligencia Infinita que existe en su interior. Sin embargo muchas personas desconocen cuál es su verdadero destino e intentan obligar las cosas y situaciones que les son ajenas, y que en el caso de que lleguen a tenerlas sólo les causarán fracasos y desilusiones.
Por ejemplo hubo una joven que vino a verme para solicitarme que «pronunciara la palabra adecuada» para que pudiera casarse con cierto hombre del que ella estaba muy enamorada (ella lo llamó A. B.). Entonces yo le dije que hacer eso sería una trasgresión a la Ley Espiritual, pero que en su lugar pronunciaría la palabra para que apareciera el hombre de elección divina, el hombre que le correspondía por Derecho Divino.
Y agregué: «Si A. B. es el hombre que le corresponde, usted no lo perderá; pero si no lo es, usted encontrará a su equivalente». Ella se citaba a menudo con A. B., pero él no se le declaraba. Una noche, la joven vino a verme y me dijo: «¿Sabe?, ha pasado una semana y A. B. no me parece tan maravilloso». Yo le dije: «Tal vez él no sea su hombre en el Plan Divino, y seguramente hay otro». Poco después, esta joven conoció a una persona de la que se enamoró instantáneamente y le dijo que ella era su sueño. De hecho, le dijo todo lo que ella había esperado oír de boca de A. B. Para esta joven, todo eso es sorprendente. No pasó mucho tiempo antes de que ella comenzara a escuchar a sus voces internas y dejó para siempre su interés por A. B.
Lo que acabo de mencionar es un claro ejemplo de la Ley de la Sustitución. Una idea justa ha reemplazado a una idea errónea y, por consiguiente, no hubo una pérdida o sacrificio.
Jesucristo afirmó: «Busca el Reino de Dios y su Justicia y todo lo demás te será dado por añadidura», y también ha afirmado que el Reino se encuentra dentro de todos nosotros.
El Reino es el Plan de las Ideas Justas, del Plan Divino. Jesucristo también enseñó que nuestras palabras juegan un papel fundamental en el juego de la vida: «Por todas tus palabras serás salvado, y por tus palabras serás condenado».
Muchísima gente provoca en sus vidas grandes calamidades por pronunciar palabras incorrectas. Así, un día una mujer me preguntó por qué motivo su vida se había transformado en algo tan desdichado y miserable, si su casa estaba repleta de objetos hermosos y era muy rica. Cuando indagamos un poco más, nos dimos cuenta que se había cansado de cuidar su casa y que constantemente se repetía: «¡No quiero ninguna de estas cosas, lo que quiero es vivir dentro de una maleta!». Y agregaba: «Este día se ha realizado eso». Fue su palabra lo que había manifestado su situación. El subconsciente no sabe lo que son las bromas; por eso la gente causa sus propios males cuando dice cosas en broma.
Les voy a dar otro buen ejemplo: hubo una persona que tenía mucho dinero, solía divertirse con regularidad y afirmaba que actuaba de esa manera porque «se disponía a entrar a un asilo». Algunos años después estaba al borde de la quiebra, ya que había grabado en su subconsciente la imagen de la mediocridad y la carencia.
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