A mis hijos Alan y David, Por saber llevar el timón de su vida, contra vient o y marea. Lo importante, es el viento. Con todo mi cariño, amor y ternura,
Mami.
Hijos
Quiero
A mis
Hijos
Abrazarme
Olor de tierra
A
Tibieza de
SOL ,,
A mi nuera Paula, por ser el amor que sostiene e impul sa a Alan.
A mi futura nuera Sarah, por coger la mano de David y andar ambos, de frente, po r la vida.
Con todo mi amor y agradecimiento a mi fallecido padre, Jordi.
A mi madre Carmeta, por haber sido mi puerto y mi anclaje en esta vida. Por ser mi guía en el arduo trabajo de ser persona. Por seguir persistiendo en la vida. Te quiero, Mamá.
Padre
El nombre del Padre es mi referencia, mi tótem, mi antropología.
El nombre del Padre es mi nombre, mi herencia, mi razón de ser, mi génesis.
El nombre del padre es mi Alfa y mi Omega.
Madre
En este espiral
Que nos ha impulsado a vivir
Hemos alcanzado la térmica
Que nos une, re-une,
Nos religa a todos
En un mar de viento caliente
Arraigándonos en la tierra
En la… Madre ,,
A mi hermana Alba, compañera de obstáculos y superaciones en pro de la vida. Con amor y agradecimiento por ser tantas veces m i soporte.
Alba
A partir
De mi centro nucleíco
De química
Y aleaciones energéticas
Y orgánicas
Yo
Asumo la explosión
Reiterativa de la emoción
Del que
NO ES ,,
A Faustino, su esposo, por su apoyo en uno de los momentos más difíciles d e mí vida.
A sus hijos Víctor y Galdric, a su nuera Azahara y a su nie ta Noelia.
Con todo mi cariño.
Agradecimiento a todos mis pupilos, a sus padres, a mis fieles lectores de opinión, a mis seguidores en la onda, a mis amigos, a mis primos, por creer en mí y compartir conjuntamente el camino del conocimiento y la sabiduría. Con toda mi ternura.
De profundis
Emerge cruel de mi garganta
Desgarrando mi alma
Fisurando mi vida
Un silencio inmenso
Un chillido ahogado
Sin lágrimas
Sin palabras
Laberinto tenebroso, profundo
Más…
Otro grito surge
Cual huracán
Cual trueno
Arrancándome hacia la luz
Albor en mis ojos
Génesis de esperanza
Impulso a Ti
Mi Verbo amado
“Sin conflicto no hay cambio”
Talcoh Pasrsons
Introducción
La necesidad de una pedagogía participativa
La necesidad de una pedagogía participativa
Busco esencialmente responder a la necesidad de una pedagogía participativa. El profesor no debe ser el mediador obligado entre la obra y la disciplina. Tiene que ser la persona “con recurso” capaz de organizar la discusión y de superar las ambigüedades que esta discusión revela.
Tanto los estudios de la división del trabajo social, del suicidio, de las formas elementales de la vida religiosa, establecen unos conceptos inéditos, de categorías nuevas y de hipótesis. Con la ayuda de todo ello, se intenta un análisis sociológico, de la naturaleza y del rol de educación.
Toda sociedad tiene la moral y educación que necesita para sobrevivir, son un medio que prepara las condiciones de la propia existencia, en el corazón de los niños; el proceso educativo tendrá el carácter de la transmisión de un lenguaje, de unas técnicas de pensamiento y de unas reglas morales.
La educación puede pues definirse como “una socialización” de la joven generación por la generación adulta. Puesto que la conciencia nos ata al querer vivir de nuestra sociedad, la educación no puede evitar el esfuerzo, la presión y la tensión; tiene que ser en el sentimiento del deber, la guía de la conducta. Este sentimiento supone que el educador dispone de un ascendiente que tiende a su vez a agrandar su tarea y la autoridad que le ha delegado una persona moral que le supera: la sociedad.
La enseñanza es esencialmente un aprendizaje, no consiste en transmitir de golpe el saber de un espíritu a otro, sino que se esforzará en transmitir el saber de una forma inevitable. Comprender es difícil, y supone un esfuerzo de concentración del espíritu. Hay que motivar la voluntad del alumno, para que este llegue a la correcta decisión de querer aceptar el conocimiento que se le proporciona.
El punto de apoyo, de partida y de referencia, es el lenguaje y este a su vez es la comunicación, que no es más que la expresión de los sentimientos, individuales, gregarios, sociales, familiares...
Capitulo 1
Nos ideamos a nosotros mismos
1.1. Tal como nos ideamos
Tal como nos ideamos a nosotros mismos y a nuestros congéneres, es como se establece y da por sentado que existe cierta estabilidad en nuestra personalidad y en nuestra manera de ser. Para cada persona hay unos estilos o modos de respuesta más probables que otros. Solemos sentirnos sorprendidos e incluso desorientados cuando alguien actúa de un modo que no concuerda con lo que habíamos previsto.
Las personas cambiamos la expresión, el tono de voz, la actitud corporal, de una manera sutil pero frecuentemente se capta inmediatamente.
Cada vez más, el egoísmo impera constituyéndose el gran protagonista de ese deterioro individual y social. El triunfador que pasa por la vida avasallando, sin escrúpulos, con tal de enriquecerse, es apoyado por nuestra sociedad. En cambio, se tilda de inadaptado al hombre que se rige por el principio moral del respeto al prójimo, según ciertos criterios de este tipo de sociedad, se suele denominar a esta persona de fracasado.
Es un oscurecimiento de la inteligencia, anular a los demás en beneficio propio, convertirlos en sombras de otros, creando su propia invisibilidad. Grave situación que produce una enfermedad mortal, la anulación del propio ser. El ser humano conoce por su propia inteligencia lo que está bien y lo que está mal, lo que debe hacer o no hacer, es el don del discernimiento, que dignifica al ser, potenciando su libertad. Cuando se le impide ejercer esta cualidad humana y no la pone en práctica, su inteligencia se debilita.
La voluntad cuando tiene que actuar, y para ello realizar un esfuerzo, tiende a dilatar la decisión, y deja pasar un poco de tiempo. Entre tanto, la inteligencia se va oscureciendo cada vez más y las tendencias inferiores van tomando la delantera. Así el conocimiento del bien y del mal se enturbia, y llega un momento en que la inteligencia y la voluntad se entienden mejor, hasta que se ponen completamente de acuerdo, porque la razón, ya oscurecida, se ha identificado con la voluntad y con los instintos, y acaba pensando que es perfectamente justo lo que éstos sugieren.
La alienación del ser es la consecuencia de no practicar la capacidad de racionalizar y aceptar las normas sin el beneficio de la duda, sin cuestionarse, sin tomar conciencia de lo que es o no es beneficioso para nosotros. Caminando así hacia la sima del hastío, la inapetencia, la tristeza; sólo es tristeza no ser amado y no amar. La larga reivindicación de la justicia, sus normas, sus leyes, han desterrado el amor que, sin embargo, fue el que dio nacimiento al ser.
Se ha efectuado el trueque: el amor por el placer, la dignidad por la utilidad, la libertad por la irresponsabilidad, la fidelidad por la deslealtad, la vida por la muerte. El amor por la vida es la única solución para el reencuentro de la alegría perdida, para salir de este pozo negro, en el que algunos se empeñan en introducirse y en sumergir a otros con ellos. Porque hay que tener en cuenta que el placer es consecuencia del amor, y no a la inversa.
El principio de placer, que hoy se proclama como ley de vida, es, en realidad, auto destructor, porque violenta la naturaleza de la vida, y cuando eso se intenta, la naturaleza se venga. A medida que el individuo se obsesione por la búsqueda intencional de la felicidad, del placer o del sueño, en la misma medida no puede conseguirlos.
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