Amy Parrales McCarthy - Tratamiento espiritual para arreglar tu matrimonio

Tratamiento espiritual
para arreglar
tu matrimonio

Amy Parrales McCarthy

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ÍNDICE

Quiero darle las gracias a Dios, por su enorme amor y misericordia, por haberme permitido conocer a Ricardo, el amor de mi vida, por mantener mi matrimonio lleno de amor, a pesar de los intentos fallidos del enemigo de separarnos, el amor y protección que Dios puso en nosotros, sin duda alguna es la goma que nos une. Gracias Padre Celestial.

Gracias a mi esposo, a mis hijos, a mis padres y hermanas, porque en todos ellos he encontrado el amor de Dios y la verdadera felicidad.

Gracias a mis amigas, por todo el amor que me han brindado siempre, ustedes saben quiénes son, las quiero.

TRATAMIENTO ESPIRITUAL PARA ARREGLAR TU MATRIMONIO

Durante todos los tiempos, el matrimonio ha sido y es aun uno de los contratos de vida más difíciles de sobrellevar. Hay muchas cosas que quisieras arreglar en tu matrimonio, hay siempre detalles de tu esposo(a) que no te gustan, y vives con la esperanza de que el algún día cambie. Con este manualito mi intención es que goces de toda la felicidad, armonía, abundancia, equidad y bendición como tú deseas en tu matrimonio. Hay un requisito indispensable para que el tratamiento que aprenderás en este manualito espiritual funcione en tu matrimonio, puedes tener todas las fallas o problemas habidas y por haber, pero este requisito es el que garantizara que al aplicar las técnicas espirituales aquí plasmadas, estas empezaran a transformar todo aquello que deseas cambiar en tu relación. El requisito es: Creer en Dios. Aunque tu pienses que tu fe es insuficiente, que has tenido bastantes decepciones de ti mismo porque te calificas como una persona de poca fe o con fe débil, el creer que hay un Dios creador, omnipotente, omnipresente, omnisciente, todo amor y toda bondad será suficiente para que los consejos espirituales aquí contenidos, al tu aplicarlos, funcionen sin importar tu religión, edad, sexo, raza, etc. Si tú realmente crees que El Dios creador existe, y que es todo poderoso, entonces el aplicar con buena voluntad las técnicas de este libro, puedes arreglar todo aquello que ya no estás soportando en tu vida matrimonial. Embarquémonos juntos ahora en este viaje de lectura transformadora.

PASOS PARA EL TRATAMIENTO ESPIRITUAL.

1. RECONOCIMIENTO DEL PODER DE DIOS EN NOSOTROS.

2. CAMBIO PERSONAL Y GRATITUD

3. CELOS Y AMOR

4. TRATAMIENTO PARA EL CAMBIO EN LA PAREJA

1.-
RECONOCIMIENTO DEL PODER DE DIOS EN NOSOTROS

Desde que era una niña, me han encantado las personas y las amistades. Así como decimos en mi querida Honduras, soy muy amiguera, esto me ha dado la dicha de escuchar muchas historias de diferentes amistades en mi país, de internet y amistades que he hecho en diferentes viajes. Pienso que la unión de mi fascinación por la lectura, el tener muchos amigos con los que he compartido tanto y mi fe en Dios y en todo lo bueno de su creación, me ha ayudado mucho para escribir este manual y por supuesto las experiencias de mi propio matrimonio el cual entre altos y bajos ha sido sin duda alguna precioso. Sin embargo, me he valido de algo muy importante y poderoso a la hora de hacerlo, y esto es, la inspiración espiritual. Por eso te garantizo, que si crees en Dios, solo eso te bastara para que, al aplicar el tratamiento espiritual de este manual, cambies todo lo que tu deseas en tu matrimonio.

Comencemos por entender cómo es eso de reconocer a Dios. En el libro del Génesis, encontraras que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. Dios solamente tiene que pensar en algo, y se hace. El solo desea y piensa, y las cosas quedan hechas. Así cuando Dios hizo al hombre, solamente lo pensó y fuimos. Imagínate a Dios como que si él es el sol, y tú al estar hecho a imagen y semejanza de él, eres un pequeñísimo reflejo de luz solar. ¡Es obvio que un rayito de luz del sol, jamás podrá ser el sol entero, ni por cerca! Pero ese rayo, tiene toda la esencia y composición que tiene el sol. Lo tiene todo en miniatura, pero lo tiene. Qué poderosos debemos ser, al poder contar al menos, con un pequeñísimo rayito del poder de Dios, si su poder es capaz de crear universos enteros, imagina un rayito de ese poder, debe ser muy poderoso. Lo suficiente para cambiar o arreglar cualquier problema de este plano terrenal en el que vivimos. Es que cuando Dios hizo al hombre, nos dio su espíritu. Nuestro verdadero “yo” no es nuestro nombre, nuestro título universitario ni nuestra posición en la sociedad o trabajo. Nuestro verdadero yo es en realidad nuestro espíritu. ¡Si como lo oyes! Y si ese espíritu tuyo es esencia de Dios, ¡solo imagínate lo poderoso que eres cuando te declaras Hijo de Dios! No tenemos más que reconocer que Dios, que es un Dios vivo, omnipotente, omnipresente, omnisciente, vive permanentemente dentro de ti. No tienes más que pedirle como hijo suyo que eres, que todo su poder, salud, sabiduría y amor, venga desde él y fluya a través de ti hacia lo externo, para que empieces a presenciar los milagros y cambios radicales que eres capaz de hacer en tu vida y matrimonio. La biblia no nos dice que Dios es un espíritu, nos dice que Dios es espíritu. Y si tu verdadero ser es espiritual, entonces eres un pedacito ínfimo de Dios. Jesús dijo, sois Dioses. (Evangelio de San Juan capitulo 10: 34) Dios no es muy poderoso, ¡Dios es el poder en sí! Dios no es muy saludable ni muy amoroso, ¡Dios es la salud y el amor en sí! Y como Dios también es espíritu, y tu verdadero ser es un espíritu, tú tienes toda la esencia de Dios a tu disposición, no tienes más que reconocer esto para darte cuenta que no debe darte temor y no debes sentirte poco merecedor del amor del Padre ya que eres su hijo(a). (2 Tim 1:7)

Habiendo reconocido esto, empieza a declararte como hijo de Dios, puede ser mentalmente, no tienes que andarlo gritando a los cuatro vientos si no es lo que deseas, es suficiente que lo reconozcas en tu conciencia. Hay una historia en tres de los evangelios del nuevo testamento, donde un hombre le lleva un epiléptico a Jesús y le dice que se lo ha llevado a sus discípulos y que ellos no pudieron sanarlo, y Jesús lo sana. Jesús dice: “¡Generación incrédula! ¡Hasta cuando habré de soportaos!” Fíjate como el nos llama incrédulos. Es porque nos cuesta trabajo declararnos hijos de Dios y reconocer y reclamar nuestra herencia. Luego vienen los discípulos y le preguntan a Jesús, “¿porque nosotros no pudimos sanarlo?”, Y él les contesta: “Por vuestra poca fe.” No dice jamás porque yo soy hijo de Dios y ustedes no. Tenemos que empezar a reconocer nuestra naturaleza divina y empezar a pensarla y declararla. Recuerda que el Señor Jesús (el dador de la verdad y nuestro salvador) nos decía: “las cosas que yo hago, las haréis vosotros también y aun muchas más” (Juan 14:12). Todos hemos sido escogidos para cosas espectaculares, cada uno de nosotros es especial para Dios. Es la humanidad la que juzga quien esta “más alto” o “más bajo” en cuanto a merecernos a Dios. Pero Jesús vino claramente a decirnos que nosotros todos somos capaces de lograr las cosas que él hacía. Los cristianos tendemos a creer que perfecto solo era Jesús, nos predisponemos a pensar que nadie puede llegar a ser como él, pero allí hay un error, si bien es cierto que no es fácil, es nuestro deber intentarlo sin cansarnos cuantas veces sea necesario, considerando que tenemos mucha ayuda del espíritu y si a eso agregas mucha fe y buena voluntad, todos podemos ir escalando en nuestros niveles espirituales.