© 2014 por Grupo Nelson
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.
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Título en portugués: Casamento blindado
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© Textos: Renato Cardoso, Cristiane Cardoso
Edición en español previamente publicada por:
© Editorial Planeta, S.A., 2013
© Traducción: Ágatha Parras, Jorge Olveira Paz (por el prefacio y las notas), 2013
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
ISBN: 978-0-71802-595-3
ISBN: 978-0-71802-596-0 (eBook)
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A todas las parejas que valoran su matrimonio lo suficiente como para blindarlo. Y a los solteros inteligentes que saben que más vale prevenir que curar.
SUMARIO
«Defense! Defense!»
Es probable que al comenzar a leer este prefacio espere encontrar un texto con varias referencias al básquet, deporte que me ha reportado muchas victorias, luchas, alegrías, conflictos y recompensas. Bien, para ser franco, quiero hablar sobre otro ámbito de mi vida que también me ha dado muchas victorias, luchas, alegrías, conflictos y recompensas, aunque mucho más profundas y significativas: mi matrimonio. Y, para ser todavía más franco: si no fuese por la solidez de mi unión con Cristina, es posible que tuviese muchas menos cosas que contar, incluso en lo referente a mi vida como atleta.
Cristina y yo nos casamos hace más de treinta años y nos conocemos desde hace casi cuatro décadas. Sé que parece una frase bastante común, pero no puedo evitar pensar, y tengo la certeza de que usted estará de acuerdo conmigo, que se trata de toda una vida juntos. Imagine cuántas cosas suceden durante toda una vida. Días de sol, agradables, buen clima; aunque también días de lluvia e incluso de tempestad. Simplemente se trata de una relación con unos buenos cimientos para resistir el azote del vendaval que lo desbarata todo.
Si nos remontásemos cuarenta años atrás, cuando yo era mucho más ingenuo (me faltaba creer en el Conejito de Pascua), podría decir que basta solo con el amor para resolver todos los problemas de un matrimonio. Está claro que es un elemento fundamental en cualquier unión, ninguna pareja consigue ser feliz y permanecer unida sin amor, pero puedo garantizarle que hay otros muchos factores que intervienen en un matrimonio. Puedo simplemente explicarle cómo una persona como mi esposa, Cristina, llega a renunciar a un título universitario, cuando apenas le quedaban tres meses para conseguirlo, para mudarse conmigo a Europa, lugar al que fui a jugar a los seis meses de casarnos. Fue ella la que, durante aquellas primeras semanas, mantuvo la fortaleza cuando el equipo en el que yo jugaba tuvo un mal comienzo de campeonato. No importaba el tiempo que tuviese que entrenar o si debía concentrarme más, Cristina nunca dejaba «caer la pelota» en casa. Sin ella, quizá hubiera abandonado. Con ella, regresé de allí victorioso, años más tarde.
En básquet (está bien, he acabado hablando de básquet), un equipo que se precie solo consigue un buen resultado cuando todos se preocupan por todos. Quien consigue encestar baja también para defender, para proteger al resto del equipo. En Estados Unidos las hinchadas gritan: «¡Defense! Defense!» He descubierto que esto funciona de forma muy parecida en el matrimonio. El que ama avanza, progresa, gana, pero también se preocupa por proteger no solo al cónyuge sino la relación en sí. Por respeto a Cristina he dejado de llevar a muchas admiradoras en el coche. No se trataba solo de preservarla de un disgusto, se trataba también de preservar nuestra unión, nuestro amor, nuestra relación.
Por lo tanto, me ha hecho muy feliz que me invitasen a escribir el prefacio del libro de Renato y Cristiane Cardoso. He leído algunos libros sobre el matrimonio y he oído hablar de otros, pero es la primera vez que doy con uno que llega a la raíz de la cuestión: el que ama de verdad blinda el matrimonio. Y blindar quiere decir activar todas las defensas, para evitar que cualquier cosa pueda comprometer la relación. No solo se incluyen los ataques externos, sino también los internos: los reproches por tonterías, las crisis (y no hay nada que hacer, siempre aparecen), la falta de humildad para saber cuándo hay que ceder por amor (o tomar posiciones por amor), la incapacidad de adaptarse a las virtudes y los defectos de la otra persona, los chantajes y los jueguitos emocionales… Una lista interminable.
Renato y Cristiane aprendieron eso tras años de ofrecer consejos a muchas parejas, pero la mejor formación que han tenido fue la propia escuela de la vida. Fue así como descubrieron el poder del blindaje, que se vuelve mucho más fuerte y sólido cuando se basa en principios y valores cristianos. Y ahora ellos comparten dichas experiencias y orientaciones en este libro. Se trata de una fantástica oportunidad tanto para el que descubre que su matrimonio es vulnerable y necesita un escudo, como para aquellos que ya han blindado su unión y conocen lo importante que es reforzar la protección. Léalo y blinde también su matrimonio.
Oscar Schmidt
El mejor jugador de básquet brasileño
de todos los tiempos, casado con Cristina
y padre de Felipe y Stephanie
Nadie se casa por odio. Hasta el día de hoy no he encontrado a nadie que le haya pedido matrimonio a otra persona diciendo: «Te odio, ¿te quieres casar conmigo?». Las personas se casan por amor; sin embargo, el índice de divorcios continúa aumentando cada año. En algunos países, como en Estados Unidos, la mitad de los matrimonios acaba en divorcio. En América Latina, más de la mitad de los matrimonios se han disuelto y la estadística ha ido en aumento durante 2012. De cada tres matrimonios, uno fue deshecho. Vamos de mal en peor. Eso muestra que el «amor» que une a las personas no ha sido suficiente para mantener el matrimonio. Preocupante, ¿verdad? ¿Se imagina que aquel amor que siente el uno por el otro no pueda ser suficiente en los momentos de crisis?
El problema no ha sido la falta de amor y sí la falta de herramientas para resolver los problemas inherentes a vivir en pareja. Las personas se embarcan en el matrimonio prácticamente sin habilidades para resolver los problemas de convivencia. Por algún motivo, eso no se ha enseñado en ningún lugar, al menos no con la claridad y la practicidad necesarias. Antiguamente, esa enseñanza procedía de los padres. Cuando los matrimonios eran más sólidos y ejemplares, los hijos tenían en los padres un modelo natural de cómo comportarse en una relación. Actualmente, los padres muchas veces son un ejemplo de lo que no hay que hacer…
Tenemos otro gran problema: la ignorancia sobre lo que es el amor. Muchas veces he escuchado esta frase de maridos y esposas frustrados: «El amor se acabó. Ya no siento lo que antes sentía por él/ella».
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