Título original: Zero Waste Home. The ultimate guide to simplifying your life by reducing your waste
© by Bea Johnson
All rights reserved
Published by arrangement with the original publisher, Scribner, a División of Simon & Schuster, Inc.
Primera edición en español (papel): septiembre de 2017
Primera edición en español (ebook): febrero de 2020
© De la traducción: Esther Peñarrubia
© De esta edición: Pol·len edicions, sccl
Pol·len edicions, sccl
Carrer Junta de comerç 20
08001 Barcelona
www.pol-len.cat
info@pol-len.cat
ISBN: 9788416828807
Imagen de cubierta: Lucía Joglar
Diseño de cubierta: Georgina Rosquelles
Maquetación digital: Books and chips
Huella de carbono del diseño del ebook: 4 g CO2 eq.
Para ti es fácil estar sentado en casa, frente al televisor, consumiendo lo que quieras, tirando todo al cubo de la basura y sacándolo a la calle para que el camión de recogida de basura se lo lleve. Pero, ¿dónde van los residuos?
—Magna, antigua recolectora de reciclaje de la
planta Jardim Gramacho de Río de Janeiro,
en el documental Waste Land .
Cada noche sacamos la bolsa de la basura hasta los contenedores y a la mañana siguiente cuando nos levantamos, la bolsa interna del paquete de cereales y las servilletas de papel han desaparecido por arte de magia. Pero cuando decimos «hemos tirado algo», ¿a qué nos referimos realmente? «Tirar algo» hace que desaparezca de nuestra vista, pero eso no significa que tenga que estar fuera de nuestra mente (no quiere decir: ojos que no ven, corazón que no siente). Nuestros desperdicios no se evaporan cuando los trabajadores del servicio de basura los recogen. Los residuos que generamos acaban en los vertederos, dañando el medio ambiente, emitiendo componentes tóxicos al aire y al suelo, malgastando los recursos empleados para crear los bienes rechazados y costándonos cada año un billón de dólares en procesamiento de productos.
Estos son los motivos por los que el Residuo Cero es tan crucial. Pero ¿qué es el Residuo Cero? Es una filosofía basada en una serie de prácticas para evitar generar desperdicios tanto como sea posible. En el ámbito de la producción esto inspira el diseño de principio a fin; en casa hace que el consumidor se comprometa a actuar de manera responsable. Mucha gente tiene la idea errónea de que solo se trata de reciclar, cuando, al contrario, el Residuo Cero no promueve el reciclaje, sino que tiene en cuenta las incertidumbres y los costes asociados a los procesos de reciclaje. El reciclaje es únicamente una alternativa al tratamiento del material residual (frente a lo ideal, que sería su eliminación) y, aunque está incluido en el modelo del Residuo Cero, se le considera uno de los últimos pasos al que recurrir antes del vertedero –otra etapa previa sería el compostaje.
¿Qué implica el Residuo Cero para el hogar? Siguiendo estos cinco pasos sencillos es muy fácil reducir los residuos de una casa: rechazar lo que no necesitas; reducir lo que necesitas; reutilizar lo que consumes; reciclar lo que no puedes rechazar, reducir o reutilizar y compostar el resto. Tal y como se muestra en el siguiente gráfico, he comprobado que aplicando ordenadamente las 5R, de manera natural se obtienen muy pocos residuos. La dos primeras R se refieren a la prevención del residuo, la tercera R al consumo responsable y las dos últimas R al proceso de los desechos.
PASO 1: RECHAZAR {LO QUE NO NECESITAS}
Cuando mi familia se embarcó en el viaje del Residuo Cero, pronto se hizo evidente que implantarlo en casa, en realidad, empezaba con nuestro comportamiento fuera del hogar.
Limitar el consumo es un aspecto fundamental para la reducción de residuos –lo que no consumimos no deberíamos tirarlo en última instancia–, pero el consumo no sucede solo a través del hecho obvio de comprar. En nuestra sociedad, empezamos a consumir en el momento en el que salimos por la puerta y recogemos un anuncio de una tintorería que colgaba del pomo o una bolsa de plástico con un tríptico anunciando servicios inmobiliarios en el patio de entrada. En el trabajo, las tarjetas de visita se dan a diestro y siniestro y salimos de una reunión con la mano llena. En las conferencias cogemos una de las bolsas de obsequios para los asistentes. Miramos el contenido y aunque en casa ya tenemos suficientes bolígrafos como para que nos duren toda la vida, pensamos: «¡Qué bien, un bolígrafo!». De camino a casa compramos una botella de vino; nos la ponen en una bolsa doble y antes de poder decir nada ya nos han dado el tique. A continuación, retiramos un panfleto colocado bajo el parabrisas. Una vez en casa abrimos el buzón y lo encontramos lleno de correo basura.
El Residuo Cero tiene en cuenta las dos formas de consumo, la directa y la indirecta. La primera R (rechazar) aborda el tipo directo, los panfletos y materiales de marketing que llegan sigilosamente a nuestras vidas. Podríamos ser capaces de reciclarlos casi todos, pero el Residuo Cero no se basa en reciclar más; se trata de actuar rechazando lo que es innecesario y conseguir que no entre en casa.
Cada material promocional que aceptamos o cogemos crea una demanda para que se genere más. Dicho de otro modo, aceptar compulsivamente (versus rechazar) justifica y ratifica las prácticas de exceso. Cuando permitimos que los camareros nos llenen el vaso con agua que no nos beberemos y una pajita que no emplearemos, estamos diciendo: «El agua no es importante» y «por favor, hagan más pajitas desechables». Cuando cogemos un frasco de champú «gratuito» de la habitación de un hotel, la plataforma petrolífera extraerá más petróleo para producir un recambio. Cuando aceptamos propaganda de manera pasiva, en algún lugar se cortará un árbol para poder hacer más panfletos y desperdiciamos parte de nuestro tiempo ocupándonos de eliminar o reciclar algo trivial.
En una sociedad motivada por el consumo abundan las oportunidades de rechazar; a continuación, muestro cuatro ámbitos a tener en cuenta:
- Plásticos desechables (SUPs, siglas en inglés): bolsas de plástico, botellas, vasos, tapas, pajitas y platos de un solo uso. La utilización de un producto de plástico durante únicamente 30 segundos ratifica los procesos industriales perjudiciales. Apoya la lixiviación de productos químicos peligrosos sobre nuestro suelo, cadena alimentaria y cuerpo; subvenciona la fabricación de materiales que a menudo no se reciclan o no pueden ser reciclados y que nunca se degradarán. Estos productos son el origen de la contaminación oceánica, como se ha observado en la Isla de basura ( The Great Pacific Garbage Patch ) y que se puede ver a diario a nuestro alrededor, en los márgenes de carreteras, ciudades, parques y bosques. Realmente es un problema de gran magnitud, pero puedes canalizar tu frustración, simplemente rechaza los SUPs y jura que no los usarás nunca más. El hecho de «jurar» puede ser extremadamente efectivo a la hora de cumplir objetivos. Con un poco de planificación y reutilizando (ver ») puedes evitar fácilmente los SUPs .
- Obsequios: artículos de aseo personal, recuerdos de fiestas, muestras de comida, mochilas de conferencias/entregas de premios/eventos/festivales (incluyendo acontecimientos sostenibles). Podrías decir: «¡Pero si son gratuitos!» ¿lo son? Normalmente estos obsequios están fabricados a bajo coste a partir de plástico, lo que implica que se rompan rápidamente (los detalles de las fiestas a menudo no duran mucho más que los SUPs). Cualquier producto de plástico o elaborado con él lleva asociado una gran huella de carbono y elevados costes medioambientales. Su acumulación en casa también conlleva desorden, almacenamiento y costes de eliminación. Se requiere mucha fuerza de voluntad para rechazar estos regalos, pero después de llevarlo a la práctica un par de veces, en breve notarás mejoras en tu vida.
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