Introducción
Todos nosotros solemos utilizar la palabra «pensar», pero este término encierra en sí mismo una pluralidad de significados. En contextos diferentes puede llegar a asumir incluso seis acepciones distintas. Puede significar:
• Pensar en interés propio: es decir, valorar qué medios y estrategias, si se aplican correctamente, pueden beneficiarnos. Podemos, por ejemplo, pensar en lo que puede conducirnos a la victoria en un encuentro deportivo, pero también, más en general, podemos reflexionar y elegir actuar de una determinada manera con el fin de obtener el máximo en una situación determinada.
• Valorar una situación basándonos en nuestras propias experiencias: consiste en imaginar qué podría suceder en un futuro inmediato, basándonos en lo que ya hemos experimentado en nuestra vida. En este caso, nuestro carácter, nuestra personalidad y nuestro bagaje cultural influirán en la decisión que tomemos.
• Reflexionar sobre nuestros sentimientos: nos comportamos así cuando en la base de nuestras reflexiones hay una mezcla de emociones, como rabia, inseguridad y sufrimiento. Es una manera de pensar que nace de las obsesiones y la ansiedad de quien, por su carácter, se atormenta continuamente.
• Pensar según lo que hemos aprendido teóricamente: es decir, llegar a determinadas consideraciones a partir de lo que hemos asimilado en nuestros estudios o en nuestras lecturas. Pensamos de este modo también cuando, en el ámbito laboral, comprendemos el significado de algunos datos e informaciones y aplicamos lo que hemos aprendido teóricamente a la vida cotidiana.
• Reflexionar para quedarnos con lo esencial: consiste en extraer la esencia de determinadas cuestiones y concentrarnos en los aspectos más importantes, más básicos, concretamente. Se trata de un pensamiento de tipo filosófico-científico.
• Pensar según un proceso lógico: es una aproximación basada en categorías lógico-matemáticas que no tiene en cuenta la realidad de las relaciones humanas y los componentes subjetivos de determinadas situaciones.
Sin embargo, en el día a día, no nos limitamos a «pensar» de una sola manera; de hecho, a cada situación no le corresponde únicamente un solo enfoque. Cuando afrontamos un problema, generalmente ponemos en juego dos o tres modos de pensar.
Pero ¿qué otros significados encierra en sí misma la palabra «pensamiento»? Es importante conocer cuáles son las diversas maneras de pensar. Así podremos comprender con claridad con qué tipo de pensamiento nuestros interlocutores y nosotros mismos afrontamos cierta situación y, por consiguiente, sabremos analizarla mejor.
En este libro proporcionaré sugerencias útiles y prácticas para lograr un pensamiento claro y poderoso. No sólo presentaré mi pensamiento personal, ya que para mí pensar significa inspirarme en las obras clásicas de las tradiciones orientales y occidentales, así como en los textos filosóficos y literarios, y formar con ellos la base de una serie de pautas de reflexión.
Lo cierto es que no es en absoluto acertado creer que nuestra manera de pensar es la adecuada. Por eso nos comparamos con los demás, leemos libros, afrontamos los problemas que la vida nos plantea y procedemos mediante tentativas para intentar encontrar en cada ocasión la mejor solución. Este libro pretende ser una ayuda para el lector precisamente para esto. Y cuando terminéis la lectura os daréis cuenta de que vuestro pensamiento será mucho más claro y poderoso.
Haruhiko Shiratori
Capítulo 1
UNA MENTE
CAPAZ DE OFRECER
RESPUESTAS
-1-
Poned por escrito
vuestros pensamientos,
después reflexionad
Cuántas veces he oído decir: «¡Le doy vueltas y más vueltas y no logro entenderlo!».
Y también: «Sigo buscando una explicación, pero… ¡Nada! ¡Nada de nada!».
En realidad, cuando alguien habla así, no está reflexionando.
¿De qué nos servimos cuando tenemos que resolver un cálculo especialmente complicado? Normalmente cogemos lápiz y papel o una calculadora. De hecho, no siempre se pueden hacer cálculos exactos mentalmente. Pensar es un procedimiento parecido y requiere una serie de instrumentos que nos permitan desarrollarlo con orden.
¿Qué instrumentos necesitamos para pensar? Las palabras. El ser humano es capaz de reflexionar de manera apropiada sólo si se apoya en el lenguaje.
Pensar de manera confusa y vaga equivale a no pensar. En realidad, los pensamientos vagos y confusos no son más que una serie de representaciones fantasiosas y de imágenes de nuestra mente.
Sólo cuando empleamos las palabras podemos considerar que somos capaces de pensar en el verdadero y más pleno sentido del término.
Pero ¿cómo se hace? El método es sencillo: utilizando las palabras; no hay otro sistema. En la práctica, se trata de poner por escrito nuestros propios pensamientos y a continuación reflexionar sobre ellos.
¿Qué ocurre cuando hacemos esto? Algo extraordinario.
Lo que hasta ayer nos parecía fuera de nuestro alcance, hoy lo comprendemos y lo hacemos nuestro. Aquello por lo que hasta ahora buscábamos en vano una solución se resuelve de manera natural.
Éste es el fruto de lo que defino como «pensar a través de las palabras».
-2-
Descubrid el significado
exacto de las palabras
Pongamos por caso que un joven no conoce el término «comer». En su lugar deberá expresarse de otra manera, diciendo por ejemplo: «hacer pasar los alimentos a través de la garganta».
Conozco a varias personas jóvenes que ignoran el significado de verbos como «titubear» y «tergiversar». Por tanto, no tienen más remedio que emplear otras expresiones.
Y no sólo eso: alguien que no tenga ni idea de lo que significa «titubeante» y no comprenda el estado psicológico concreto de una persona titubeante ante alguna situación se encuentra ante un obstáculo, una barrera que impide la comprensión recíproca.
Por lo general, ridiculizamos un poco a los jóvenes que no conocen determinado léxico y que tienen un reducido dominio del lenguaje, pensamos que no han estudiado o que no leen demasiado, pero tampoco nosotros podemos considerarnos verdaderos expertos, capaces de hacer gala de un conocimiento vasto y profundo de cualquier tipo de expresión verbal.
¿Conocéis el significado de las expresiones, muy parecidas entre sí, que detallo a continuación, y sois capaces de utilizarlas de manera correcta y en el contexto adecuado?
• Permanente, perpetuo.
• Anhelo, deseo.
• Amor, afecto.
• Pastor, cura.
• Edición especial, edición económica.
• Comida, víveres.
• Conocimiento, sabiduría.
• Orgánico, inorgánico.
• Parlamentario, diputado.
• Alumno, estudiante.
• Desesperarse, quejarse.
• Elegir, seleccionar.
• Peso, masa.
• Alma, espíritu.
• Recorrido, desplazamiento.
• Ideología, filosofía.
• Conmiseración, compasión.
Empleamos estas palabras en la vida cotidiana, pero, si no prestamos atención a los distintos matices de significado, nos arriesgamos a ser poco claros.
No conocer el significado exacto de las palabras equivale a no comprender con precisión lo que escuchamos y leemos, y a no expresarnos de manera correcta. Si ignoramos el significado de las palabras, no podremos comprender el mundo que nos rodea ni, aún menos, esperar comunicar a los demás nuestras ideas con eficacia.