Christine R. Page - El 2012 y el centro galáctico: El retorno de la Gran Madre

El 2012

Y EL

CENTRO

GALÁCTICO

“¡El 2012 y el centro galáctico nos pone al tanto del acontecimiento más emocionante de los últimos 260 siglos! Christine Page nos presenta desafíos positivos frente a las dudas convencionales sobre el futuro”.

C. NORMAN SHEALY, COAUTOR DE SOUL MEDICINE:AWAKENING YOUR INNER BLUEPRINT FOR ABUNDANT HEALTH AND ENERGY [MEDICINA DEL ALMA: ACTIVE SU CÓDIGO INTERIOR DE ABUNDANTE SALUD Y ENERGÍA]

“Christine Page es una excepcional protectora de sabiduría y su libro es una síntesis competente e instructiva de conocimientos eternos que esclarecen nuestros tiempos turbulentos”.

BRIAN LUKE SEAWARD, AUTOR DE STAND LIKE MOUNTAIN, FLOW LIKE WATER [FIRME COMO UNA MONTAÑA, FLUIDO COMO EL AGUA]

El 2012

Y EL

CENTRO

GALÁCTICO

EL RETORNO DE LA

GRAN MADRE

CHRISTINE R. PAGE, M.D.

Traducido por Ramón Soto

Inner Traditions en Español

Rochester, Vermont • Toronto, Canada

A la Gran Madre que nutre mi alma

y

a mi querido esposo, Leland,

por su dedicación a respetar, honrar y

apoyar la obra de mi vida

y

de amar a la diosa que hay dentro de mí.

INTRODUCCIÓN

ENSEÑANZAS BAJO LAS ESTRELLAS

M e encuentro una vez más arrodillada en la cálida arena, observando a mi querido maestro, con su rostro surcado de arrugas y oscurecido por años de vivir al inclemente sol del desierto. Todo me resulta muy familiar: la tierra caliente, los exquisitos colores del sol poniente y la confianza que deposito en este hombre de edad indeterminada, pero de un aire al mismo tiempo antiguo y eterno.

Hemos adoptado una posición natural para los nómadas: con un pie apoyado en el suelo, listo para estirar la pierna y permitir la huida de un momento a otro, y el otro pie recogido bajo el cuerpo, para poder descansar. Esto me hace recordar la frase “estar en el mundo sin ser del mundo”. En este momento, tengo centrada la atención en un mandala bastante complejo que mi maestro ha ido esculpiendo meticulosamente en la arena desde hace una hora. Alza la mirada complacido con sus esfuerzos y entonces, sin una palabra y con un rápido movimiento de la mano, deshace toda la imagen, hasta que sólo queda la arena lisa e impoluta.

El maestro sonríe: “Recuerda que, a pesar de las apariencias, la vida es transitoria; hoy estamos aquí, pero mañana no. Todos los sueños e ideas provienen de una fuente primigenia que a menudo se ha descrito como la Gran Madre o el océano de posibilidades y es allí adonde nuestras creaciones volverán a la postre para cumplir su destino. ¿Qué imagen de tu futuro quieres crear ahora”? Tiene un destello en la mirada y su mano está posicionada sobre la arena, presta a dibujar.

“Pero el cambio no puede ser tan fácil como el simple hecho de deshacer con la mano lo viejo y crear algo nuevo”, digo, impresionada ante la sencillez de esta idea.

El maestro se sonríe al escuchar mi observación. “Por supuesto que sí lo es, siempre lo ha sido. Como expresión de la Mente Única, somos ante todo creadores y transformadores de la realidad. Desafortunadamente, muchos no consiguen valorar el abanico de posibilidades que tienen a su disposición y prefieren vivir dentro del engañoso estado de seguridad que les ofrece una experiencia conocida cuya utilidad han probado y demostrado. Ese tipo de personas luchan por no sufrir la escasez y alcanzar la abundancia sin darse cuenta de que la pobreza que desean dejar atrás existe en primer lugar en sus propias mentes”.

Satisfecho con su demostración, vuelve a apoyarse sobre un talón y prosigue: “La Tierra y sus habitantes se encuentran actualmente inmersos en una gran época de transformación en la que lo viejo está dando paso a lo nuevo. En otras palabras, no estamos evolucionando, sino disolviéndonos.

“Según los mayas, en los años ochenta la Tierra y sus habitantes comenzaron un extraordinario viaje de treinta y seis años de duración, que concluirá justo antes del año 2020. Los terrícolas nos encontramos en una posición privilegiada para andar metafóricamente por este camino e ingresar en el agujero negro que se encuentra en el centro de la galaxia. En ese momento, experimentaremos nuestro pleno potencial, el reino ilimitado de posibilidades, y llegaremos a conocer el verdadero significado de la inmortalidad.

“Después de un período que algunos percibirán como caos y otros como una gran dicha, abandonaremos a la Gran Madre a través de un agujero blanco y daremos nacimiento a sueños y visiones que se convertirán en la realidad de muchas generaciones por venir.

“Como analogía, este período de treinta y seis años pudiera equipararse con los tres días durante los que la Luna es invisible en el cielo nocturno. Durante ese tiempo, ‘muere’ la luna vieja y ‘nace’ la luna nueva. Para los mayas, que eran maestros de la astronomía, este ‘período de oscuridad’ representa el fin del mundo de su cuarto sol y el nacimiento de su quinto mundo al amanecer del 21 diciembre de 2012. Su calendario, que es ahora tan conocido, abarca la fase quinta y final de su cuarto mundo y termina en ese solsticio en particular después de 5.125 años. Según algunas interpretaciones, esto significaría que la humanidad se encuentra en los últimos días del fin del mundo. Pero yo creo que es sólo el comienzo”.

El maestro se detiene y los dos reflexionamos sobre los años que vendrán. Al cabo de un instante, continúa. “A muchas personas este tiempo de transición les parecerá carente de estructura y confuso, con el pasado prácticamente consumado y el futuro aún por nacer. No obstante, estas condiciones extremadamente singulares nos ofrecen la máxima recompensa que buscan todos los seres espirituales: la oportunidad de conocer la vida eterna y de llegar a ser como dioses y diosas.

“Porque en ese momento, entre los mundos, el tiempo colapsa, el espacio se expande hacia lo infinito y desaparecen los velos que separan las dimensiones para proporcionarnos una simple revelación: que nuestro desafío actual consiste en ser capaces de dejar de asirnos al pasado y el futuro para que podamos valorar plenamente la abundancia de opciones y de promesas espirituales que se nos ofrecen. Algunos aspectos ya se han manifestado, pero el resto dependerá de la energía y las creencias que llevemos con nosotros a la ‘dulcería de las oportunidades’, la Gran Madre, porque si uno solamente conoce las galletas con pedazos de chocolate, eso es lo único que será capaz de seleccionar entre el océano de posibilidades que tiene a su disposición.

“Debo ser claro. La inmortalidad no consiste meramente en la oportunidad de llegar al tesoro escondido de la Gran Madre, sino en la capacidad de ir fácilmente de un lado a otro entre el mundo de la esencia y el de la forma, mediante la concentración de la atención, al hacer que el espíritu entre en la materia y luego, con un simple cambio de perspectiva, que la materia vuelva a disolverse hasta convertirse en espíritu. La energía necesaria para crear la vara mágica está hoy a nuestra disposición en una forma que no había estado durante 26.000 años. Por ahora, todas nuestras creaciones de este inmenso período de tiempo están volviendo a nosotros para que podamos crear una columna de luz, nuestra vara mágica.