Borensztein, Marina Enfermé para sanar / Marina Borensztein. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Planeta, 2020. Archivo Digital: descarga ISBN 978-950-49-6977-8 1. Superación Personal. I. Título. CDD 158.1 |
© 2020, Marina Borensztein
Diseño de cubierta: Departamento de Arte de Grupo Editorial Planeta S.A.I.C.
Fotografía y arte de cubierta: Álvaro Ras
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Primera edición en formato digital: febrero de 2020
Digitalización: Proyecto451
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Inscripción ley 11.723 en trámite
ISBN edición digital (ePub): 978-950-49-6977-8
A la memoria de mi padre.
A mi madre.
A Malena y Oscar, mis amores.
Lo único que sabemos del futuro es que será diferente. Pero quizás lo que temamos es que sea igual. Por eso debemos celebrar los cambios. Porque como dijo alguien una vez, al final todo sale bien. Y si no sale bien, entonces, créanme es que aún no es el final.
De la película El Exótico Hotel Marigold.
PRÓLOGO A ESTA EDICIÓN
El 29 de noviembre de 2011 comencé a escribir este diario, que se convirtió en un exitoso libro. Hoy, 30 de noviembre de 2019, pasaron casi exactamente ocho años desde aquel día en el que no imaginé el rumbo que tomaría mi vida. Jamás sospeché que sería el comienzo de un gran desarrollo personal y profesional. Jamás imaginé que ese diario cambiaría mi vida y la de tantas personas. Esto me vaticinó Santiago Kovadloff cuando me motivó a publicarlo, pero no le creí. Me encantaba la idea pero no confiaba tanto como él.
Hoy me siento a escribir lo que será el prólogo de una nueva edición de Enfermé para sanar sin tener en cuenta la fecha. ¿Casualidad? No, más bien magia, sincronía, estar alineada con el plan que el Universo tiene para mí.
Pasaron cinco años y tantas cosas maravillosas desde que salió publicado por primera vez. Mi vida cambió mucho, como vas a leer en el epílogo escrito en 2014. Vuelvo a leerme y me sorprendo para bien. Ya no soy la misma, ya no sufro así, ya no pienso así, ya no vivo así. Aunque haya momentos en los que sienta que por algún motivo retrocedo casilleros en mi juego de la vida, en mi Trabajo Personal, ya no me va como antes de enfermar porque ahora tengo mi caja de herramientas. ¡Ya nada me aleja del respeto y el amor hacia mí misma!
Aunque me preparé para ser actriz y me encantaba actuar, a partir del éxito de este libro me dedico a hacer de mí misma y no de otras personas, como me dijo Oscar Martínez, mi marido. Me dedico con pasión a compartir mis herramientas para llevar una vida saludable y más feliz.
Me encanta motivar a la gente para que le vaya bien. Creo profundamente en el poder de la intención; creo en el poder de la mente; creo en la asistencia del Universo (o como te guste llamar a la fuerza del amor creadora de todo lo que existe); creo que podemos cambiar nuestras vidas; creo que podemos renacer una y mil veces en esta vida y en otras más; creo en el poder de autosanación de nuestros mágicos cuerpos, solo tenemos que aprender a activar los recursos que tiene y tomar las decisiones correctas; creo en que somos creadores de nuestra realidad; creo en el poder del amor; creo en el poder de los jugos verdes, de la meditación, de la respiración… ¡Creo en mí! Ya vas a leer lo que me costó, pero lo logré.
Quiero tranquilizarte antes de que empieces. Aunque vas a leer momentos muy dramáticos, no te amargues porque ya pasó y todo fue para mejor.
Si estás atravesando el proceso de enfermedad y sanación, sabé que tenés mucho para hacer. Tomá las riendas de tu vida. ¡Es un gran momento! ¡Sos tu mejor misión! Acordate siempre de que el médico te cura pero no te sana. Sanar es tu Trabajo Personal. En mis otros libros te comparto más herramientas. Si te dan ganas también podés buscarme en las redes sociales; me vas a encontrar enseñando, tal vez desde la cocina de casa en camisón o haciendo las compras o moviendo las cachas. ¡Me encanta mostrarte cómo lo hago!
Para esta nueva edición elegí las mariposas como diseño de portada. Te quiero contar por qué.
Desde niña me encantan, ya sé que no soy tan original, ¿a quién no le parecen increíbles las mariposas? ¿Cómo no maravillarse ante tanta perfección? En mi casa de Punta del Este había muchas. Tal vez ahora cuesta más verlas y de tan variados colores; las azules tornasoladas son únicas. Yo las corría por todo el jardín. Si por un momento lograba tocar una, me daba pena agarrarla. Sus alas tan frágiles y su carita tan peculiar… Hacer silencio y tratar de que no se volaran mientras las observaba de cerca era una práctica cotidiana en mi casa de las vacaciones. Nunca quise privar a una mariposa de su libertad. No puedo decir lo mismo de las vaquitas de San Antonio o de los bichitos de luz; los ponía en frascos para que fueran míos por un rato. A las mariposas no. «Las mariposas son libres», como dice el título de una película muy famosa. Siempre me impactó saber que viven poco. ¿Cómo será el tiempo en la vida de una mariposa? Una maravillosa metamorfosis: primero son un huevo, luego una oruga, después una crisálida y finalmente aparece la hermosa mariposa. Además de su belleza, es esa semejante capacidad de transformación lo que me hace amarlas, tenerlas como ejemplo de lo que un ser vivo es capaz de hacer. Son la muestra de cómo tenemos que deshacernos de lo viejo para empezar lo nuevo, cómo el esfuerzo y los procesos naturales son necesarios para crecer y evolucionar.
Creo que las mariposas son seres mágicos, no porque no lo sean también los pájaros o los caballos. Pero las mariposas tienen algo muy especial. Son el símbolo de la evolución en la vida. Dicen que pueden volar en este mundo y en otros también (te sugiero leer La prueba del cielo , del Dr. Eben Alexander).
Yo siento que, cuando me enfermé, evolucioné, crecí, maduré, me transformé y pude, por fin, desplegar mis alas. Fue la gran oportunidad para cicatrizar mis heridas, para renacer a una nueva vida. Hoy, con la satisfacción de lo ya logrado, me siento a escribir este texto para acompañar el diario íntimo de una victoria. La mía.
Ahora sí, te llevo al pasado, a mi pasado. Me alegro de haberlo dejado registrado. No para mí, porque yo aprendí a vivir en el absoluto presente, pero sí para vos, para que veas que si yo pude, vos también podés.
MARINA
EN EL UMBRAL
Más que contar una historia, lo que este libro hace es narrar un tránsito; una parábola que se despliega entre la enfermedad que estalla y la salud que finalmente se impone. Ese tránsito, por momentos vacilante y contradictorio, lo cumple una mujer de poco más de cuarenta años. Súbita, violentamente, la golpea una verdad irrefutable: tiene cáncer.
El libro no describe solo la evolución de la enfermedad, su tratamiento, los efectos orgánicos y psíquicos de la medicación. Cuenta, ante todo, lo que esa mujer hace de sí misma desde el momento en que el cáncer aparece hasta el momento en que se extingue. Quiero decir que este libro es más, mucho más, que la crónica de una desgracia y su desenlace venturoso. Lo que aquí podría seguirse es, esencialmente, el trayecto de una conciencia. La marcha de una sensibilidad dada a luz por la adversidad y consolidada por la esperanza. De hecho, estas páginas dan forma al despliegue de un segundo nacimiento. Al despliegue de la lucha de un cuerpo contra el mal que se empeña en marchitarlo y la de un espíritu que pugna por dejar atrás la oscuridad en la que hasta entonces había vivido.