A mi maravillosa familia consanguínea, que ha presenciado los efectos de la demencia de primera mano, así como a mis colegas, por su búsqueda constante por la salud mental óptima.
Introducción
M e interesaba escribir este libro por una serie de motivos relacionados entre sí. La primera y la más importante es que estoy convencido de que la mente y la memoria de los seres humanos —la base de todos nuestros pensamientos y sabiduría, sentimientos y relaciones personales— es nuestro tesoro más valioso y la demencia, su mayor amenaza.
He sido testigo de primera mano de casos de demencia y enfermedades neurodegenerativas. He presenciado el deterioro mental progresivo de mis abuelos, maternos y paternos. Conozco personalmente la tragedia paulatina que supone el debilitamiento de la mente de un ser querido, un recuerdo incierto a la vez, hasta llegar al olvido. Me han hecho la misma pregunta —que acabo de responder— en repetidas ocasiones. Una mujer de mediana edad me relató una interacción inquietante que tuvo con su padre, un hombre de casi ochenta años. Le preguntó en un tono que parecía implorarle tanto orientación como perdón: “¿Eres mi esposa?”. El hombre era lo que quedaba de mi abuelo y aquella mujer era mi madre. Su pregunta suplicante —planteada hace más de veinte años— opaca mis recuerdos de aquel hombre joven y fuerte de voz resonante y profunda y porte confiado.
En mi cargo como director de gerontología en el Proyecto del Genoma Personal de Harvard ( PGP , por sus siglas en inglés) he interactuado con adultos de todas las edades, entre ellos muchos ancianos. De vez en cuando conozco a gente muy mayor que se conserva ágil mentalmente, pero por desgracia, el deterioro mental y la pérdida de la memoria son la norma. A partir de esas experiencias he aprendido que ante todo, la vida es la vida de la mente. No hay nada más importante que mantenerse en forma, tanto mental como físicamente, así como saludable el mayor tiempo posible; no hay nada más preciado que la mente.
Este libro gira en torno de la vida de la mente, de vivir y pensar de la mejor manera y el mayor tiempo posibles. Para escribirlo he reunido diversas fuentes de información con el fin de identificar y controlar los principales factores de riesgo del alzhéimer y otras demencias. Quiero mostrarte cómo emplear esta información en tu vida cotidiana para que tú y tus seres queridos puedan disminuir significativamente sus probabilidades de padecer demencia, sin medicamentos con receta médica ni tratamientos médicos costosos.
La esperanza de vida estima cuánto tiempo vivimos, pero la plenitud con la que lo hacemos dependerá de qué tan bien funcione tu mente. He adoptado el concepto “salud mental” para capturar esta idea. La esperanza de vida se refiere únicamente a la longevidad, mientras que la salud mental se refiere al tiempo de vida de la mente y a la amplitud y el nivel de su rendimiento. La cúspide de la vida no se limita a la esperanza de vida, también incluye la salud mental absoluta. Este libro es la guía definitiva sobre cómo lograr esta meta determinante.
Todos, sin importar la edad o el peso, si se trata de un amateur o un experto, se beneficiarán mucho de este libro. Creo que nadie se sorprenderá de encontrar algunos de los sospechosos de siempre en mi lista de alimentos nocivos, no así al descubrir los riesgos relacionados con alimentos que suelen considerarse sanos, como los alimentos enriquecidos con hierro.
Hoy en día la gente vive más tiempo. Si bien esta tendencia es positiva, tiene un aspecto negativo serio: las personas están mostrando niveles y grados más altos de deterioro cognitivo y otros trastornos cerebrales en la madurez; las cifras son exorbitantes. No son los únicos afectados: sus comunidades, vecinos, amigos y familias también deben lidiar con estos retos. Por otra parte, algunos parecen inmunes ante estos problemas.
Los denomino la elite de la salud mental. Son más longevos y se conservan alertas, activos y autónomos como si fueran décadas menores. Descubrimientos significativos procedentes de fuentes diversas han identificado la clave de su éxito y ahora nos enseñan el camino a los demás. Estas personas gozan de un éxito asombroso porque han gozado de ventajas cruciales y ajenas para el resto. Sin embargo, en este libro aprenderás cuáles son esas ventajas y cómo conseguirlas. Además, en este momento posees la clave para lograr la longevidad y la salud mental que ellos nunca han tenido en su poder.
La ventaja primordial de la elite de la salud mental se puede resumir en una palabra sencilla: la alimentación. Por eso empleo la palabra “dieta” tranquilamente en el título, aunque el objetivo de este libro no es ayudarte a ser talla cuatro o esculpirte como atleta olímpico. Cuando investigué el origen de la palabra descubrí que se deriva del latín y el griego y que significa “estilo de vida” o “estilo de vida cotidiano”, y a fin de cuentas de eso trata este libro.
Pese a la sencillez de la palabra, en la práctica puede ser muy distinto. Mi primer intento por emular los hábitos alimenticios de la elite de la salud mental resultó en una serie de adversidades. Empecé con los hábitos mediterráneos e hice todo según mis conocimientos superficiales de aquella época. Comencé a usar más aceite de oliva. Aumenté mi consumo de chocolate amargo y vino tinto. También comí más yogurt, pasta y pan. ¿Los resultados? Padecí más dolores de cabeza. Me sentía adolorido durante y después de ejercitar. Tenía síntomas cada vez mayores de inflamación. No me sentí mejor y me veía cansado. Mi colesterol subió. Estaba a finales de mis cuarenta y se suponía que debía sentirme mejor, no peor. Sabía que algo no estaba bien.
Cuando indagué más, descubrí que muchos de los productos que había incorporado a mi dieta eran mediterráneos sólo de forma superficial. Debido a sus diferencias fundamentales resultaron complementos deficientes en mi alimentación, algunos incluso peligrosos. Mis genes también son lo suficientemente distintos como para haber convertido mis opciones alimenticias, de otro modo buenas, en malas. Este libro te muestra estas diferencias cruciales para que no cometas los errores que cometí. Mente joven también da cuenta de descubrimientos realizados en las fronteras de los laboratorios científicos, sobre todo en los campos de la investigación genética y en torno a la longevidad. Reúne fragmentos esenciales procedentes de estos vastos depósitos de información aún inconexa y los combina para generar conocimientos a partir de los cuales se puede llevar una vida sana, sensata y autónoma. Todos los sitios, artículos, libros y páginas web sobre temas de salud, estilo de vida, dietas, nutrición y bienestar ofrecen consejos, pero la mayoría fracasa en un aspecto elemental: no saben o no entienden por qué vivimos el tiempo que lo hacemos ni cómo y por qué envejecemos. Muchos brindan información útil para una persona de treinta años que quiere desarrollar masa muscular magra o para otra de cuarenta que quiere bajar unos kilos, no obstante, la mayoría proporciona información con la que probablemente envejecerás —tu cerebro incluido— más rápido. Esta perspectiva me alarma mucho y también debería alarmarte.
Estudios recientes han identificado factores genéticos que tienen consecuencias en la función cognitiva en los últimos años de nuestras vidas. Estos y otros avances han proporcionado una nueva perspectiva sobre la naturaleza del envejecimiento y la prevención de las enfermedades y el deterioro cognitivo. Como resultado, ahora tenemos la capacidad de conservarnos sanos y en forma durante más tiempo e incluso controlar el envejecimiento a cierto grado. En este momento estamos en vías de controlarlo con más precisión y amplitud en el futuro.