Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor. Todos los derechos reservados.
© 2022, María José Castro
Derechos exclusivos de edición:
© 2022, Editorial Planeta Chilena S.A.
Avda. Andrés Bello 2115, 8º piso, Providencia, Santiago de Chile
Ilustraciones: Amelia Strong
Diseño: Isabel de la Fuente
1ª edición: enero d e 2022
Registro de propiedad intelectual: 2021-A-10135
ISBN: 978-956-408-071-0
ISBN epub: 978-956-408-073-4
Diagramación digital: ebooks Patagonia
www.ebookspatagonia.com
Para Nicolás Paolo,
el adulto que amo.
Para Alfredo y Patricia,
que me enseñaron a ser adulta y a amar.
Capítulo 1
Mentalidad de tiburón:
lo que debes saber del
mundo financiero
Ser adulto tiene muchos desafíos y uno de ellos es poder pagar tus cuentas y costear tu vida. El mundo de las finanzas puede ser muy intimidante, no solo porque involucra números (uno de los peores enemigos para los que somos humanistas), sino también porque en nuestro país la educación financiera es prácticamente nula. ¿O acaso te enseñaron la diferencia entre una cuenta vista y una cuenta corriente? A mí tampoco y lo aprendí recién cuando pude acceder a la banca. Asimismo, tampoco me extraña que Chile sea la cuna de gurús chantas como Rafa Garay y Alberto Chang.
Recuerdo las escasas herramientas que me enseñaron en la educación media, como la forma correcta de rellenar un cheque (que puedes aprender a hacer en La guía para la vida de las amikas ). Hoy, a mis treinta y cinco años, puedo decir que aún tengo completa la chequera que me dieron cuando abrí mi cuenta. La saqué hace más de una década y no he tirado ni uno solo. Mejor sería que en el paso por el colegio nos enseñaran sobre hábitos financieros saludables, a organizar presupuestos mensuales y a cómo ahorrar con lo que ganamos mes a mes.
Vivimos en una sociedad, como dijo el Bromas, que nos incita a gastar y consumir, y en donde el sueño de ahorrar para una casa propia, por ejemplo, es cada vez más lejano. En este capítulo aprenderás, aunque no lo creas, que es posible ahorrar para lograr tus objetivos. Sé que con el promedio del sueldo nacional prometerte ahorros me hace sonar tan ridícula como cuando Joaquín Lavín presentó los recetarios de almuerzos a dos lucas para familias de cuatro integrantes o como una de esas personas que intenta convencerte de invertir en una empresa internacional con muchos nombres y que nunca habías escuchado.
Confía en mí, dale play a «El costo de la vida» de Juan Luis Guerra y prepárate para entender y poner en marcha tu economía personal. Cuando termines de leer este capítulo te van a dar ganas de suscribirte al Diario Financiero . Ok, nunca tanto, pero por fin aprenderás a controlar tus gastos hormiga, a entender qué diablos son los bitcoines y cómo usar una tarjeta de crédito de forma responsable.
Aprende a organizarte
Dicen que el dinero no hace la felicidad. Quien acuñó esa frase de seguro tenía estabilidad financiera, nunca se dio un gustito, ni conoció a Don Cangrejo de Bob Esponja . Con esto no quiero confirmar que tener plata te hará feliz, pero tener un colchoncito y pocas o nulas deudas es un factor de tranquilidad impagable. Para nosotros, los simples mortales no millonarios, llegar a ese punto es posible gracias a la organización (no a ser millonario, aún no descubro esa fórmula mágica), pero sí a comenzar con un plan de ahorros. A continuación hay algunas maneras de partir. Atentos, virgos del país, les encantará lo que sigue:
Parte haciendo un análisis de tus ingresos mensuales. Hay quienes poseen un sueldo fijo, por lo tanto, es un poco más fácil identificar el flujo que entra, mientras que otras personas, como su servidora, varía mes a mes, donde hay periodos de abundancia y de vacas flacas.
Realiza un seguimiento de tus gastos mensuales. Sí, todos. Desde lo que gastas en electricidad, hasta ese café que te compraste. Esto te ayudará a tener una noción de cuánto vale tu vida. Este paso no es tan fácil como se lee y hay que ser riguroso para lograrlo. Guarda las boletas, fíjate en los movimientos de tus cuentas y anota todo lo que compres en efectivo, hasta el Tuyo que adquiriste en el metro.
Anota los gastos en una planilla. Puedes crear una a tu pinta en Excel (lo sé, a mí también me carga) o utilizar alguna que esté dando vuelta en internet. Hay muchos creadores de contenidos financieros que van compartiendo las suyas de forma gratuita. Haciendo este ejercicio podrás visualizar cómo tus gastos se comportan y compararlos con tus ingresos, de esta forma sabrás ejecutar un plan de acción. Acá debes identificar tus gastos fijos y variables. Los primeros son todos los que no varían mes a mes, por ejemplo, el arriendo, cuentas básicas, salud, etc. Da lo mismo si hay una crisis mundial, se muere un familiar o si te quedas sin trabajo, estos se deben pagar sí o sí. Por otro lado, los variables son los que, como indica su nombre, van cambiando y son prescindibles, como la cuenta de YouTube premium (que me niego a tener), las salidas a restaurantes o la pilcha que te compras. Este registro debe hacerse de forma frecuente, ya que, si dejas pasar mucho tiempo, puedes desordenarte. Qué tan seguido va a depender de ti, pero me parece prudente que si una vez por semana tienes tiempo para hacerte una exfoliación profunda, lo tendrás para organizar tu dinero.
Establece tu presupuesto. Ahora que tienes un panorama general de tu situación financiera, podrás comenzar a planificar a mediano y largo plazo. Comienza por determinar un monto equis por cada ítem y respétalo. La idea de este presupuesto es que tus ingresos no sean superados por tus gastos y así puedas ahorrar la colita.
Limita tus gastos. Llegó el momento de tomar la tijera virtual y comenzar a reducir gastos para que lo sobrante se vaya ahorrando. Los gastos son personales y la idea no es sufrir ni pensar que vas a dejar de disfrutar los frutos de tus ingresos. Si te encanta ver series no recortes el gasto en streaming, ya que a lo mejor eso te ayuda a relajarte y sería mejor bajarles unos pesitos a los cafés de máquina o al desayuno por delivery. Creo que hay que iniciar y vivir el proceso del ahorro sin que sea una pesadilla, paso a paso y con lo que se pueda para no asociarlo a una actividad que nos traiga malos recuerdos. Esto también te ayudará a cambiar si hay algo en tus hábitos de consumo que no te gusta; finalmente, vas a optimizar el uso del dinero.
Determina un objetivo de ahorro. Ya manejas tu información, conoces tus ingresos y entiendes un poco más tus hábitos financieros. Sabes dónde recortar y ahora es tiempo de determinar objetivos de ahorro y plazos. Puedes partir con un objetivo pequeño y a corto plazo, como la entrada a un concierto, un nuevo electrodoméstico, un colchón para emergencia, un viaje o para la casa propia. Partir con propósitos y plazos realistas te motivará, acuérdate de mí.