La autora nos introduce en el mundo del tarot centrándose sobre todo en la información sobre los 22 arcanos mayores. Comienza con un breve recorrido por su historia personal, después, llevando de la mano al lector le descubre a cada uno de los arcanos. A continuación, hay una parte más teórica en la que describe a cada uno de los arcanos, y finaliza con la parte práctica de cómo comenzar a ser tarotista. Nos revela detalles desconocidos como por ejemplo elegir tu baraja, limpiar y contactar tus cartas, cómo preparar cada lectura..., y consejos de tú a tú que no se encuentran en ningún manual de tarot.
PRÓLOGO
¡H ola a todos! Bienvenidos a mi mundo… Esta sencilla frase puede sintetizar perfectamente lo que pretendo con este libro, quizá demasiado ambicioso, soy consciente de ello. Es una invitación abierta hacia un mundo mágico, pero a la vez mucho más real de lo que os hayáis imaginado nunca, lejos de la superchería, de los malos entendimientos o simplemente del desconocimiento que rodean en ocasiones al tarot. El tarot nos abre una puerta a un mundo de autoconocimiento y, si damos un paso más, pone en nuestras manos una transformación personal que nos llevará desde lo desconocido (miedos, dudas, temor, angustias…) a algo más cálido y familiar (información, claridad, seguridad y, por lo tanto, tranquilidad del alma y serenidad). Todo ello nos aportará seguridad, ya que lograremos entendernos mejor no solo a nosotros mismos, sino a los que nos rodean y, por consiguiente, nos permitirá afrontar el futuro de una forma más confiada y optimista, con una sonrisa.
A medida que nos vayamos sumergiendo en las páginas siguientes, iremos descubriendo e interiorizando la capacidad de ver un poco más allá de lo que puede alcanzar a ver el resto de las personas de nuestro entorno, más allá de lo que alcanza a mostrar lo simple de la materia; seremos conscientes poco a poco de los potenciales que tenemos latentes y que podemos llegar a desarrollar. En consecuencia, se nos abrirán, a partir de ahí, caminos mucho más despejados, llegaremos al control absoluto sobre nosotros mismos y, por lo tanto, sobre nuestras circunstancias y oportunidades, y seremos capaces de tomar mejores decisiones que nos conducirán directamente al éxito en todo aquello que nos propongamos.
Tal vez ya hayáis tenido algún contacto con el tarot antes… A vosotros, intentaré ofreceros una visión diferente a la que habéis tenido hasta ahora. Decía al inicio que pretendo algo muy ambicioso, lo sé, y es que este no sea un simple manual sobre el tarot; pretendo que os impliquéis e incluso, en el mejor de los escenarios, que os sintáis una pieza más dentro de él.
Mi intención es mostrar el mundo del tarot desde dentro y que, si así lo decidís, forméis parte de él y que pueda seros tan útil en vuestra vida diaria como queráis que sea. Veréis cómo puede llegar a sorprenderos. Así me ocurrió a mí.
He intentado que la lectura de este libro sea sencilla y ligera, con el fin de que el lector, casi con un solo golpe de vista, entienda el mensaje que le están transmitiendo sus guías espirituales a través de una poderosa herramienta: el tarot. Es este un texto sencillo y lleno de contenidos con una única idea: entenderlo, no memorizarlo. Os será muy útil tanto si os estáis iniciando en el mundo del tarot como si tenéis inquietudes o curiosidades acerca de esta mancia, posiblemente la más empleada para la predicción hoy en día, dada su enorme eficacia.
Descubriréis en vuestra propia piel que el tarot no es una simple mancia para vaticinar; es dar un paso más en el conocimiento. Y ya aprovecho para contaros que siempre que muestre la energía del consultante, nos informará de hacia dónde se dirige este, según las acciones que esté llevando a cabo. El tarot nos pone frente a un espejo, en cuyo reflejo podremos observar nuestra propia energía, nuestra verdad. A veces hasta nos sorprenderá y desvelará detalles que ni siquiera nosotros conocíamos. De esta manera podremos tomar mejores decisiones y, por qué no, si así lo deseáis, dedicaros a ello de forma profesional. Seréis capaces de ayudar a otros a tomarlas también, de acompañar a otras personas que lo necesiten. Seréis un bastón en el que otros se apoyarán y su luz en un camino oscuro del que no saben salir.
Encontraréis también en este libro una parte de mí, de mi vida y de mi experiencia. He querido incluir estos aspectos porque entiendo que puedan ser útiles para recorrer el camino, para afrontar situaciones que se os puedan plantear; asimismo, quiero evitar que sintáis lo que llaman la soledad del tarotista.
¡Y recordadlo! Este libro solo es el comienzo, es una guía. El resto depende de vosotros.
Quiero concluir este prólogo aclarando que, para mí, el tarot ha sido, es y será mi vida. De una forma activa y a veces no tanto, siempre ha estado en ella. Así que dicho esto…, vuelvo a daros la bienvenida a mi mundo… El mundo de la magia del tarot.
Feliz lectura.
C asi al final de una divertida tarde de presentaciones, tapeo y risas, llega la esperada pregunta…
—Cordelia, y tú, ¿a qué te dedicas?
—Soy tarotista…
Se hace el silencio, un momento de silencio sepulcral, que si no estás acostumbrado, definirías como irrespirable. Solo falta el trueno en la ventana. Respiro hondo, resignada: «Vale, Cordelia, ahora tienes todas las miradas clavadas en ti, lo has vuelto a hacer». Esas miradas os aseguro que llegan a pinchar, no me apetece, pero sonrío e intento quitarle hierro al asunto. Carraspeo y entonces hago un chiste fácil, que por cierto ya de antemano sé que no todo el mundo va a entender… Aun así, lo hago, suponiendo que es una posible salida:
—Pero tranquilos, no, no soy capaz de leer la mente, vuestros secretos están a salvo.
Vuelvo a sonreír, esta vez de forma menos marcada. No sirve…, sigo notando a mi alrededor el asombro, el desconcierto de las personas que me rodean y que al final son desconocidas. Observo sus ojos abiertos como platos, algunos ni pestañean, codazos que pretenden ser disimulados, sonrisas maliciosas dibujadas en rostros que se giran para no ser descubiertos, miradas con cierto recelo que se cruzan entre los asistentes… Lo confieso, no termino de acostumbrarme todavía. Finalmente, alguien intenta darle cierta normalidad al momento de una manera un poco forzada, es evidente, y entonces, de forma directa lanza la pregunta…