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“La memoria es la madre de toda sabiduría”.
ESQUILO
Prometeo encadenado
P or lo general, las personas abordan el aprendizaje de forma errónea. La investigación empírica sobre cómo aprendemos y recordamos demuestra que la mayor parte de lo que tomamos como dogma sobre cómo aprender es un esfuerzo inútil. Incluso los estudiantes de universidad —cuyo principal trabajo es aprender— dependen de técnicas de estudio que están lejos de ser óptimas. Al mismo tiempo, este campo de investigación, que surgió hace 125 años, pero que ha sido particularmente productivo en los últimos, ha generado un conjunto de conocimientos que conforma una ciencia del aprendizaje en crecimiento: estrategias muy efectivas, basadas en evidencias para reemplazar prácticas menos eficaces, pero ampliamente aceptadas, que están sustentadas en teorías, conocimientos tradicionales e intuición. Sin embargo, hay un problema: las estrategias de aprendizaje más efectivas no son intuitivas.
Dos de nosotros, Henry Roediger y Mark McDaniel, somos científicos cognitivos y hemos dedicado nuestras carreras al estudio del aprendizaje y la memoria. Peter Brown es un contador de historias. Hemos hecho equipo para explicar cómo funcionan el aprendizaje y la memoria, y lo hacemos no tanto enumerando la investigación, sino contando historias de personas que han logrado dominar destrezas y conocimientos complejos. A través de estos ejemplos, iluminamos los principios de aprendizaje que la investigación muestra que son altamente efectivos. Este libro surgió, en parte, de una colaboración entre 11 psicólogos de la cognición. En 2002, en un intento de acercar el conocimiento básico de la psicología cognitiva sobre tel aprendizaje a su aplicación en la educación, la Fundación James S. McDonnell, de St. Louis, Misuri, decidió conceder a Roediger, McDaniel y otras nueve personas, una beca para un proyecto de investigación Aplicación de la Psicología Cognitiva para Mejorar la Práctica Educativa, con Roediger como investigador principal. El equipo colaboró durante diez años para traducir la ciencia cognitiva a ciencia educativa y, en muchos aspectos, este libro es el resultado directo de aquel trabajo. Los investigadores y gran parte de sus estudios están citados en el libro, en sus notas y en los agradecimientos. El trabajo de Roediger y McDaniel ha recibido muchos otros apoyos financieros, y McDaniel es el codirector del Centro para la Investigación Integrada sobre el Aprendizaje y la Memoria de la Universidad de Washington.
La mayoría de los libros abordan los temas secuencialmente —cubren un tema, pasan al siguiente, y así en lo sucesivo—. Hemos seguido esta estrategia, en el sentido de que cada capítulo trata temas nuevos, pero también hemos aplicado dos de los principios de aprendizaje básicos del libro: la repetición espaciada de ideas clave y la intercalación de temas diferentes, pero relacionados. Si quienes aprenden extienden su estudio de un tema volviendo periódicamente a él con el tiempo, lo recuerdan mejor. De forma similar, si intercalan el estudio de diversos temas, aprenden mejor cada uno de ellos que si los hubieran estudiado de uno en uno y de forma secuencial. Así, nos hemos atrevido a abordar ideas clave más de una vez, repitiendo principios en contextos diferentes a lo largo del libro. Como resultado, el lector los recordará mejor y los utilizará con mayor eficacia.
Los principios de aprendizaje básicos del libro: la repetición espaciada de ideas clave y la intercalación de temas diferentes, pero relacionados.
Este es un libro sobre lo que las personas pueden hacer por ellas mismas para aprender mejor y recordar por más tiempo. Cada individuo es responsable de su aprendizaje. Igualmente, los profesores e instructores pueden ser más eficientes de inmediato, al ayudar a sus estudiantes a comprender estos principios y diseñando con ellos la experiencia de aprendizaje. Este no es un libro sobre cómo debería reformarse la política educativa o el sistema escolar. Pero, sin duda, tiene implicaciones políticas. Por ejemplo, los catedráticos universitarios que están a la vanguardia en la aplicación de estas estrategias en el aula han experimentado su potencial para disminuir las diferencias de rendimiento en las ciencias, y los resultados de esos estudios han sido reveladores.
Por supuesto, escribimos para estudiantes y maestros, así como para todo aquel lector cuya prioridad sea el aprendizaje efectivo: instructores de negocios, de industrias y del ejército; líderes de asociaciones profesionales que ofrezcan formación permanente a sus afiliados; y para entrenadores. También escribimos para aquellas personas que se acercan a la mediana edad y para personas mayores que quieran perfeccionar sus habilidades y mantenerse al día.
Aunque queda mucho por conocer sobre el aprendizaje y su base neural, la abundante investigación ha producido estrategias y principios que pueden ponerse en práctica de forma inmediata, sin costo alguno y con grandes beneficios.
A l inicio de su carrera de piloto, Matt Brown volaba un bimotor Cessna al noroeste de Harlingen, Texas, cuando notó una pérdida de presión de aceite en su motor derecho. Volaba solo, de noche, a 11 000 pies, y llevaba una entrega especial para una planta de Kentucky que había suspendido su línea de producción mientras esperaba piezas para la línea de montaje.
Bajó la altitud y vigilaba la aguja del aceite, esperando poder volar hasta Louisiana, su parada programada para cargar gasolina y donde recibiría asistencia técnica, pero la presión seguía bajando. Matt le había metido mano a motores de pistones desde que tuvo edad para sostener una llave inglesa, y sabía que tenía un problema. Repasó mentalmente una lista de control evaluando sus opciones. Si dejaba que bajara demasiado la presión del aceite, se arriesgaba a fundir el motor. ¿Hasta dónde podría llegar antes de que se detuviera el motor? ¿Qué pasaría cuando se detuviera? Había perdido empuje en el lado derecho, pero ¿podría continuar volando? Revisó los límites de rango que había memorizado para el Cessna 401. Cargado, lo mejor que podría hacer con un solo motor era descender lentamente, pero su carga era ligera y ya había consumido la mayor parte del combustible. Así que paró el maltrecho motor derecho, detuvo la hélice para reducir la resistencia, aumentó la potencia en la izquierda, voló con el timón cruzado y continuó con dificultad por otros 16 km hasta su parada programada. Allí, hizo su aproximación con un amplio giro a la izquierda, por la sencilla, pero crítica razón de que, sin potencia en la derecha, solo podía alcanzar el empuje necesario para nivelarse y aterrizar desde la izquierda.
Aunque nosotros no tenemos que entender cada una de las acciones de Matt, él sin duda debía hacerlo, y su capacidad para salir de ese apuro ilustra lo que queremos decir en este libro cuando hablamos sobre aprendizaje: adquirir conocimientos y destrezas y tenerlos a la mano, de memoria, para que puedas entender futuros problemas y oportunidades.
Hay algunos aspectos invariables del aprendizaje sobre los que muy probablemente estaremos de acuerdo:
Primero, para resultar útil, el aprendizaje necesita de la memoria, de modo que lo que hemos aprendido siga allí cuando lo necesitemos.
Segundo, tenemos que seguir aprendiendo y recordando a lo largo de toda nuestra vida. No podemos avanzar en la secundaria sin tener cierto dominio de la lengua, el arte, las matemáticas, las ciencias y las ciencias sociales. Progresar en el trabajo implica dominar las destrezas laborales y a los colegas conflictivos. Cuando nos jubilamos, elegimos nuevos intereses. Cuando llegamos a la vejez, nos volvemos más hogareños y seguimos siendo capaces de adaptarnos. Si eres bueno para aprender, tendrás una ventaja en la vida.
Aprender es una destreza adquirida y las estrategias más efectivas a menudo son contrarias al sentido común.
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