Sigmund Freud, Carl Jung y Alfred Adler son tres gigantes de la psicología. Este libro destila las ideas y las enseñanzas filosóficas y psicológicas de Adler y las presenta en forma de diálogo narrativo entre un filósofo y un joven.
La psicología adleriana cuenta con un amplio apoyo tanto en Europa como en Estados Unidos y ofrece respuestas sencillas y directas a la pregunta filosófica de «¿cómo puedo ser feliz?». Es muy posible que la psicología adleriana tenga la clave para ello, así que leer este libro podría transformar tu vida. Acompañemos ahora al joven aprendiz y aventurémonos a cruzar la «puerta».
INTRODUCCIÓN
En las afueras de una ciudad milenaria vivía un filósofo que enseñaba que el mundo era un lugar sencillo y que la felicidad estaba al alcance inmediato de todo el mundo. Así, un joven que estaba insatisfecho con su vida decidió visitarlo para llegar al fondo de la cuestión. Creía que el mundo era una caótica masa de contradicciones y, angustiado, la mera idea de la felicidad le resultaba completamente absurda.
JOVEN : Te lo preguntaré de nuevo: ¿Crees que el mundo es un lugar sencillo en todos los aspectos?
FILÓSOFO : Sí. El mundo es un lugar asombrosamente sencillo. Y la vida, también.
JOVEN : ¿Y esto es una argumentación idealista o una teoría práctica? Dicho de otro modo, ¿afirmas que todos los problemas a los que nos enfrentamos tú, yo o cualquiera a lo largo de la vida son también sencillos?
FILÓSOFO : Por supuesto que sí.
JOVEN : De acuerdo. Entonces, permíteme que te explique por qué he venido a visitarte hoy. En primer lugar, quiero hablar contigo de esto hasta que me dé por satisfecho y, luego, si es posible, quiero que te retractes de esta teoría.
FILÓSOFO : Ja, ja, ja.
JOVEN : He oído hablar de ti y conozco tu reputación... Se dice que aquí vive un filósofo excéntrico cuyas enseñanzas y sentencias cuesta mucho pasar por alto... Afirmas que LAS PERSONAS PUEDEN CAMBIAR , QUE EL MUNDO ES SENCILLO Y QUE TODOS PODEMOS SER FELICES ... Eso es lo que he oído. Sin embargo, me parece una postura totalmente inaceptable, así que quería confirmarlo personalmente. Si me parece que te equivocas en algo de lo que dices, te lo señalaré y te corregiré... ¿o crees que te molestará?
FILÓSOFO : No, en absoluto. Agradezco la oportunidad que me brindas. Hace mucho tiempo que tengo ganas de hablar con alguien tan joven como tú y aprender tanto como sea posible de lo que puedas decirme.
JOVEN : Gracias. No creas que pretendo rechazar tu postura sin más. Reflexionaré sobre ella y, entonces, estudiaré las posibilidades a medida que se presenten. El mundo es sencillo y la vida, también... Si esa tesis contiene algo de verdad, tiene que tratarse de una vida vista a través de los ojos de un niño. Los niños carecen de obligaciones evidentes, como pagar impuestos o ir a trabajar. Sus padres y la sociedad los protegen, y pueden pasarse los días sin preocuparse lo más mínimo. Pueden imaginar un futuro que se extienda para siempre y hacer lo que quieran. No ven la triste realidad, tienen los ojos vendados. Para ellos, el mundo ha de ser sencillo. Sin embargo, cuando los niños maduran y se convierten en adultos, el mundo revela su verdadera naturaleza. No tardarán en saber cómo son en realidad las cosas y en ver lo que les está permitido hacer y lo que no, así que su opinión cambiará y no verán más que IMPOSIBILIDAD . La imagen romántica desaparecerá y se verá sustituida por un realismo cruel.
FILÓSOFO : Ya veo. Lo que dices es muy interesante.
JOVEN : Pues aún no he terminado. Cuando crezcan, se verán enredados en todo tipo de relaciones complicadas con distintas personas que les impondrán todo tipo de responsabilidades. Y así será la vida para ellos, ya sea en el trabajo, en casa o en cualquier función que asuman en la vida pública. Huelga decir que, al mismo tiempo, se darán cuenta de múltiples problemas sociales que no entendían de niños, como la discriminación, la guerra o la desigualdad, y no podrán hacer como si no existieran. ¿Me equivoco?
FILÓSOFO : No, me parece que vas bien. Continúa.
JOVEN : Bueno, si viviéramos en una época en que la religión siguiera siendo importante, aún cabría pensar en la salvación, porque las enseñanzas de lo divino serían la verdad del hombre y del mundo, y lo serían todo para nosotros. Lo único que tendríamos que hacer es vivir obedeciendo esas enseñanzas y, por lo tanto, tampoco tendríamos que pensar mucho. Sin embargo, la religión ha perdido su poder y ahora no creemos verdaderamente en Dios. Al carecer de un puntal, vivimos azotados por la inquietud y la duda. No pensamos más que en nosotros mismos. Esta es la sociedad en que vivimos hoy. Así que dime: después de todo lo que he dicho, y dado que estamos controlados por estas realidades, ¿cómo puedes mantener que el mundo es un lugar sencillo?
FILÓSOFO : Sigo manteniéndolo. El mundo es un lugar sencillo y la vida también es sencilla.
JOVEN : ¿Cómo es posible? Cualquiera puede ver que es una masa caótica de contradicciones.
FILÓSOFO : No es que el MUNDO sea complicado. Lo que sucede es que TÚ LO ESTÁS HACIENDO COMPLICADO .
JOVEN : ¿Yo?
FILÓSOFO : Nadie vive en un mundo objetivo. Todos vivimos en un mundo subjetivo al que nosotros mismos hemos dado sentido. El mundo que tú ves es distinto al que veo yo, y es imposible que puedas compartirlo con nadie.
JOVEN : ¿Cómo puede ser eso? Tú y yo vivimos en el mismo país y en la misma época y vemos las mismas cosas, ¿no?
FILÓSOFO : Sí... me pareces bastante joven, pero ¿has bebido alguna vez agua de pozo recién extraída?
JOVEN : ¿Agua de pozo? Mmm... bueno, hace ya mucho tiempo de eso, pero en la casa de mi abuela, en el campo, había un pozo. Recuerdo que disfrutaba del agua fresca que sacábamos en los calurosos días de verano.
FILÓSOFO : Quizá ya lo sepas, pero el agua de pozo se mantiene a prácticamente la misma temperatura durante todo el año, a unos dieciocho grados. Se trata de un número objetivo y es el mismo mida quien mida la temperatura del agua. Sin embargo, cuando bebes en verano, parece que el agua está fresca y, si la bebes en invierno, parece que está templada. A pesar de que se trata de la misma agua y de los mismos dieciocho grados según el termómetro, te parece una cosa o la otra dependiendo de si es verano o invierno.
JOVEN : Así que es una ilusión debida al cambio en el ambiente.
FILÓSOFO : No, no es una ilusión. Para TI , en este momento, que el agua del pozo esté fresca o templada es un hecho irrefutable. Eso es lo que significa vivir en un mundo subjetivo. La subjetividad de CÓMO VEMOS lo es todo, y es imposible escapar de la propia subjetividad. Ahora el mundo te parece un caos complicado y misterioso, pero si cambias, el mundo te parecerá un lugar sencillo. LO QUE IMPORTA NO ES CÓMO ES EL MUNDO , SINO CÓMO ERES TÚ .