Leslie Werner - Mindfulness: Guía práctica para encontrar la paz en tu vida diaria

Mindfulness

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Guía práctica para encontrar la paz en tu vida diaria

Leslie Werner

Copyright © Leslie Werner

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Introducción

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L a palabra “mindfulness” es una traducción del concepto budista “sati”, uno de los Siete Factores para la Iluminación. Aunque la comunidad anglófona ha llegado más o menos a un acuerdo al escoger “mindfulness” como traducción para una idea inexistente en la cultura occidental, en castellano aún podemos encontrar bastante variedad en los términos empleados; variando entre atención plena, consciencia atenta o atención consciente según el autor.

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E sto no facilita la definición de un concepto ya de por sí complejo. Al fin y al cabo, lo que va a afectar a nuestra vida diaria no es como lo denominemos, si no cuánto podamos llegar a comprender del mismo. A forma de pequeña idea básica, podemos más o menos definirlo como el estado mental al que nos lleva la práctica de ejercicios de meditación.

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“M indfulness” significa prestar atención a lo que está pasando en un momento dado en nuestra mente, cuerpo y ambiente externo, con una actitud de curiosidad y bondad. Normalmente se cultiva a través de varios ejercicios de meditación más o menos simples, cuyo objetivo es hacernos más conscientes de nuestros pensamientos, emociones y patrones de comportamiento, así como desarrollar la capacidad de gestionarlos mejor de forma más compasiva.

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S e ha descubierto que la práctica de meditación da lugar a una expansión en nuestra capacidad para hacer mejores elecciones y responder a los retos que nos plantea la vida, proporcionándonos mayor bienestar, claridad mental y capacidad para cuidar de uno mismo y de los demás.

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G eneralmente, la práctica de meditación más popular, Vipassana, implica sentarse con las piernas cruzadas o en una silla, con la espalda bien recta. Se pueden cerrar los ojos o fijarlos en un punto delante de nuestros pies, mientras descansamos las manos en el regazo.

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E s aquel momento en el que hacemos un esfuerzo por centrar nuestra atención en las sensaciones del cuerpo; el contacto con el suelo, el aire pasando a través de nuestra nariz, el subir y bajar de nuestro pecho. Es inevitable que nuestra mente siga desviándose, pensando en otras cosas, obligándonos a volver una y otra vez a esas sensaciones físicas, motivando a nuestra mente a no centrarse en el proceso mental, sino a observarlos pasar.

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E l desarrollo de nuestra curiosidad, aceptación y compasión en el proceso de ir trayendo la mente de vuelta de sus pensamientos diferencia la práctica de ejercicios de Atención Plena del mero entrenamiento de nuestra atención.

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E s algo que se puede hacer tanto reservando un momento diario en nuestra agenda a primera hora de la mañana, como en los diez minutos de descanso en medio de un día estresante.

Sabiduría Oriental y Occidental.

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U na de las ventajas de vivir en un mundo globalizado, es el fácil acceso que tenemos a otras formas de pensar y afrontar la vida. No es necesario siquiera viajar para alimentar nuestra curiosidad por el mundo más allá de las fronteras de nuestra zona de confort, y existe información traducida a multitud de lenguajes sobre culturas cuyas prioridades son completamente diferentes a las nuestras.

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E l conocimiento sobre la mente que se ha desarrollado a través del método científico, nos permite desmitificar prácticas originarias de religiones asiáticas, empleando las técnicas que son beneficiosas para el bienestar de quién las practica sin caer en el dogma religioso, u obligarnos a creer o entender un sistema de creencias complejo y a menudo, anacrónico.

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T ratando de resumir las enseñanzas del budismo, centrándonos en los conceptos que resultan de interés a la hora de mejorar nuestra calidad de vida, nos ayudará a entender mejor el marco en el cual se desarrolla la práctica de ejercicios de meditación.

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G autama el Buda afirmaba que cierta cantidad de dolor es inevitable, pero que el sufrimiento en nuestras vidas es generalmente mayor que el dolor en sí mismo, y eso sí es innecesario.

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E l dolor es nuestra reacción a situaciones de nuestra vida; una reacción instintiva e innecesaria que podría ser controlada para minimizar ese sufrimiento. ¿Por qué sufrir tanto cuando en realidad no lo necesitamos? Si vemos la herida en nuestra rodilla, ya no necesitamos que nos duela para avisar de que debemos curarla.

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E n sus “Cuatro Verdades Nobles”, Buda explicó que las principales causas de sufrimiento son los deseos por apego, la pérdida de algo deseado y la ignorancia. A través de la comprensión de la forma en que estamos apegados a nuestros deseos, miedos y aversiones, podemos dejar ir todo ese sufrimiento innecesario y vivir conforme a nuestra naturaleza inteligente y compasiva.

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¿P or qué no lo hacemos ? Primero, porque no sabemos cómo concentrarnos realmente, y perdemos mucha energía en las decisiones y sensaciones que empleamos para guiar nuestras vidas. Demasiadas cosas distraen nuestra energía de sus verdaderos objetivos. Segundo, no sabemos cómo estudiarnos u observarnos a nosotros mismos para entender la forma en que nuestra mente funciona, su naturaleza.