Karina Velasco - El Arte De La Vida Sana: Tu Guía De Nutrición Para El Cuerpo Y El Espíritu

Me encanta este libro de Karina; las razones son muchas: su lenguaje es muy sencillo, sus conocimientos son profundos, pero lo que más aprecio es cómo relaciona el bienestar del cuerpo con el de la mente y el espíritu; simplemente no existen unos sin el otro. Es así que llevar una vida sana, es un arte.

Sin duda, nuestro concepto de comida, salud y vitalidad ha cambiado enormemente desde que el tema de la “alimentación” comenzó a entrar en la conciencia de quienes habitamos el mundo de hoy. Antes, en nuestro vocabulario no existían términos como colesterol, grasas saturadas, Omega 3 o radicales libres. Nuestra inconciencia era absoluta. Hoy se sabe que 90 por ciento de las enfermedades es resultado de dos cosas: estrés y tipo de alimentación.

Recuerdo que los platillos que mi abuela nos daba los domingos cuando comíamos en familia, reunían todos los pecados alimenticios que Karina nos comparte en estas páginas. Los nietos con gusto anticipábamos el platón de alguna pasta, con queso derretido y abundantes crema y mantequilla, que no podía faltar para acompañar las milanesas empanizadas y fritas, la carne de puerco con puré de papa, las gorditas de requesón, o lo que fuera, menos las verduras, que eran corrientes y aburridas.

En aquel entonces tampoco teníamos conciencia del daño potencial que hace el azúcar, que nos menciona Karina, por lo que ésta formaba parte de nuestra dieta diaria, como lo eran también las harinas y los lácteos. Con platillos que iban desde la yemita de huevo endulzada que nos daban de bebés hasta el infaltable postre diario en casa, nuestros padres nos despertaban la adicción a este “inocente” polvito blanco; con el resultado de que muchos de los niños fuéramos unos auténticos puerquitos, lo cual, claro, era señal de una rebosante salud.

Lo paradójico es que ahora, a la par que nos cultivamos en el tema de la alimentación, la prisa de la vida nos ha llevado a preparar o ingerir alimentos rápidos y prácticos que nos seducen con sus empaques vistosos reproducidos en todos los medios de comunicación gracias a grandes presupuestos en mercadotecnia. A lo que se suma la tecnología que ha permitido desarrollar un sinfín de químicos de nombres impronunciables, los cuales atiborran a los productos procesados que se exhiben en los pasillos del supermercado y de los que Karina nos advierte; si bien estas sustancias logran prolongar la vida de los mismos, hacerlos más grandes o atractivos no son siempre la mejor opción para el organismo.

Lo preocupante es que por falta de información millones de familias en nuestro país todavía no sustituyen los refrescos y alimentos chatarra por alimentos más naturales que además de beneficiar su salud, terminarían por favorecer a su cartera. Con la ayuda de El arte de la vida sana. Tu guía de nutrición para el cuerpo y el espíritu, —este libro donde aprendemos de vitaminas, antioxidantes, los alimentos y sus beneficios, entre muchas cosas más—, te invito a promover pequeños cambios alimenticios dentro de tu propio entorno. Todos estamos a bordo.

Hoy también gracias a la investigación, a la ciencia, al conocimiento de culturas milenarias y a quien lo difunde, sabemos cosas como que, por ejemplo, si te sientes cansado, estás irritable, notas tu vientre hinchado justo después de comer, utilizas la comida para aliviar penas o padeces gripa con frecuencia, tiene que ver con lo que le das de alimento a tu cuerpo, pues todo esto influye en tus emociones, autoestima y salud en general.

Karina, como muchos de nosotros a quienes nos apasiona este tema, se dio cuenta de que nada motiva más a cambiar un estilo de vida o una talla como la información. Y eso es lo valioso de este libro. Para su propia transformación y a base de experiencias personales la autora narra lo que tuvo que padecer, modificar y reaprender para sentirse fuerte, sana, segura de sí misma y llena de energía.

Estoy segura, querido lector, que al empaparte del contenido de las páginas de este libro tan completo, también te sentirás motivado tanto a poner en práctica su sabiduría como a difundirla.