Alberto Lóizaga y Ignacio Lóizaga
Meditar
Aquietá tu mente en la cultura de la velocidad
Grijalbo
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Prólogo
Todo el tiempo pensamos: mientras estamos despiertos y mientras soñamos. El problema no es pensar, el problema radica en que no solemos darnos cuenta de que lo estamos haciendo, y no tomamos conciencia del contenido de lo pensado. En cada pensamiento está presente el actor: nuestro yo, y esa es el arma más efectiva que tiene para mantenerse. Como consecuencia, se generan propensiones que perpetúan ese estado de distracción y, lamentablemente, esto ha venido ocurriendo durante casi toda nuestra vida. Por esa razón nos resulta tan fácil estar distraídos y tan difícil estar presentes. Somos adictos a la distracción.
Lo que fundamentalmente nos aqueja es que no sabemos por experiencia directa qué es lo que realmente somos. Las diferentes religiones y filosofías nos aportan una explicación, que en general tomamos de prestado, y la dejamos ahí, sin preocuparnos por averiguar el misterio de nuestra existencia. Vivimos sobre la base de una suposición y no con la rotunda certeza que nos brinda el conocimiento de la verdad. La noción del Yo que sentimos como real y sólida es producto de esa suposición. Las tradiciones espirituales de Oriente cuestionan la realidad de ese yo y llegan a demostrar que es una falacia que no se sostiene ni por análisis lógicos ni por experiencias contemplativas. Como bien describe este libro, este yo está identificado con todos los pensamientos que tenemos y, por lo tanto, vivimos fuera de nuestra verdadera naturaleza, la esencia de nuestro ser: profunda, pacífica, no conceptual, luminosa e incondicionada. Sin embargo, ella está siempre presente, aunque no la hayamos descubierto todavía. Siendo esa nuestra verdad fundamental, el camino espiritual consiste en verla y estabilizarse en ella para comenzar a funcionar desde ese nivel de verdad y salirnos de esta ficción del Yo y el Ego, que nos condiciona al círculo del nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte. Todos queremos ser felices y evitar el sufrimiento, pero mientras continuemos viviendo en esa suposición e ignorando nuestra naturaleza, no encontraremos un bienestar duradero, no seremos libres. La ignorancia no es simplemente un problema cognitivo, sino que está directamente conectada con nuestro condicionamiento y sufrimiento.
Según dicen los sabios que han alcanzado esa vivencia, esta naturaleza está más allá del pensamiento, las palabras y la descripción, aunque se la puede conocer y vivenciar. Ahí vemos una primera limitación, ya que todo nuestro conocimiento está construido sobre conceptos y nuestro objetivo es conocer algo que los trascienda. El estudio puede orientarnos correctamente, y de hecho es necesario, pero necesitamos una técnica que eduque nuestra mente para que pueda conocer algo que trasciende los conceptos. Esa técnica es la meditación. Si bien hay meditaciones analíticas, que utilizan el pensar con el objetivo de desarrollar cualidades como la compasión, el amor altruista o el análisis lógico de la naturaleza de la realidad, para ese encuentro entre nuestra mente y su propia naturaleza esencial debemos recurrir a la meditación contemplativa. El problema no son los pensamientos, sino el pensar.
En este libro, los autores explican claramente cómo debemos desarrollar un sistema de atención que logre no involucrarse con los pensamientos y soltarlos apenas surgen. Es el desarrollo de la presencia del ahora en el cual solo podrá haber una ausencia o un movimiento de pensamientos o emociones. Es imprescindible desarrollar esa presencia o la no-distracción. En el budismo se dice que la no-distracción es el camino que han seguido los budas del pasado, el que deberán seguir los que se iluminen en el futuro y los que están alcanzando la budidad en el presente. Al principio, lograremos que nuestra mente descanse quieta en el ahora, pero debemos recordar que ese ahora aún es un concepto relativo a pasado y futuro y, por lo tanto, es necesario dar un paso más para salir del ahora conceptual hacia la inmediatez del estado absoluto de nuestro ser, que trasciende el tiempo: el Ahora, con mayúscula, que se utiliza en este texto para indicar ese estado trascendente.
La descripción del espacio interior imbuido de lucidez y amor —la naturaleza de nuestra mente y el universo— que se encuentra en este libro es acertada, y si logramos que nuestra mente pueda dar ese salto de lo conceptual a lo no conceptual, podremos reconocerlo. No es algo fácil de lograr, pero depende de nuestras capacidades, dedicación y, también, de otros factores. De ahí en adelante, la meditación consistirá en familiarizarse con ese espacio interior y, al llegar a una total estabilización, habremos alcanzado el fruto de la completa plenitud de nuestro ser esencial. Pero es necesario recalcar que para ello también se requiere desarrollar cualidades humanas fundamentales como la compasión, el amor altruista, la paciencia y muchas otras. Ese desarrollo hará que nuestro ser actual sintonice con las cualidades sublimes innatas de nuestro verdadero ser y facilite el acceso para poder vivenciarlo. Cuanto más alienados estemos de nuestra naturaleza, más difícil será lograr ese objetivo.
Alberto e Ignacio Lóizaga han viajado a India y Nepal y han recibido enseñanzas de nuestros maestros budistas tibetanos, tanto allí como en sus visitas a la Argentina. Alberto, además, se ha nutrido de la tradición hinduista y ha logrado una fusión que aplica con éxito en sus clases de meditación y en el tratamiento de sus pacientes. Ignacio practica el budismo tibetano desde hace años y su experiencia se ve reflejada en este libro. Me complace enormemente que estas enseñanzas liberadoras lleguen al público y deseo que muchas personas se puedan beneficiar con ellas.
G ERARDO A BBOUD
Presidente del Centro de Budismo
Tibetano Khamgar Dongyuling
Traductor de S.S. Dalai Lama en sus
visitas a Latinoamérica desde 1992
Introducción
Acá y Ahora
El Ahora es lo que no pasa, lo que permanece acompañando el espacio continuo, desde que nacemos hasta morir. Vos elegís en qué mundo vivís. En el espacio real del Ahora, sintiendo tu presencia, o en el Tiempo del Ego, sufriendo con el temor creado por la mente apegada al pasado o futuro.
Ahora sos libre de elegir cómo vivir.
¿Cuándo encontramos el Ahora?
Cuando nos conectamos desde la consciencia con nuestra esencia, cuando nos despertamos y captamos lo real. Nos sentimos siempre acompañados.
¿Cuándo lo perdemos? Cuando nos distraemos pensando en el pasado o el futuro que solo son ideas.
Lo que nos motivó a escribir este libro fue el deseo de enseñar a meditar, una práctica que consideramos el mejor vehículo para liberarnos del sufrimiento o, visto desde otra perspectiva, para ser felices incondicionalmente. Este libro es un manual, con instrucciones precisas sobre qué es la meditación, por qué y cómo meditar en distintos períodos de tiempo y circunstancias a lo largo del día.