Magia para ligar
Magia para ligar
T XEMA G ICÓ
Colección: Manuales de seducción
www.manualesdeseduccion.com
Título: Magia para ligar
Autor: © Txema Gicó
Copyright de la presente edición: © 2012 Ediciones Nowtilus, S.L.
Doña Juana I de Castilla 44, 3º C, 28027 Madrid
www.nowtilus.com
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ISBN-13: 978-84-9967-359-2
Fecha de edición: Junio 2012
- Piensa en qué objetos llamativos colocarás en lugares visibles en tu casa o en tu cuarto. Identifica qué valores quieres comunicar, cómo y en qué medida despertarán la curiosidad de las chicas que los vean y qué breves historias contarás sobre ellos cuando te pregunten, así como de qué forma enlazarás tus comentarios para preguntarle a ella por emociones o vivencias personales al hilo de lo que tú cuentes.
- Practica el juego de imaginar a una chica que se define a sí misma como:
- - Teleoperadora.
- - Defensora de los animales.
- - «Súper-borde».
- - Arquitecta.
- - Fiestera.
- - Tímida.
- - Apasionada por el arte moderno.
- - Un chica muy normalita, del montón (sin duda el ejercicio más difícil puesto que deberás trabajar duro para sacar lo que esa mujer tiene de especial dentro de sí. Sin embargo, cuando lo logres, serás para ella sin duda el hombre de sus sueños puesto que probablemente ni ella misma había hecho nada remotamente parecido anteriormente).
- - Y todas las demás opciones que se te ocurran. Piensa en qué más valores explorarás sobre ella a partir de esas «definiciones» y en cómo podrías enganchar su realidad con la tuya, haciéndole ver que comprendes bien sus vivencias actuales y que tú has pasado por ellas en el pasado.
- Idea buenas razones para invitar a una chica a subir a tu casa al final de vuestro encuentro.
- En general, planifica tus «no-citas». Eso no significa que fuerces la situación para que sean, por todos los medios, tal y como tú las has diseñado. Diviértete con lo que ocurra pero se trata de tener siempre una alternativa que sabes que va a funcionar y que va a permitirte avanzar hacia el siguiente paso disponible.
- Busca qué habilidades te pueden ayudar en tu camino para crear intimidad física de forma natural con una mujer durante vuestro encuentro o cuando ya estéis de vuelta en casa de uno de los dos. Entonces, justo en ese momento, piensa en que te gustaría enseñarle algo o probar algo con ella que tenga que ver con esa habilidad. Me refiero a cosas como: «Oye, déjame que te haga reiki en la espalda para aliviarte ese dolor». Reiki , acupresión, pasos de baile, reflexoterapia, masajes relajantes (sólo relajantes porque si no sabes cómo hacer otro tipo de masajes podrías hacerle daño a alguien), movimientos de defensa personal, hipnosis (aunque eso es algo muy serio, también puede ser lúdico), etc. Para defenderte bien en muchas de estas disciplinas, te bastará con buscar información en internet y llevarla a la práctica convencido de su eficacia en tus manos. Para otras (osteopatía, hipnosis clínica), es una inversión más que rentable de tiempo y dinero apuntarte a cursos rigurosos sobre el tema. Además, esos cursos suelen estar llenos de mujeres con las que podrás practicar tus recién adquiridas habilidades con el genuino interés de mejorar. Te enriquecerán en muchos sentidos.
A la mejor mujer con la que he ligado nunca.
Ella sabe perfectamente quién es.
No puedo prologar un libro como éste. « Magia para ligar ». Lo de magia, pase… Pero, ¿ para ligar? Es algo así como si me imaginara a un adolescente buscando besos en un bar. La idea se rebela en mi cabeza. Txema dice cosas en este libro que no apruebo y que escandalizarían a muchas personas que conozco. Y con razón. Pero tengo que reconocer la importancia de lo que plantea.
Y por otro lado, reconozco que al leer este libro me ha venido a la mente algo que me contó un alumno hace mucho tiempo.
Se llamaba José Manuel. En aquel momento tenía treinta y ocho años. Supongo que ahora tendrá casi cuarenta y cinco. Estábamos en un taller abierto para aprender a hacer presentaciones y, cuando le tocó el turno a José Manuel, el grupo entero aplaudió.
Para algunos era previsible. Era un alto directivo de una consultora internacional. Era el único del grupo que tenía un Porche Targa 4S. Estaba muy moreno a pesar de que era abril, porque antes de venir al taller siempre iba a jugar al golf. Antes de hablar, el resto de compañeros ya sabían que hablaría bien.
Para mí no era tan obvio. Vi detrás de su actuación una personalidad tímida, aunque parecía claro que la controlaba al hablar ante sus compañeros.
Yo preparo a mis clientes según su personalidad para «olvidar» esa timidez y que quede tras el telón.
Al acabar la sesión, José Manuel se acercó a mí y me dijo que él no siempre había sido así. Con quince años era de los que se sientan en mitad de la clase, ni delante con los empollones, ni detrás con los gamberros. Sólo quería desaparecer y que nadie se diera cuenta. No le gustaba que le sacasen a la pizarra y nunca salía voluntario. A pesar de que sus notas eran buenas sus padres estaban convencidos de que había que llevarle al psicólogo para que le ayudase en su relación con los demás.
Al año siguiente llega una chica nueva a clase. José Manuel cree que es la chica más guapa que ha visto en su vida y sólo quiere desintegrarse como las naves de Star Trek. Como no lo consigue, pasa el primer trimestre mirando a la mesa de la chica nueva. En el autobús intenta sentarse cerca de ella por si acaso hablan ese día. Pero no hablan ni ese día ni los siguientes. José Manuel comienza a sacar malas notas y sus padres le llevan al psicólogo. Este les dice que tiene problemas de atención. Así llaman a estar enamorado cuando eres adolescente.
José Manuel toma la determinación de hablar con la chica nueva. Prepara en un papel lo que le quiere decir. Y esa tarde baja en la misma parada de autobús que ella. Siente como el pecho se le estrecha y no le deja respirar. Así que no hace nada. Eso le sucede dos veces más…
Pero un día toma aire y la saluda, le dice que si quiere «salir con él». Y ella le dice que no.
Así que nunca quedaron, pero ese momento cambió la vida de José Manuel. Muchísimo antes de que tuviera su primera presentación en público tuvo que enfrentarse con algo mucho más complejo. Muchísimo antes de que hiciera su primera venta hizo su primera puerta fría. Muchísimo antes de que temiera el «no» de su jefe, temió el «no» de la chica nueva de clase.
Y después de superar aquello (en esa ocasión y todas las que vinieron después), fue adquiriendo una confianza que se hizo imprescindible cuando en vez de ir a clase tenía que planear una fusión en una reunión.
La seducción (dejadme que yo la llame así) es el momento social crítico por excelencia. En ese momento confluyen los factores que marcan nuestra relación con el entorno y los demás. El autoconcepto de muchas personas para su futuro se define en las primeras escenas de la seducción. El valor que damos a la opinión del otro, y su poder, es algo que tiene especial importancia cuando el chico conoce a la chica (aquí podéis poner todas las combinaciones que queráis). Los nervios y el autocontrol se salen de lo que uno puede gestionar esas primeras veces. La memorización de lo que uno ha escrito en un papel porque es lo que le gustaría decir se torna imposible.