INTRODUCCIÓN
“Este programa te da el empujoncito que necesitas para alcanzar el éxito ”. Así, con mucho ánimo, empezaba el show cada día en mi primer programa de radio. Desde entonces la palabra empujoncito es algo que mis oyentes asocian conmigo. Un día me puse a analizar cómo podía darles otro empujoncito adicional a mis seguidores, y así fue como en el 2013 nació mi canal de YouTube titulado El Empujoncito de María Marín, que transmite videos cortos de dos minutos de duración. Todos son de motivación y a la vez tienen mucho humor; hasta me atrevo a hacer personajes cómicos en ellos. El éxito de estos videos fue impresionante, a tal punto que algunos han sido vistos millones de veces. ¡Tienes que verlos! Me fascina este proyecto y me involucro en todo el proceso de creación. Cuando escribo los guiones de estos videos, siempre me quedo con deseos de profundizar más mis consejos pues 120 segundos no es tiempo suficiente para explicarlo todo. Por eso, decidí escribir este libro, en el cual puedo expandir sin límites mis empujoncitos sobre los asuntos del corazón, que son los preferidos de mi audiencia.
Todo el mundo tiene un profundo deseo de amar y ser amado, pero muchas veces el miedo, las inseguridades, la inexperiencia o la falta de información nos detienen a lanzarnos en las aguas del amor, y mi propósito es ayudarte a nadar en ellas.
Recuerdo que cuando estaba aprendiendo a nadar, a los seis años de edad, me ponían unos flotadores en los brazos para que no me fuera a ahogar, y solo me atrevía a meterme al agua si estaba acompañada de mi papá. Recuerdo la vez que, en un día soleado de verano, celebrábamos el cumpleaños de mi hermano en la piscina de mi tío.
—Tírate, dale, uno, dos y tres… —me animaba mi papá mientras me retaba a saltar sola a la piscina.
—No papi, me da miedo —le decía yo, temerosa.
—No te va a pasar nada, yo te voy a agarrar —me alentaba con los brazos abiertos.
—El agua está fría —le mentía para no saltar.
—Toca el agua con el pie y verás que está calentita. Vamos salta, no te vas a arrepentir —me insistía.
—¡Noooo! —grité a todo pulmón mientras mi hermano me empujaba por sorpresa a la piscina.
Cualquiera que estuviera viendo esta escena pensaría que al salir a la superficie yo estaría asustada y enojada. Sin embargo, salí a flote riéndome y aliviada, pues desde hacía mucho rato me moría por meterme al agua para poder jugar con mi papá y mis hermanos.
Después de ese empujón, ya no necesité ayuda para saltar al agua. Era yo quien empujaba a otros a la piscina. Hoy quiero darte ese mismo empujoncito por medio de este libro. Las siguientes páginas te ayudarán a ti y toda mujer, sea soltera, casada, divorciada, separada, emparejada ¡y hasta viuda!, a sumergirse en las profundas y maravillosas aguas del amor.
En El empujoncito para el amor aprenderás todo lo que te hace falta saber sobre el amor y el sexo. Te voy a revelar los lugares menos pensados donde puedes encontrar pareja, aunque antes de hallar a tu príncipe azul tendrás que besar a muchos “sapos”. También nos adentraremos en aguas más calientes donde te enseñaré el secreto para volver loco a un hombre en la cama y las fantasías sexuales más atrevidas de las mujeres. En aguas más turbias aprenderás las señales más encubiertas e inusuales de un traidor y te diré si perdonar o no una infidelidad. También te llevaré a aguas más calmadas donde aprenderás los diferentes lenguajes del amor para que puedas comunicarte mejor con tu pareja. Además aprenderás una serie de Empujoncitos™ para embellecerte por dentro y por fuera. Asimismo al final de cada capítulo la reconocida astróloga y terapeuta Alicia Morandi, con su método exclusivo de unir la astrología y la sicología, te revela cómo aprovechar los atributos que te regala tu signo zodiacal y convertirte en un imán para el sexo opuesto.
Esto es solo la orilla del mar de conocimientos que navegarás en estas páginas escritas especialmente para ti. ¿Estás lista para un empujoncito?
CAPÍTULO 1
EMPUJONCITOS PARA HACERTE IRRESISTIBLE , SENSUAL Y SEGURA
Introducción
¿Crees que podrías desfilar como modelo en una pasarela en París, Nueva York o Milán? Seguramente piensas: “¿Estás loca?”. Pero si te digo que si eres una mujer segura de ti misma, podrías hacerlo, ¿me creerías? Pues te cuento que el famoso diseñador de la marca Chanel, Karl Lagerfeld, quien ha vestido a las mujeres más bellas y famosas del planeta, como Sandra Bullock, Jennifer López, Sofía Vergara y Nicole Kidman, entre otras, dijo una vez en una conferencia de prensa lo siguiente: “Al seleccionar mis modelos para desfilar mis colecciones, no me fijo en la belleza física, sino que tomo en cuenta la actitud y seguridad que proyecta la modelo al caminar, pues su actitud puede embellecer un diseño o lo puede estropear”.
Sin duda, la seguridad que proyecte una mujer será el accesorio que más resalte su belleza, no solo en una pasarela sino en cualquier escenario de su vida, y esto es algo que no se puede comprar, pero se puede aprender. ¡Bienvenida al capítulo, donde aprenderás a hacerte irresistible en cuerpo y alma!
| La suerte de la fea la bonita la desea |
¿Recuerdas la novela Betty la Fea ? ¡Por supuesto! Quién puede olvidar a Betty con sus gafas, frenillos y flequillo. Fue tan famosa la novela que hicieron una serie animada titulada Betty Toones, y hasta crearon una versión en inglés, Ugly Betty , la cual llevó a América Ferrara a la fama en Hollywood.
Mucho antes de que saliera esta novela, conocí un caso parecido. En mi escuela había una chica poco atractiva a quien casualmente apodaban Karen la Fea. Lamentablemente su apariencia física era motivo de burla entre todos los estudiantes de la escuela. Esta muchacha tenía el cabello negro rizado, pero realmente parecía que se había electrocutado y que ningún peine había pasado jamás por su cabeza. Padecía de acné, pero no unos simples granitos, sino unos barros infectados de pus del tamaño de un garbanzo. Además tenía frenillos en los dientes y sus labios siempre estaban secos y cuarteados. Y para completar su look , usaba unas gafas con un cristal que parecía el lente de una lupa. Recuerdo que la broma más ofensiva que le podían hacer a un chico en la escuela era que le dijeran que era el novio de Karen la Fea.
Karen era tan conocida por su fealdad que hasta la dibujaban en las paredes de los baños. Pero lo más impresionante de esta “nerdita”, que parecía que no rompía un plato, eran sus respuestas. Siempre admiré su actitud, nunca se quedaba callada cuando la molestaban. Constantemente tenía una contestación ingeniosa y turbulenta para cada uno de los insultos que recibía.
—¡Escóndanse que ahí viene Karen la fea! —vociferaba una estudiante cuando ella salía del baño.
—Sí, métanse en un hueco, ratas inmundas, allá van a encontrar a su familia —respondía Karen despectivamente.
—Ni Frankenstein quiere ser tu novio —gritaba otra de lejos mientras se carcajeaba.
—¡No me importa!, no ando buscando novio porque no soy una cualquiera como todas las de esta escuela —gruñía con rabia y altanería.
La pobre Karen tuvo que lidiar diariamente con escenas como estas en todos sus años escolares. Cuando terminó la escuela y nos graduamos, Karen fue becada y tuvo la oportunidad de ir a estudiar a Suiza, y ya no supe más de ella. Años después asistí a la celebración del vigésimo aniversario de nuestra graduación. La mayoría de mis excompañeros ya estaban casados y con familia, y otros se habían divorciado. Algunos eran dueños de compañías, otros doctores o abogados, amas de casa, maestras, ingenieros, electricistas, peluqueros y uno que otro fracasado. Pero lo que jamás imaginé fue que encontraría nuevamente a Karen la Fea. Cuando la vi, pensé: ¿Cómo es posible que venga a compartir con todos los insensibles que tanto la hostigaron cuando era jovencita?