CONTENIDO
Dedicado a todos los sobrevivientes de traumas que han compartido valientemente sus historias conmigo. Me han enseñado una y otra vez sobre la resiliencia del espíritu humano.
No hay vida humana exenta de trauma. Sea que lo experimentemos de forma directa o seamos testigos de él a la distancia, todos conocemos el trauma de una forma u otra.
Como psicóloga, he trabajado con muchas personas que han vivido dolores inimaginables. Una mujer cuya madre la vendió cuando era niña para comprar drogas. Sobrevivientes de tortura a quienes el gobierno cortó sus extremidades. Hombres y mujeres que vivieron en zonas de guerra y despertaban por las noches por el estruendo de las bombas, preguntándose cuál marcaría su inminente muerte. He hablado con madres que perdieron a sus hijos, atormentadas por un dolor que les atraviesa cada hueso del cuerpo y aumenta con cada respiración. Niñas y hombres que han sido brutalmente violados, a veces por miembros de sus propias familias, y mujeres a quienes sus parejas les azotaron la cabeza contra la pared. He trabajado con gente que está tan furiosa que es capaz de golpear cualquier cosa o a cualquier persona a su alcance.
Pero en medio de cada una de estas inimaginables tragedias, también he escuchado historias de fuerza, esperanza, amor, reconexión y crecimiento.
Mi vida también ha sido tocada por el trauma. Hace algunas generaciones, mi familia atravesó el genocidio armenio. Más recientemente, enfrentamos el dolor y la confusión del suicidio de un familiar. Algunas de mis mejores amigas han sido violadas o golpeadas por sus parejas. Mientras más me enfrento al trauma, de forma directa o a través de mis clientes y seres queridos, mi fe en la resiliencia del espíritu humano aumenta más y más. Creo que la gente puede enfrentar lo impensable y, desde el dolor, crear algo hermoso.
También creo en la ciencia. Creo en su lógica y en su capacidad para apoyar nuestra inclinación natural a sanarnos a nosotros mismos (y a otros). No podemos conquistar lo que no comprendemos y la ciencia nos puede decir si algo que de manera intuitiva nos parece una buena idea realmente puede ayudarnos. También nos puede decir por qué y cómo ayuda. En los últimos años, la ciencia nos ha dado incontables pistas de cómo podemos sanar nuestra mente y nuestro espíritu. En este mismo momento, los investigadores trabajan sin descanso para entender las semejanzas que comprenden la experiencia humana y los mecanismos precisos que se necesitan para sanar de la tragedia y el trauma.
Además de trabajar terapéuticamente con una amplia variedad de sobrevivientes de trauma y de ver de primera mano qué los ayudó a sanar, también he pasado tiempo estudiando la forma en que la gente puede enfrentar el trauma e identificando qué factores están asociados con mejores resultados en salud mental. En una investigación entrevisté a mujeres que habían emigrado a causa de la guerra de Afganistán para comprender cómo lidiaba cada una de ellas con la adversidad. Aunque todos responden al trauma a su modo, hay varios elementos comunes que están relacionados con los factores que los sostienen y con aquello que los ayuda a sobrevivir e, incluso, a mejorar. También he colaborado en proyectos a nivel estatal con otros especialistas en salud y trauma con el fin de examinar de qué manera las instituciones, como los hospitales psiquiátricos, pueden ayudar a los sobrevivientes de un trauma a sanar, o bien, cómo los lastiman aún más.
Las estrategias que se discuten en las siguientes páginas han sido probadas científicamente. Estos ejercicios han ayudado a miles de sobrevivientes de trauma a lidiar con experiencias y emociones debilitantes, también han demostrado la reducción (e incluso la eliminación) de los síntomas relacionados con el trauma. Espero que este libro te brinde las herramientas que necesitas para sanar.
UNA NOTA
PARA LOS LECTORES
Los nombres y otros datos personales de todos los clientes descritos en este libro han sido alterados para proteger su privacidad.
Este libro fue diseñado para usarse de forma que sea de la mayor ayuda. Si lo prefieres, puedes comenzar por el principio y trabajar en orden, pero los ejercicios están agrupados por categoría y no dependen de que se realicen en orden consecutivo.
Como alternativa al trabajo de principio a fin, puedes saltar a cualquier sección que para ti tenga más sentido, dependiendo de con qué estés lidiando en este momento. Cualquier paso que des en tu viaje de sanación es importante. Dicho lo anterior, cualquier sobreviviente de un trauma se beneficiará de cada uno de los capítulos y ejercicios aquí incluidos; de modo que, si decides saltarte algunas secciones en esta ocasión, procura volver en algún momento y ver lo que las otras secciones pueden enseñarte.
Muchos de los cuestionarios y evaluaciones de este libro de ejercicios están diseñados para el autodiagnóstico, de modo que te ayuden a identificar los síntomas específicos que estás experimentando y te ofrezcan algunas palabras útiles y coherentes para describirlos. Esto te brindará una comprensión más profunda de lo que estás enfrentando para que puedas priorizar tus objetivos, seguir tu progreso y elegir las estrategias e intervenciones más efectivas para ti.
Por lo general, los ejercicios y el desarrollo de habilidades se logran más fácilmente cuando estás calmado y eres capaz de enfocarte, no cuando estás en medio de una emoción fuerte o de un recuerdo traumático. Es común que tu mente se quede en blanco si te encuentras en crisis o cuando te sientes rebasado por un recuerdo o una emoción. Puedes olvidar lo que estabas haciendo o sentir que todo es excesivamente difícil. Te invito a que durante estos momentos regreses a cualquier sección o habilidad que te haya servido antes. Esto no solo te ofrecerá una distracción tangible de tus pensamientos, recuerdos y emociones difíciles, sino que también te ayudará a establecer la práctica de moverte a través del dolor y volver a ti mismo. No será fácil enfrentar tu trauma; por ello es muy tentador evitar los recuerdos y tratar de olvidar, pero la negación solo hace que el trauma se afiance, se aferre a ti con más fuerza y no ceda.
Conforme comiences a trabajar en el material de este libro, puedes experimentar fuertes emociones negativas e incluso flashbacks dolorosos sobre aquello que has vivido. Esto puede ser una señal de que necesitas tomar un breve descanso y volver al ejercicio cuando te sientas listo. Si empiezas a sentirte abrumado por recuerdos o emociones, cierra el libro y respira profundo. Tal vez necesites salir a caminar o hablar con alguien de confianza antes de regresar al material. Tómate tanto tiempo como sea necesario antes de comenzar nuevamente. Confía en ti para afrontar el trabajo al ritmo que sea mejor para ti.
La manera como la gente responde a eventos traumáticos varía mucho. Mientras que una persona puede sufrir principalmente con pensamientos negativos sobre sí misma o sobre el mundo, alguien más puede quedarse paralizado por un sentimiento sobrecogedor de tristeza o pérdida. Un tercer individuo puede sentirse profundamente molesto por la forma como ha venido actuando desde el evento; podría, por ejemplo, ser descuidado con su salud o ponerse en situaciones de alto riesgo. Utiliza tus síntomas particulares para guiarte en cuanto al orden en el que abordas los capítulos.
Si apenas comienzas a comprender tus síntomas o quieres determinar qué aspectos de tu experiencia se relacionan con el trauma que enfrentas, comienza por el capítulo 1: Entendiendo el trauma. Si te encuentras más bien rebasado por sentimientos de miedo, rabia o tristeza, pasa al capítulo 2, que tiene que ver con las emociones. Si tus pensamientos son los que parecen estar causando el mayor problema —por ejemplo, si te culpas constantemente por lo que ocurrió o te concentras en cuán cruel e injusto es el mundo—, dirígete al capítulo 3, que se enfoca en tus pensamientos. El capítulo 4 se centra en el cuerpo y te ofrece una guía sobre los síntomas físicos que puedes experimentar y cómo reconectarte con tu cuerpo de formas saludables. Finalmente, si tu principal preocupación es sentirte aislado o si has tenido problemas en tus relaciones desde el acontecimiento traumático, tal vez quieras comenzar por el capítulo 5.