Susan J. Wright - Los chakras en la práctica chamánica: Ocho etapas de sanación y transformación

A mi madre, Jane Alice, quien me liberó para ser mi verdadero ser, y a mi hija, Kelly Claire, quien ha cautivado mi corazón para la eternidad

Agradecimientos

Me gustaría expresar mi agradecimiento sincero a todos los que han apoyado el proceso de este libro en Inner Traditions; en especial a Jon Graham, quien me animó a ir lo más profundo que me atrevía para encontrar mi voz más verdadera, y Vickie Trihy, quien utilizó su pericia creativa para arreglar las emergentes canciones complicadas de mi espíritu. Estoy emocionada que muchas personas ahora leerán la música de este libro y cantarán sus propias canciones de belleza.

Gracias a John Perkins por sus respuestas entusiasmadas a las semillas más tempranas de este libro y por sus reacciones magistrales y estímulo incansable. Éste es mi árbol, John!

Gracias a todos mis maestros, estudiantes, clientes, y amigos por la oportunidad de seguir aprendiendo, refinando mis habilidades, creciendo, y gozando.

El círculo sagrado de diosas vivas que me rodean llenan mi corazón con poesía. Estoy profundamente agradecida por su apoyo. Gracias a Rebecca Kane, Leigh Reeves, Sara Rubin, Lynne Berrett, Robin Kupietz, Cathy Sweet, Shelley Volk, Andrea Cannistraci, Rhona Wexler, Andrea Ossip, Geri Pelliccio, Marion LoGuidice, Roberta Omin, y Kelly Jamieson. También estoy nutrida por las memorias de los que viven lejos, incluyendo a Renie, Cat, Wendy, Mary, Bee, Naomi, Shirley, Andrea, Rivka, Lauren, Steve, Susan, Liana, Seleka, y Hermene, y los muertos, incluyendo a Betty, Frank, Margaret, Spoof, Evgen, y Patrice.

Gracias a mi hermano fuerte y dulce, Kevin, por sobrevivir la niñez conmigo y por expresar interés en este libro, y a Francis, el padre consistente y devoto de mi hija. Y gracias a Eric por tu paciencia, Scott por tu lealtad, y especialmente a mi querido Mark, por tu asombroso corazón expansivo.

Gracias, Pachamama, por la vida misma, y gracias a la sustancia y espíritu de los árboles que retienen estas muchas palabras.

Prefacio

Tarde en la noche, el oleaje golpeó estrepitosamente la playa de la Florida. Mientras luchaba por salir del agua pensé que escuché el sonido de tamboreo. Escudriñando hacia la tierra oscura, mirando nada, yo concluí que fue una ilusión, las olas grandes resonando de las dunas y los edificios en la distancia.

Fue la penúltima noche juntos para nuestro grupo de unos sesenta hombres y mujeres que habían pasado los últimos tres días en un taller dedicado al transformar el mundo a un mejor lugar. Acabábamos de compartir una ceremonia poderosa, conectando con la tierra de la playa, el fuego en las estrellas, el aire del viento, el agua del mar, y lo que los shuar de Amazonas llaman “Arutam”, los quechua de los Andes, “Ushai” y los tibetanos, “Eter”. Este Quinto Elemento es conocido por las culturas indígenas alrededor del mundo como una fuerza que nos permite cambiar nuestra conciencia individual y, al hacerlo, el mundo. Muchos de nosotros habíamos terminado la ceremonia con zambullirnos al Atlántico.

Yo me quedé en pie por un momento respirando el aire salado y admirando la luna que estaba ascendiendo como un fantasma de las olas, casi llena, un faro anaranjado que parecía sacarme afuera al universo, como una confirmación física de la creencia chamánica que estamos todos unidos, no hay separación. Yo pensé en otra noche parecida cuando Don Esteban Tamayo, el gran chamán otavalo de las alturas de los Andes del Ecuador, había visto el reflejo de la luna en el océano por la primera vez en su vida. “El camino del Yachak,” él exclamó. “El camino del chamán.”

El tamboreo se volvió más fuerte. Ya no había duda en mi mente que no era las olas. Yo volví la espalda a la luna y seguí la luz que virtió por la playa, hacia ese sonido. Mis ojos se ajustaron; una sombra apareció. Moviendo. Bailando. Lento al principio, después acelerando con el ritmo del tambor. Más y más rápido, inclinando, arremolinándose, girando en la luz de la luna —volando por el camino del chamán.

Yo tomé varios pasos hacia esta aparición, preguntándome si de alguna manera había emergido del mar a otra dimensión, otro tiempo o lugar, y sabiendo al mismo tiempo que no lo había hecho. Yo estaba en esta playa, bañada por el viento y la luna, experimentando la magia de un momento especial.

Mientras yo me acerqué, la silueta del tamborilero sentado en la arena se juntó con la de la bailarina. Varias otras figuras sombrías se apiñaron en torno de ellos. Alguien se acercó y me dio un leve codazo. “Susan Wright está bailando los elementos,” la voz de una mujer ronroneó. “¿Ella es increíble, no?”

Yo había conocido a Susan como terapeuta y devota del chamanismo y cambiando de forma, una estudiante mía y un alma bella y llena de compasión que se dirigía para curar y consolar a los que lo necesitaban, pero eso era un lado de ella que nunca había visto antes. Yo me quedé en la playa aquella noche, paralizado, mientras ella bailó los elementos en la luz de la luna, acompañada por las olas y el tambor.

Después caminé con ella de regreso al hotel donde se quedaban los participantes del taller. “Es mi pasión,” dijo ella con esa sonrisa suya contagiosa. “El baile es cambiadora de forma y curativo. No importa que edad tienes ni su condición física, siempre puede bailar de una manera u otra.”

La mañana siguiente, a mi invitación, Susan nos guió a todos del taller por la Danza de los Chakras. Ella tenía razón; ella nos enseñó movimientos que resultaron fáciles para todos. No solamente fue vigorizante y divertido; también fue un esfuerzo extremadamente poderoso y transformacional.

Desde entonces Susan y yo hemos facilitado varios talleres juntos. Para mí, siempre es una experiencia exultante. Sus creaciones reflejan el significado verdadero de la magia. Nos llevan a nuevos niveles de la conciencia, empoderándonos para lograr metas que antes solamente nos imaginábamos, y a realizar nuestros sueños más profundos.

Estoy tan contento que Susan Wright ahora esté compartiéndose y su magia con un público más amplio, por medio de este libro maravilloso.

Lea, aprenda, goce —y cambie la forma de usted mismo y del mundo.

JOHN PERKINS

John Perkins es reconocido por The New York Times como escritor de mucho éxito en ventas. Sus libros incluyen Confessions of an Economic Hit Man (Confesiones de un sicario económico), Transmutación, El mundo es como uno lo sueña, Psiconavegación, The Stress-Free Habit (El hábito libre de estrés), y Spirit of the Shuar (Espíritu de los Shuar).

Los chakras y el cuerpo energético

Introducción

La evolución de un chamán

Con frecuencia yo les digo a las personas que después de mi niñez desoladora, yo tenía que reconstruirme de palillos y chicle, fósforos y cinta adhesiva, porque lo que quedó estaba tan fragmentada y frágil. Frecuentemente me sentía como si estuviera construyendo un modelo sin ni juego de piezas ni plano. Yo trabajaba mucho en eso, con diligencia, consistencia, y pasión, y ahora estoy esencialmente entera. Por esta fragmentación y la reconstrucción consciente he sido bendecida con el conocimiento práctico sobre la curación que se generaliza a otras personas. Como chamán, puedo apoyar a las personas sólo en hacer las conexiones que ya he hecho yo para mi misma; puedo llevar a las personas con seguridad sólo a los lugares adonde ya he ido yo.