Agradecimientos
Al empezar a reflexionar sobre la magnitud de este proyecto recordé al famoso quarterback que salta al campo en el último cuarto del partido, conferencia con sus compañeros y se dirige confiadamente a la línea donde se va a librar la pelea, para lanzar desde allí el perfecto pase en espiral que avanza cincuenta yardas sobre el campo para lograr el touchdown ganador. Los aficionados gritan de júbilo, los entrenadores se sienten emocionados, y el quarterback se deleita gozosamente con la gloria de haber ganado el partido. Pero fue un esfuerzo de equipo. El quarterback es el héroe público; no obstante, en cualquier juego en que se participe en la vida hay una multitud de otros jugadores que son los héroes ocultos, y en esta empresa ha habido muchos de ellos. Como saben muy bien todos los que me conocen, nunca me han faltado las palabras, pero me siento realmente abrumado al tratar de poner por escrito lo que siento hacia tantos miembros de la familia, amigos y colaboradores que han actuado de una forma tan fenomenalmente desprendida. Resulta difícil asignarles una jerarquía, puesto que se ha tratado desde el principio de un verdadero esfuerzo en equipo.
A mi esposa Becky, a mi madre y a mis cuatro hijos —Jairek, Josh, Jolie y Tyler—: vuestro amor es mi fortaleza. Y nada es más importante para mí.
A mis ayudantes, Deena Tuttle y Karen Risch, dos extrañas dinamos, que permanecieron fieles a la visión de que lo que estamos haciendo significará una diferencia, a pesar de que eso signifique permanecer toda la noche alejadas de sus esposos e hijos, e incluso siguiéndome por todo el país, manteniendo siempre una actitud alegre y de apoyo. Este libro no habría podido quedar terminado sin su absoluta fidelidad.
A mis representantes y directores de ventas, que trabajan diariamente para llevarme a salas atestadas de público que espera participar en mis seminarios; y a mis asesores personales, que me han ayudado a demostrar que los seminarios basados en el vídeo representan una verdadera diferencia: os agradezco vuestro valor y dedicación. A los representantes del Servicio al Cliente de la Robbins Research International, que inspiran a los clientes para que emprendan la acción y avancen hasta alcanzar nuevos niveles: os estoy muy agradecido.
A todo mi equipo en las oficinas del Robbins Research International en San Diego, que ha trabajado mucho, a veces a deshoras, para lanzar los productos de mi frenesí y mantener la visión de conjunto: os saludo.
A mis socios y asociados de todas las Tony Robbins Companies, y especialmente a mis queridos amigos de Fortune Management: vuestra sensibilidad para con mis increíbles programas me ha llegado al corazón.
A todos aquellos que han participado en mis seminarios: he aprendido mucho de ustedes, y les agradezco su participación en esta obra. Un agradecimiento especial para la clase de certificación de 1991, que me apoyó mientras tuve que trabajar todas las noches durante más de dos semanas con objeto de entregar este libro a tiempo.
A Earl Strumpel, cuyo afecto, amistad y compromiso durante las veinticuatro horas del día para conseguir y mantener los recursos que yo necesitaba me han proporcionado la paz mental necesaria para crear.
Al doctor Robert Bays, mi querido amigo, cuya sabiduría y afecto incondicional me han impulsado por caminos llenos de baches, y cuya aportación siempre he considerado valiosa: te estoy eternamente agradecido. A Vicki St. George, una verdadera joya: gracias.
A Michael Hutchison, que se mantuvo de forma permanente a un nivel muy elevado: me siento bendecido por nuestra relación. A mi mejor amigo, Michael Keyes: gracias, compañero, por tu humor y tu ingenio, por tu comprensión y apoyo. A Alan, Linda y Josh Hahn por vuestra inspiración y amistad: espero un largo y venturoso futuro para vosotros.
Al «equipo del castillo», y especialmente a Theresa Lannon y a Elizabeth Calfee, que son el mejor equipo de apoyo que existe sobre la Tierra: gracias por haber mantenido el hogar de este hombre como un castillo.
A mis buenos amigos de la Guthy-Renker Corporation, Greg Renker, Bill Guthy, Lenny Lieberman, John Schulberg y John Zahody, quienes, junto con el personal de Cassette Productions, me han ayudado a distribuir por todo el mundo, durante los dos últimos años, más de siete millones de cintas de audio, con mi filosofía sobre el poder personal.
A Peter Guber, por sus inspiradoras llamadas telefónicas y apoyo: valoro profundamente nuestra relación.
A Ken y Marge Blanchard: la reunión quincenal conmigo y con Becky ha sido siempre fuente de magia mutua y de un respeto creciente.
A Martin y Janet Sheen, por ser tan extraordinarios ejemplos de pasión, integridad y compromiso: gracias por ser una luz.
A todos los voluntarios de la Tony Robbins Foundation: los que no tienen hogar, los detenidos, los niños y los ancianos no serán ya los mismos gracias a vuestro compromiso constante con la contribución desprendida. ¡Vosotros sí que constituís una diferencia!
A Stu Mittleman, Phil Maffetone, Paul Pilzer y John Robbins, cuyas contribuciones a este libro llamarán la atención sin lugar a dudas sobre la calidad de las vidas de muchas personas.
Al gran maestro en taekwondo Jhoon Rhee, cuyos constantes afecto, lealtad y conocimiento me han inspirado para alcanzar mayores logros: me inclino respetuosamente ante usted, señor.
Al increíble equipo de nuestro lugar de retiro en Fiji, la Namale Plantation Resort, y a los miembros de los pueblos vecinos de Viville y Nadi: me habéis enseñado realmente, por medio del ejemplo, que la vida es un don y una alegría, y que la felicidad es la única forma de vivir.
A Jan Miller y su competente equipo, mi enlace leal en este negocio editorial idiosincrático: me descubro ante vosotros. A Dick Snyder, Bob Asahina y Sarah Bayliss: gracias, una vez más, por la fe que habéis depositado en mí.
A los gigantes sobre cuyos hombros me he apoyado, los maestros que tanto han contribuido a configurar mi filosofía, mis estrategias y habilidades: os reconocí en Poder sin límites, y vuelvo a saludaros una vez más.
Y, finalmente, gracias a todos aquellos que han actuado y trabajado entre bambalinas y que me han apoyado, entre los que se incluyen: Kathy Moeller, Suzy Gonzales, Joan Meng, Nancy Minkus, Shari Wilson, Mary Kent, Valerie Felts, Leigh Lendzian, Dave Polcino, Cherrell Tarantino, Mark Lamm, Robert Mott por el trabajo artístico y los miembros de Franklin Type, en Nueva York.
Todas estas personas jamás aceptaron que hubiera algo imposible. Todos nosotros esperamos y obtuvimos milagros a través de esta odisea, y en ese proceso hemos crecido y nos hemos convertido en algo más. Todos ellos son gigantes en mi vida.
Prólogo
Como psicólogo jefe del Bellevue Hospital de Nueva York, veo mucha miseria humana, no sólo en los pacientes mentalmente enfermos a los que tratamos, sino incluso entre el personal «normal» y «sano» que los atiende. También observo la misma infelicidad en las personas de relativo éxito, siempre trabajando a tope, a las que visito en mi consulta privada. A menudo, el dolor y la miseria son innecesarios y finalmente terminan cuando las personas se hacen cargo del control de sus creencias, sentimientos y acciones con objeto de modificar el proceso de sus vidas. Desgraciadamente, la mayoría de las veces no lo hacen así. Se limitan a esperar y luego tratan de cambiar el mal resultado o, a menudo, se encogen y lo único que hacen es quejarse de su horrible vida, o se ven «fijadas» de alguna forma por otra persona.