ÍNDICE
I . C ONFIANZA EN UNO MISMO Y SÍNDROME
DE IMPOSTURA
Tener confianza en sí mismo,
pero ¿qué significa «sí mismo»?
La relación entre la confianza en sí mismo
y la autoestima
. L OS ORÍGENES DE LA FALTA DE CONFIANZA
EN SÍ MISMAS DE LAS MUJERES
. L A MIRADA DE LOS DEMÁS, LA MIRADA
SOBRE UNO MISMO
. D ESAFIAR LA FALTA DE CONFIANZA
Y CONVERTIRLA EN UN MOTOR
El deporte «fortalece» la confianza
en uno mismo
«Cuando todo está perdido, aún queda
la valentía»
La falta de confianza afecta a la sexualidad
de las mujeres...
. C RIAR A LAS HIJAS EN LA CONFIANZA
PARA ROMPER LA CADENA
Cómo contrarrestar nuestro propio pasado
y la sociedad
Cómo lo hacen las mujeres que confían
en sí mismas
Nos colamos en la abarrotada sala de conferencias. La ponente es una alta funcionaria. Nos habla de sus estudios y su trayectoria: Ciencias Políticas, Escuela Nacional de Administración, responsabilidades, un prestigioso cargo, una carrera internacional, competencias y laureles. Mujer guapa, cabeza bien amueblada; parece un ejemplo de éxito. El público, compuesto principalmente por mujeres, está impresionado. Qué desparpajo, qué inteligencia al elegir las palabras.
El detonante
Y de repente, en el torrente de este relato marcado por el éxito, una frase disonante: «En aquel momento, me sentí ilegítima, al borde de la impostura». ¡Asombro! Mi coautora y yo intercambiamos una mirada de estupefacción: si esta mujer con unos estudios brillantísimos, con la cabeza y la voz altas, tiene dudas, carece de confianza en sí misma y le preocupa la impostura, ¿qué será de nosotras, pobres plebeyas con vidas imperfectas, con ambiciones limitadas?
La velada prosiguió sin que nadie se inmutara con esta frase, pronto olvidada en medio de la euforia de ese encuentro. Al concluir, todo el mundo aplaudió, enardecido, animado, esperanzado. Y por fin lo comprendemos.
Si una mujer así carece de confianza en sí misma pero, pese a todo, logra alcanzar la cima, nosotras también podemos llegar. También tenemos inseguridades —es nuestro vínculo secreto, nuestra similitud—, y esto nos convierte en semejantes. Esta mujer es mucho más que una inspiración, se convierte en un modelo. Fue capaz de controlar su falta de confianza en sí misma, que es nuestra seña de identidad. Literalmente, nuestra seña de identidad.
La idea ha ganado terreno y queremos llegar al fondo de la cuestión. ¿Por qué las mujeres carecen de tanta confianza en sí mismas? No solo en su vida profesional, sino ¿también en su vida personal? Empezamos a reflexionar, investigar, leer. En primer lugar, para nuestra información.
En marcha
No hizo falta buscar demasiado para darse cuenta de que, en igualdad de capacidades, los comportamientos varían. Para obtener un puesto de responsabilidad, en general, un hombre se posiciona como experto y aprende después. No hay escrúpulos; más bien tiende incluso a sobrestimar sus capacidades y su rendimiento. Por el contrario, la mayoría de las veces, una mujer habrá reflexionado mucho antes de lanzarse, de enviar su currículum o manifestar su interés por el puesto. Luego deberá sentirse sumamente «preparada» para atribuirse a sí misma tan solo el derecho de atreverse a solicitarlo.
Cuando se instala la duda, empieza la cavilación, incluso si la mujer está demasiado calificada. La idea de no merecer totalmente el puesto de responsabilidad que desea u ocupa, debérselo a la suerte, temer en todo momento que la descubran y la juzguen perpetúa estas creencias limitadoras.
Puede objetarse que algunas mujeres fueron cegadas por la ambición y están muy seguras de sí mismas. Y que hay hombres que no confían en sí mismos. Esto se sobreentiende: a los hombres también les afecta esta desgracia. Pero si nos basamos solo en los hechos, si analizamos las cifras, la diferencia es evidente.
Según un estudio publicado por la Universidad de Cornell en 2018, «los hombres sobrestiman sus capacidades y su rendimiento, mientras que las mujeres los subestiman». Otra investigación, realizada en 2013 por el instituto británico Chartered Management Institute, estableció «una relación entre la falta de confianza de las mujeres y su escaso acceso a puestos de responsabilidad». Según un estudio Monster, llevado a cabo en 2013, «las mujeres tienen menores expectativas que los hombres cuando se trata de sueldo. La falta de confianza perjudica mucho a las mujeres». Otros estudios respaldan estos hechos.
El vértigo
Aún tengo algo de síndrome de la impostora; no se acaba nunca, ni siquiera en este instante en que ustedes me van a escuchar; no me abandona, este sentimiento de que no deberían tomarme en serio. ¿Qué sé yo? Lo comparto con ustedes porque todos dudamos de nuestras capacidades, de nuestro poder y de qué es ese poder.
Esta frase, pronunciada en una escuela a rebosar del norte de Londres durante la gira que hizo para presentar su libro Mi historia , salió de los labios de ¡Michelle Obama!
Asimismo, Simone Veil, recién llegada al Gobierno, cree que sus días están contados: «Estaba convencida de no aguantar mucho tiempo. Me dije: “Voy a cometer un gran error y enseguida me mandarán de nuevo a la magistratura”».
Estos testimonios dan que pensar: no, este fenómeno no es secundario. En todos estos trabajos, los datos producen vértigo (solo el 24 % de las mujeres en el mundo ocupan puestos directivos). Así pues, decidimos profundizar en nuestra reflexión:
- • para comprender de dónde viene esta falta de confianza, cómo se manifiesta, se transmite, se vive, se supera;
- • para saber si es o no monolítica (en todos los ámbitos de la vida), si es estable o cambiante;
- • para examinar los casos en los que se convierte en un motor;
- • para encontrar las claves e invertir la tendencia.
De ahí este libro, que combina las informaciones y las investigaciones científicas, los relatos de casos y las entrevistas, para abordar todos los aspectos de la falta de confianza en uno mismo, desde su expresión más extrema —el síndrome de la impostora— hasta la mera duda de sí misma.
Una de nosotras es autora y periodista; la otra es psicoterapeuta: esto nos permite tener un punto de vista suficientemente amplio sobre el tema. Que estas páginas te iluminen y te motiven para cambiar las cosas.
Atreverse
es perder pie momentáneamente.
No atreverse es perderse uno mismo.
S ØREN K IERKEGAARD
Si nos atenemos a la definición del Larousse, la confianza en uno mismo es «[el] sentimiento, [la] conciencia que uno tiene de su propia valía y de los que se obtiene una cierta seguridad».
En psicología, la definición es parecida. Se puede distinguir de forma sencilla a una persona que tiene confianza en sí misma según dos criterios:
- • se siente capaz de alcanzar el objetivo que se propuso;
- • y cree de verdad en sus capacidades, su talento y su eficacia.
Actuar y progresar es posible gracias a esta convicción. La confianza en uno mismo permite no dudar infinitamente de las decisiones que hay que tomar y de embarcarse sin complejos en lo que nos motiva. Nuestros actos toman forma en esta dinámica de confianza que proporciona una sensación de logro y la promesa de poder ir más allá de uno mismo.
La confianza en uno mismo requiere tres aptitudes:
- • no buscar la consideración del otro para conseguir la aprobación necesaria: avanzar, en cambio, al descubierto, con un poder volitivo, en una alquimia de fuerza y docilidad;
- • conocerse bien uno mismo, las fortalezas y las debilidades, y ser honesto frente a los desafíos y los deseos;
- • ser capaz de soportar los fracasos, asimilarlos e integrarlos como parte del proceso normal de vida y de aprendizaje. La idea de aceptación de uno mismo es muy importante en este sentido. Todo influye: la forma en que se desarrolló nuestra trayectoria escolar, nuestro lugar en la familia, el modo en que esta misma familia gestionó los fracasos y los triunfos.