A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
INTRODUCCIÓN
Hacer punto es un arte antiguo que, hasta hace algunos decenios, pasaba de generación en generación como una «dote» indispensable y preciosa: la madre enseñaba a sus hijas, todavía niñas, las nociones elementales; al principio las pequeñas «aprendizas» aprendían a idear y crear vestidos para sus muñecas y después, conforme iban creciendo, adquirían destreza y refinamiento, de modo que su creatividad era cada vez más precisa.
Hoy día, hacer punto se cataloga como afición, como una actividad sobre todo útil para relajarse después de toda una jornada transcurrida fuera de casa. Hacer punto ha pasado a ser un placer, y está bien que sea considerado como tal, ya que si nos resulta divertido y relajante los progresos serán igual de veloces que nuestra fantasía. Además, saber hacer trabajos a mano significa ir al mismo paso que las tendencias de la moda, ya que hasta los más famosos estilistas tienen una tienda de artículos de punto y colaboran en numerosas ocasiones con revistas especializadas, proponiendo trabajos propios en las propuestas para realizar y en los modelos.
Este libro contiene las indicaciones necesarias sobre el arte de hacer punto para quien esté poco acostumbrado al uso de las agujas, pero también enseña algunas técnicas nuevas destinadas a profundizar en unos conocimientos sólidos. También se encuentran trucos para facilitar el trabajo y respuestas a cada duda o incertidumbre que pueda surgir durante la elaboración de algún tejido. En la primera parte se describen los tipos de hilo y los «utensilios del oficio»; una vez adquiridos estos conocimientos, se pasará a la práctica, cómo empezar a hacer los primeros puntos, las disminuciones y los aumentos. En la segunda parte, dedicada a los modelos, se describe cómo realizar algunas prendas concretas. Cuando sea necesario, aparecerá el esquema de los puntos que haya que seguir, representados sobre un fondo cuadriculado, según el sistema del punto de cruz; de este modo, a cada cuadradito le corresponde un punto.
Siguiendo las instrucciones de este manual, tanto los aprendices como los expertos en el arte de tricotar, podrán seguir cualquiera de las propuestas que aquí aparezcan, para sí mismos o para los demás; de modo que, además de relajarse y sentirse orgullosos del trabajo realizado, podrán hacer un bonito regalo hecho con sus propias manos.
¡A disfrutar haciendo un buen trabajo!
EMPECEMOS A TRABAJAR
UTENSILIOS NECESARIOS
Para hacer punto, los utensilios indispensables son las agujas y los hilos. También hay una serie de accesorios necesarios, aunque no indispensables, que pueden agilizar el trabajo y que se adquieren en tiendas especializadas.
A GUJAS NORMALES
Son las agujas que terminan en punta, empleadas en cualquier elaboración normal, y se usan en pares. Antiguamente eran de acero, aluminio, madera, hueso, etc.; hoy las agujas de metal plastificado son las de uso más común, sobre todo cuando se trabaja con lanas muy gruesas, ya que son muy ligeras. Las agujas están numeradas según su diámetro (medido en milímetros) y empiezan en el número 1 y 1/2 hasta llegar al número 10. Cuanto más grueso sea el hilo con el que se vaya a trabajar, más gruesas deberán ser las agujas. En lo que se refiere a su longitud, las agujas que terminan en punta pueden ser de 25, 30 y 35 centímetros. Elegiremos una u otra longitud en función del tipo de punto que vayamos a trabajar.
A GUJAS CON DOS PUNTAS
Este tipo de agujas se utiliza para hacer trabajos concretos, por ejemplo guantes y calcetines, o para seguir rayas horizontales que tengan un número impar de giros. Son un poco más cortas que las agujas que terminan en punta, pero al igual que estas, están numeradas según su diámetro. También se recurre a las agujas con dos puntas en las elaboraciones circulares. Se pueden usar por pares o utilizarse cuatro o cinco por vuelta, recurriendo a la técnica llamada «juego de agujas».
A GUJA CIRCULAR
Sirve para las elaboraciones circulares sin costuras, y para trabajar puntos de ida y vuelta cuando hay muchos de estos. Está formada por dos puntas, generalmente de acero, unidas por un robusto hilo de nailon. Numerada según su diámetro, la aguja circular se encuentra en las tiendas del número 2 al número 5. En algunas elaboraciones, puede sustituir al juego de agujas con dos puntas.
A GUJA AUXILIAR
Es una aguja con dos puntas, un poco más corta que las otras, y respeta la numeración según el diámetro. Sirve para mantener suspendidos a un cierto número de puntos (por ejemplo, cuando se hacen las trenzas).
A LFILER
Similar a un imperdible grande, sirve para dejar «suspendidos» algunos puntos para enlazarlos con más agujas.
C ONTADOR
Es un pequeño cilindro, generalmente de plástico, que enhebrado en el extremo de una aguja, salta a otra aguja, marcando así cuantas «agujas» o «giros» se hayan hecho.
A GUJA DE GANCHILLO
De plástico o de acero, sirve para retomar los puntos que se han deshecho, para dar el último retoque a la elaboración, etc. Están numeradas según su diámetro medido en milímetros y deben ser proporcionales al grosor del hilo.
A GUJA DE LANA
Se diferencia de las agujas normales de costura por sus grandes dimensiones, con el ojo de la aguja más grande y alargado y, normalmente, con la punta redondeada. Esta última característica es indispensable para no «deshilachar» la lana o el algodón durante la costura de los «tejidos» ultimados (es decir, las pequeñas piezas que, una vez unidas, componen el trabajo realizado).
D EVANADERA
Aunque parezca un objeto antiguo, en realidad es muy útil. Sirve para devanar las madejas o para formarlas cuando se deshace un tejido viejo. Durante un tiempo fue de madera natural, pero hoy la devanadera es de plástico y metal, y tiene brazos extensibles, fácilmente regulables gracias al eje central.
M ETRO
Es imprescindible, ya sea para controlar que las medidas del trabajo se corresponden con las de la explicación, o para medirlo paso a paso conforme se va procediendo. Es preferible el metro de cinta (el que utilizan los sastres).