Adrián del Arco - Alimentos tóxicos: cómo detectarlos

En este capítulo explicamos de forma simple y rápida qué es un alimento, y cuál es la diferencia entre un alimento natural y uno procesado, porqué los alimentos naturales no llevan etiquetado y porqué los procesados sí.

Según el diccionario, un alimento es una «sustancia nutritiva que toma un organismo o un ser vivo para mantener sus funciones vitales».

Por tanto, un alimento es lo que hace que sigas vivo. Los alimentos te mantienen tu vida, te aportan energía y nutrientes principales para tu organismo sin los cuáles no podrías vivir.

Y entendiendo qué es un alimento, deberías comenzar a comprender que cuando compres un alimento lo que debes pensar es precisamente si eso que estás comprando encaja bien con la definición de alimento, es decir:

1. Es nutritivo.
2. Te ayuda a mantener tus funciones vitales.

Y si no cumple muy bien alguna de las dos, es que posiblemente no sea un alimento de verdad.

En la época paleolítica, y a lo largo de la mayor parte de nuestra historia, nuestros antepasados solo se alimentaban de productos naturales. Y son esos alimentos los que tú deberías tener y potenciar en tu dieta.

Hoy en día en un supermercado podemos encontrar básicamente dos tipos de alimentos: los naturales, y los procesados. Siendo los segundos los más abundantes con gran diferencia, y los que ocupan mayor peso en el carro de compra de la mayoría de la personas.

La industria alimenticia se ha encargado de llenar los mercados de productos basura, «alimentos» muy baratos de producir, altamente adictivos, con escaso valor nutricional y con bastantes componentes perjudiciales: ALIMENTOS TÓXICOS. Su único objetivo: tu dinero. Porque tu salud o la de tus hijos a ellos les da igual, ellos solo quieren tu dinero.

Los alimentos procesados son aquellos que como su propio nombre indica han pasado por un proceso industrial o ha sufrido cambios para su obtención. En general, son aquellos que vienen en un paquete e incluyen una etiqueta nutricional.

¿Cómo distinguirlos de los naturales? Es muy sencillo, los alimentos naturales están compuestos de un solo ingrediente y no han sido alterados, por ejemplo: un tomate, un plátano, una sardina, una almendra, un cordero, un pollo etc.

Los alimentos naturales no tienen una etiqueta nutricional, es comida y ya, no requiere de explicación.

Por el contrario, los alimentos procesados se componen de más de un ingrediente generalmente, suelen venir envasados, enlatados o empaquetados, y bajo el logo comercial de alguna marca.

La industria alimentaria ha definido mediante el marketing las pautas de alimentación de nuestra sociedad, tanto, que hoy en día anteponemos los productos procesados a los naturales a la hora de llenar el carro de la compra. Craso error, pues nuestra dieta debería componerse fundamentalmente, sino totalmente, de alimentos naturales, de COMIDA REAL.

Dicho esto, no todos los alimentos procesados son iguales, los hay mejores y peores, y por eso es preciso clasificarlos en diferentes categorías.

Según el grado de su manipulación los alimentos se pueden clasificar en diferentes categorías:

1. CATEGORÍA A: Alimentos mínimamente procesados: Son aquellos alimentos naturales que se han tratado ligeramente para facilitar su consumo pero que siguen estando compuestos de un único ingrediente.

   Ejemplos: los frutos secos pelados; frutas u hortalizas peladas, cortadas o lavadas; agua de coco 100 % etc.

2. CATEGORÍA B: Alimentos ligeramente tratados: En esta categoría entran aquellos alimentos naturales que han sufrido de algún proceso o se les ha añadido algún ingrediente únicamente para su conservación.

   Ejemplos: verduras troceadas, cocidas y congeladas; productos en conserva (como el atún, la caballa, las sardinas, que suelen venir acompañadas de agua, aceites y sal), gazpacho embotellado (compuesto de ingredientes naturales) etc.

3. CATEGORÍA C: Alimentos tratados con ingredientes añadidos: Se trata de alimentos tratados que incorporan diferentes ingredientes para potenciar su sabor o modificar su apariencia.

   Ejemplos: alimentos que incorporan conservantes, colorantes, y conservantes: zumo de naranja que incorporan antioxidantes o edulcorantes; conservas en vinagre con potenciadores del sabor y conservantes; la mayoría de los panes de molde etc.

4. CATEGORÍA D: Alimentos muy procesados: son productos que han sufrido diversos tratamientos, procesados y modificaciones hasta obtener un producto final generalmente apto para el consumo inmediato

   Ejemplos: bollería industrial, snacks de patatas fritas o similares, cereales, algunos embutidos, galletas, fabadas en lata, patatas prefritas, barritas de cereales, salsas etc.

5. CATEGORÍA E: Alimentos ultraprocesados: Son alimentos que ya vienen listos para el consumo previo paso por el microondas o el horno, han sufrido diversos tratamientos y contienen todo tipo de conservantes, potenciadores del sabor, edulcorantes etc.

   Ejemplos: Pizzas congeladas o «frescas»; lasañas, croquetas, san jacobos y demás productos congelados etc.

Como regla general, cuantos menos alimentos procesados consumas mejor, y cuanto menos procesados estén también mejor. Los alimentos pertenecientes a las categorías D y E deberían estar prácticamente reducidos a cero en tu dieta, los de categoría C muy reducidos, y los de categoría A y B podrían tener una mayor presencia, pero siempre potenciando lo naturales.

No es posible elaborar una lista detallada de qué alimentos se incluyen en cada categoría, pues incluso un mismo producto, como por ejemplo el pan del molde, puede ser incluido en Categoría B o C dependiendo del fabricante.

Así que lo mejor es entender de una forma global las diversas categorías y evitar los alimentos más procesados siempre que sea posible, o elegir entre los mejores como aprenderás en este libro.

El etiquetado de los alimentos nació junto con los alimentos procesados, ya que un alimento natural nunca llevará un etiquetado, más allá de indicar si acaso su origen y su proveedor.

Son los alimentos procesados los que hicieron que surgiera la necesidad de etiquetar los alimentos con listas de ingredientes, valores nutricionales y advertencias nutricionales.

Los objetivos del etiquetado son básicamente:

1. Ayudar al consumidor a la elegir productos saludables.
2. Incentivar a la industria a mejorar la calidad de sus productos frente a la competencia.
3. Evitar la comercialización de productos claramente perjudiciales.

Por suerte, cada año, diferentes asociaciones y agencias trabajan para mejorar la información que el etiquetado proporciona, y mediante diferentes regulaciones nacionales o comunitarias se ha ido precisando mejor el contenido de cada producto.

Aun así, hoy en día todavía en el etiquetado se ocultan ingredientes dañinos bajo diferentes pseudónimos o códigos numéricos, o se trata de engañar al consumidor a través de diferentes tácticas que estudiaremos en los siguientes capítulos.