Giampaolo Infusino
El extraordinario poder
de los
Mandala
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Traducción de M. Àngels Pujol i Foyo
Proyecto gráfico de la cubierta de Design 3
Dibujos del autor
© Editorial De Vecchi, S. A. 2020
© [2020] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-64699-916-3
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
ÍNDICE
I NTRODUCCIÓN
Un mandala dibujado de forma apropiada es un libro que contiene en sí mismo una amplia variedad de informaciones, pero quien pretenda leer sus símbolos tiene que aprender el lenguaje.
R OBERT S. D E R OPPN
El término sánscrito mandala significa «centro, círculo, anillo mágico». Se refiere a una imagen simbólica basada en las figuras geométricas del círculo y del cuadrado que representan las relaciones existentes entre los distintos planos de la realidad.
Su importancia queda reflejada en la difusión entre las diferentes religiones y culturas de nuestro planeta. En la doctrina tibetana, budista, tantrista e hinduista se considera un precioso instrumento de meditación que permite, mediante ejercicios cada vez más complejos, la elevación espiritual de quien lo practica. En la católica supone la representación de lo divino, después de experiencias de éxtasis.
Dibujado en el suelo con polvos de colores, pintado en telas o en paredes, puede incluso constituir el plano de edificios como el famoso Borobudur de Java. Existe una variedad infinita, desde las más sencillas figuras geométricas hasta las que tienen forma de loto o de rueda que en el esquema gráfico representan elementos de paisaje o personajes, incluso muy numerosos, como el mandala vajradhatu (círculo del diamante) que contiene, en la forma asumida en Japón, 1.314 divinidades.
En la experiencia religiosa oriental, los mandala se utilizan para delimitar un espacio sagrado o, más a menudo, para ayudar al que medita a visualizar de forma simbólica los distintos planos de la realidad y sus recíprocas relaciones, hasta alcanzar sintéticamente, después del largo itinerario interior, la realidad suprema de todo el universo.
En cambio, entre los indios de América, círculos y colores se utilizan no sólo como instrumentos de aprendizaje, sino también para fines terapéuticos.
En el comentario del Secreto de la Flor de oro, Carl Gustav Jung, basándose en el estudio de las diversas tradiciones, relacionó la idea del mandala como apoyo para la meditación con el mandala entendido como instrumento interpretativo, diagnóstico y curativo. Jung, poniendo en evidencia lo que muchas disciplinas filosóficas orientales ya habían intuido, llamó la atención sobre el uso de esta particular forma de dibujo para comprender la propia evolución, el propio devenir, el propio desarrollo consciente e inconsciente, tanto en el camino terapéutico hacia el equilibrio y la estabilidad, como en la práctica cotidiana.
El mandala se convierte pues, en esta nueva acepción, en el camino que conduce a la autoconsciencia, al propio centro. Dibujar e interpretar un mandala significa entrar en contacto con la propia intimidad, vivir y verificar los propios cambios, utilizar las técnicas de este instrumento para mejorar la propia vida.
De hecho, las formas y los colores de los mandala expresan los pensamientos, las emociones y las intuiciones más profundas del autor. La elección no es nunca casual sino personal; indica la dirección a seguir para desarrollar las propias potencialidades, para comprender los propios problemas, para encontrar las soluciones más eficaces.
Este volumen es fruto de años de experiencia en la utilización de los mandala y pretende enseñar al lector cómo sacar provecho de este precioso instrumento de conocimiento y desarrollo de las propias potencialidades, a través de una técnica basada tanto en las intuiciones de la filosofía oriental como en la investigación de la psicología occidental.
Mandala de Kalachakra
¿ P OR QUÉ EL CÍRCULO?
Es de noche; un pastor de Asia menor dibuja un gran círculo en el suelo, enciende un fuego en el centro del espacio dibujado y se sienta para meditar. En Europa, a miles de kilómetros de distancia, en una tarde como tantas, un niño coge un hoja de papel y colores pastel y dibuja un gran sol. Mientras tanto, en Inglaterra, un grupo de turistas visita la antigua y misteriosa área sagrada de Stonehenge escuchando al guía que da explicaciones sobre la planta circular de lo que debía haber sido un antiguo templo de druidas para el culto al Sol.
Al mismo tiempo, en México, algunos chiquillos se divierten dibujando sobre la arena a orillas del mar grandes círculos que el movimiento de las olas borra de forma periódica; el mayor dibuja en el interior de uno de ellos signos muy similares a los de los antiguos calendarios circulares aztecas, cuya reproducción está expuesta en centenares de tiendas para turistas. En el mismo momento, en las sagradas montañas del Tíbet un monje está a punto de empezar la meditación realizando con un pincel el gran círculo que representa su espiritualidad...
En todas las religiones se encuentran representaciones pictóricas relacionadas con el círculo. Pinturas rupestres prehistóricas en África, en Europa y en Norteamérica presentan a menudo motivos circulares. Plantas de templos, calendarios solares construidos sobre los ciclos de la vida, dibujos sagrados indios y tibetanos relacionados con la búsqueda de la espiritualidad y de la propia consciencia se expresan a través del círculo.
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