JESÚS ÁNGEL CINTORA PÉREZ (Ágreda, Soria, España, 27 de enero de 1977), más conocido como Jesús Cintora, es un periodista y presentador de televisión español.
Licenciado en Periodismo en la Universidad de Navarra en 1999 en la rama de Comunicación Audiovisual. Ha sido Profesor Asociado de la Universidad Carlos III de Madrid.
Sus primeros trabajos se desarrollaron en las emisoras de la Cadena SER de Soria, Pamplona y Zaragoza, también en TVE Navarra, El Mundo, Radio Marca y Canal Satélite Digital.
Entre 2002 y 2006 fue el coordinador de la parte informativa del programa Hoy por hoy dirigido por Iñaki Gabilondo primero y Carles Francino desde 2005.
Después dirigió Hora 14 y Hora 25 fin de semana hasta marzo de 2011, cuando empieza a dirigir Matinal SER tras la reestructuración de los servicios informativos de la Cadena SER.
El 11 de noviembre del mismo año fue despedido en una nueva reestructuración de los servicios informativos de la cadena. Él mismo lo confirmaría por Twitter días después.
El 14 de abril de 2015 Jesús Cintora publicó con la editorial Espasa La hora de la verdad. Es la primera vez que se entrevistó para un libro a los líderes políticos de la nueva generación, como Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Pablo Iglesias, Albert Rivera, Alberto Garzón o Pablo Casado Blanco.
También participan en la obra de Cintora algunos de los personajes que el periodista fichó para su programa de televisión, como Miguel Ángel Revilla, Sor Lucía Caram o Pedro J. Ramírez.
El prólogo es de Iñaki Gabilondo, que describe así al autor: Jesús Cintora, un joven periodista soriano con el que coincidí en la Cadena SER. Saltaban a la vista su personalidad y su instinto. Su informalidad, su descaro y su sencillez expresiva encajaban como un guante con las exigencias recién estrenadas de transparencia, frescura y audacia.
El 11 de abril de 2017 Jesús Cintora publica, de nuevo con Espasa, el libro Conspiraciones, ¿por qué no gobernó la izquierda?
En el año 2020 publicó también La conjura: Así se fraguó el primer Gobierno de coalición de la democracia Espasa.
En 2022, publica No quieren que lo sepas, su libro más vendido. Cintora mete el dedo en la llaga con temas como la libertad de expresión o los tapones para una regeneración en España.
A mi madre, Mari Luz
Jesús Cintora, 2015
Retoque de cubierta: lvs008
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
Jesús Cintora analiza la España actual de la mano de personajes como Pablo Iglesias, Albert Rivera, Pedro Sánchez o Alberto Garzón entre otros.
¿Qué está pasando en España? ¿Llega el final de una época? ¿Qué puede ocurrir? ¿Cómo hemos alcanzado un nivel inaceptable de corrupción? ¿Por qué estas tasas de paro y precariedad? ¿A qué se debe que aumente la desigualdad? ¿Qué ocurre con los servicios sociales como la sanidad? ¿Y con los desahucios? ¿Y con las protestas?
Jesús Cintora ha reunido y entrevistado, en exclusiva para La hora de la verdad, a un plantel de lujo que responde a estas y otras preguntas.
Políticos como Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Albert Rivera, Miguel Ángel Revilla, Alberto Garzón, Pablo Casado o Irene Lozano. Periodistas de la talla de Iñaki Gabilondo, Pedro J. Ramírez, Ernesto Ekaizer, Ignacio Escolar, Alicia Gutiérrez, Cristina Fallarás y Jaime González.
Expertos tan reconocidos como el politólogo Antón Losada, el economista José Carlos Díez, los jueces Elpidio Silva y Joaquim Bosch, o el doctor Marciano Sánchez Bayle. Y personas que diariamente están en contacto con la realidad social, como Diego Cañamero o sor Lucía Caram.
Sus opiniones y reflexiones son el eco de una realidad deteriorada y de una sociedad cansada que pide a gritos que las cosas cambien.
Jesús Cintora
La hora de la verdad
Una visión de la España actual con los personajes más relevantes
ePub r1.0
Titivillus 21-11-2022
PRÓLOGO:
TODOS LOS PRONÓSTICOS SE INCUMPLIERON
Se daba por perdida a la juventud, adocenada e indiferente. Los años de prosperidad, se decía, la habían anestesiado.
Y un buen día de marzo, casi sin avisar, miles de jóvenes llenaron las calles y plazas con su indignación. Fue la primera sorpresa. Le acompañaban algunas más. La indignación no era descontrolada, llegaba muy reflexionada y bien digerida. Y los muchachos no venían solos, sino acompañados de una muchedumbre, socialmente heterogénea y de todas las edades.
Tras esta sacudida se vino abajo el pensamiento que afirmaba que la política había dejado de interesar. El desencanto, que lo invadía todo, parecía cubrir el país con una capa de abulia, pero era una falsa impresión. Muchas cosas se estaban moviendo, y si resultaban invisibles era porque el radar oficial no acertaba a identificar fenómenos rigurosamente nuevos.
En la inopia seguía la pituitaria de lo instituido cuando saltó por los aires otra verdad fuertemente instalada: la política no tenía cabida en la televisión. Los espacios informativos necesitaban aligerarse para hacerse soportables. Y fuera de los contenedores de noticias, cada día más superficiales, quedaba descartado cualquier escarceo político.
No es eso lo que ocurrió. Por el contrario, las parrillas de programas, incluso en los horarios más cotizados, se llenaron de debates, tertulias, entrevistas, análisis y comentarios. La novedad era más que formal, porque, surfeando esa ola, aparecieron nuevas ideas y nuevos personajes. La política que llegaba era distinta, y los personajes, también.
Uno de estos nuevos protagonistas televisivos era Jesús Cintora, un joven periodista soriano con el que coincidí en la Cadena SER. Compartimos muchas horas de radio, con ese tipo de relación que hizo decir a Bécquer «conozco a mucha gente a la que no conozco», y que muchos jefes hemos de reconocer como cierta. Lamentablemente. No obstante lo cual, saltaban a la vista su personalidad y su instinto, construidos con materiales muy de su Ágreda natal, sólidos y sin tonterías. No parecía muy dotado para la alta diplomacia. Sí, por el contrario, para marcarse un rumbo y seguirlo sin extraviarse en los vericuetos ni asustarse por las dificultades.
Lo perdí de vista durante un tiempo —más por mis virajes que por los suyos—, hasta que lo reencontré convertido en figura, fenómeno televisivo emergente, estrella, o como ustedes prefieran. Su programa matinal en Cuatro había alcanzado unas cotas de audiencia y repercusión pública absolutamente llamativas. Se decía que la razón del éxito tenía un nombre, Pablo Iglesias, el trueno político de la temporada, que frecuentaba el plató de Jesús. Y es posible que tuviera mucho de verdad, pero, desde luego, no lo explicaba todo. El nuevo tiempo, el nuevo lenguaje, habrían circulado con más dificultad si el periodista anfitrión no formara parte asimismo de la misma generación social, intelectual y psicológica que entraba como un viento huracanado.
Incluso en pura técnica de comunicación, su informalidad, su descaro, su sencillez expresiva encajaban como un guante con las exigencias recién estrenadas de transparencia, frescura y audacia. Su rasgo periodístico, e incluso físico, más definido está en sus ojos muy abiertos. Ojos de chico muy despierto, al que no es fácil distraer con juegos de manos.
Para mi sorpresa, viviendo como vive en el centro del volcán, resulta que aún ha encontrado tiempo para tomar notas y escribir un libro.