Luci Swindoll
50 secretos simples para
vivir feliz
50
maneras de
aprovechar
todos los días
© 2012 por Grupo Nelson®
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América. Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece completamente a Thomas Nelson, Inc. Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc. www.gruponelson.com
Título en inglés: Simple Secrets to a Happy Life
© 2012 por Luci Swindoll
Publicado por Thomas Nelson, Inc.
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usados con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society y puede ser usada solamente bajo licencia.
Citas bíblicas marcadas «NVI» son de la Nueva Versión Internacional®NVI® © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Usada con permiso.
Editora General: Graciela Lelli
Traducción: Lesvia Kelly
Adaptación del diseño al español: Grupo Nivel Uno, Inc.
Diseño de cubierta: Gearbox
Diseño de cubierta original: © 2012 Thomas Nelson, Inc.
Foto de portada: © Mark Lund / Photodisc
ISBN: 978-1-60255-756-7
Impreso en Estados Unidos de América
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A mi madre, Lovell Lundy Swindoll, que falleció hace
cuarenta años, a la edad de sesenta y tres, cuando estaba
escribiendo un libro que nunca llegó a terminar. Dedico
este en su honor. En la primera página de la Biblia que
ella solía leer todos los días, tenía este versículo escrito:
«Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su
juventud, nuestras hijas como esquinas labradas como
las de un palacio» (Salmo 144.12). Ella oraba esto por mí y
por mis hermanos, y lo creía.
Contenido
{ PREFACIO }
Una inmersión en los
asuntos del alma
Si conocieras a Luci Swindoll, sabrías que no hay forma de describirla de una manera que le haga justicia a su mente transparente, su exuberancia, su espíritu libre y su gran corazón tierno. No voy ni a intentarlo, aun con motivo de su nuevo, enriquecedor y maravilloso libro 50 Secretos sencillos para vivir feliz. Pero hay unas cuantas cosas que puedo decirte acerca de ella.
La he conocido íntimamente por más o menos doce años. La admiro y sí, esa fe tan profunda que tiene es una de las cosas que me fascinan, algo que me ha ayudado en sus libros a través de los años, más de lo que puedo decir. Sí, su comiquísimo sentido del humor y su pertinencia —unas veces tiernos y otras mordaces—, son tan encantadores que me hace sentir celosa y bendecida a la vez. No hay nadie más bondadoso que ella. Y, por supuesto, puede recitar improvisadamente cualquiera de los poemas más significativos del mundo, hacerlo inteligible y elegante al mismo tiempo, e impresionarte con su habilidad para memorizarse muchos de los más famosos, lo cual te tiene que encantar en una persona, sobre todo si eres alguien que ni se acuerda de quitarse las medias antes de meterse a la ducha. Aquí está ella, recitando el poema «Rumbo a Bizancio» o cualquier soneto shakesperiano, sin alardear, por el contrario, tratando de aclarar algo; y quizás el poema dé más detalles sobre un tema acerca de la fe o de la historia de lo cual estabas hablando.
Ahora, casi nunca me gusta estar alrededor de personas muy dotadas, ya que me hacen sentir un tanto incómoda. Yo nunca terminé mis estudios, mientras que ella era cartógrafa de la compañía Mobil Oil, cantaba ópera profesionalmente; además, ha leído cada una de las obras de la literatura clásica y puede comentarlas; puede hacerte reír durante la conversación e inclusive ayudarte a entenderla mejor y, encima de todo eso —como es miembro de la organización Women of Faith [Mujeres de fe]—, habla a audiencias gigantescas y ha escrito docenas de libros, etcétera, etcétera, etcétera. Da igual, como dicen los jóvenes hoy. Pero le perdono sus éxitos porque, aun cuando sea clásica, también es absoluta y activamente actualizada, y no solo me estoy refiriendo a su corte de pelo. Se mantiene al corriente en cuanto a la música, la poesía y los asuntos de nuestro tiempo, aun cuando esté recitando a Edna St. Vincent Millay. Lo cierto es que cuando estás con Luci, no estás con una persona que alardea de sí misma, sino con alguien que es instrumental para la artística genialidad vivificadora de Dios, de la misma manera en que lo es un clarinete para un concierto de Mozart.
Así que aquí está el problema: nos conocimos hace unos doce años más o menos, cuando almorcé con las señoras de Women of Faith y me enamoré de todas. Te lo aseguro, ellas hacen que cualquier mujer se derrita, por lo que quise seguirlas como un perrito a todos lados por el resto de mi vida, absorbiendo la gozosa y contagiosa sabiduría cristiana que tienen. Y además estaba Luci. Robusta, quizá rellenita y curvilínea, con un cabello blanco elegante, hermosa como una modelo, una fuente de conocimiento y fe; y aun así es una de las mejores personas que realmente saben escuchar, que me hacía reír y que claramente pensaba que yo era el pedacito de queso más gracioso y chispeante que existe en este mundo.
Naturalmente, pensé que eso significaba que éramos almas gemelas.
Y he sentido eso desde el momento en que la conocí, que tenemos una conexión especial de alma y corazón, como mujeres que nos encanta leer, reír, escribir, danzar y divertirnos, a quienes les gusta esconderse en sus estudios y viajar por todo el mundo, que aman a sus amigas y disfrutan de su devocional más que cualquier cosa en este planeta, excepto en lo que se refiere a nuestro amado Jesús.
Nos hemos convertido en muy buenas amigas. Sé que podría llamarla desde cualquier lugar del mundo para pedirle ayuda —que me envíe dinero o simplemente me escuche, para que ore conmigo y hablemos de un pasaje específico de la Biblia—, o para que me haga reír con cualquier asunto humano y alguna ridiculez nuestra. Pero eso del alma gemela es un poquito más complicado ya que resulta que ella produce ese efecto con toda la gente. Todo el mundo se enamora de ella. Todo el que lee uno de sus libros, quiere conocerla en persona. Todos, en cuanto la conocen o la llegan a escuchar desde el escenario, sienten esa dulce sensación de conexión, en la que pareciera que está compartiendo desde lo más sencillo y profundo de su ser, y mirando al tuyo, viendo quién eres y amándote tal como eres, sin necesidad de cambiarte ni arreglarte, ni de poner orden en tu vida. Luci es el alma gemela de todo el mundo. Ella y Jesús son los mejores amigos, por eso ella comparte su abundancia y lo más íntimo de su ternura, su curiosidad y su sentido del humor. Solo quiere expresar su asombro y gratitud por el amor de Cristo, y la luz con la cual él inspira nuestras vidas y nuestro planeta.
Por supuesto, la primera vez que me di cuenta de que ella tiene ese efecto con toda la gente, me resentí mucho. Pero solo por unos minutos. La verdad es que Luci es mi alma gemela. Lo cierto es que una persona no puede estar con ella o leer una de sus obras sin sentir que se sumerge en los asuntos del alma: en nuestras alegrías y sufrimientos; en nuestras oportunidades para vivir a lo grande, activamente; en nuestra libertad; en nuestra salvación.
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