© 2014 por Grupo Nelson®
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Título en inglés: The Red Sea Rules
© 2001, 2014 por Robert J. Morgan
Publicado por W Publishing, un sello de Thomas Nelson
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Citas bíblicas marcadas «DHH» son de La Biblia Dios Habla Hoy, Tercera edición © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996. Usada con permiso.
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Editora en Jefe: Graciela Lelli
Traducción: Emma Bredeman
Adaptación del diseño al español: Grupo Nivel Uno, Inc.
ISBN: 978-0-71802-140-5
ISBN: 978-0-71802-142-9 (eBook)
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Para Katrina
Contenido
El Señor te abrirá un camino donde nadie ha pisado jamás.
Aquello que como un mar amenaza ahogarte, será tu autopista de escape.
—CHARLES H. SPURGEON
E l sol del Medio Oriente se había puesto ya al caer el frío alrededor de Jerusalén. Las calles de la vieja ciudad iban quedando vacías a medida que los lentos caminantes regresaban a casa sin preocupación. Las lámparas de aceite del pueblo entero desplegaban sus últimas luces parpadeantes y los olores peculiares; las brasas yacían en las chimeneas.
Pero en un cuartito pequeño, cerca del templo, se encontraba despierto un hombre llamado Asaf, envuelto en una frazada, sentado al borde de una pequeña cama. Su mundo estaba en ruinas y, a pesar de que estaba exhausto, no podía conciliar el sueño.
Sin más que hacer, prendió su lámpara y comenzó a leer su Biblia. Recordó el milagro del Mar Rojo, la historia en Éxodo 14, cuando las aguas se abrieron para que los hijos de Israel escaparan del ejército de Faraón que los perseguía.
Asaf escribió sus pensamientos en el salmo 77; después de describir su angustia, volcó sus pensamientos al poder de Dios en los días antiguos:
Te abriste camino en el mar;
te hiciste paso entre las muchas aguas,
y no se hallaron tus huellas.
Por medio de Moisés y de Aarón
guiaste como un rebaño a tu pueblo. (Salmos 77.19–20, NVI)
En esa historia, en ese Dios, Asaf encontró las fuerzas para vencer sus problemas.
Imagínate lo siguiente: los vientos soplaron, el mar se dividió, las aguas se congelaron formando paredes altísimas, y los israelitas pasaron por el medio en seco. Pero eso no sucedió para que fuese una experiencia entretenida, sino para probarnos de manera impactante, y a modo de hacer historia, que aun cuando estemos muy ansiosos y angustiados, Dios abrirá un camino donde parezca que no lo hay.
Yo también soy un Asaf, pues no hace mucho, me encontraba volando de Atenas a Nueva York, y estaba tratando con un problema que me había convertido en un manojo de nervios; un ser querido se encontraba en problemas. Mirando hacia el agitado océano Atlántico, pedí la ayuda de Dios; abrí mi Biblia y la lectura para el día no era ni más ni menos que Éxodo 14.
El asiento contiguo estaba vacío, pero a medida que comencé a leer, sentí como si el Señor mismo estuviera sentado a mi lado, instruyéndome a través del pasaje. Mis dedos buscaron un lapicero y comencé a escribir rápidamente.
A medida que estudiaba el pasaje, poco a poco, se desarrollaron diez reglas, como si fueran balsas de goma. Diez maneras de tratar con dilemas y desánimos, un protocolo divino para tratar con la vida cuando nos encontramos atrapados entre el diablo y la profundidad del Mar Rojo.
Pasé el resto del vuelo meditando en mis apuntes y, al llegar a casa, apliqué activamente esos principios a mis problemas. Descubrí entonces, y aún sigo descubriendo, que son una estrategia eficaz para poder superar el caos y el estrés de la vida.
Estos no son diez pasos rápidos y fáciles para obtener soluciones instantáneas. En mi caso, me tomó tiempo pasar por la angustia hasta llegar a ver resultados positivos. Sin embargo, tal como Asaf, descubrí que Éxodo 14 provee un método bíblico para procesar las dificultades a través de la fe; a la luz de la poderosa presencia, providencia, promesas y poder de Dios.
El Mar Rojo puede estar delante de nosotros, el desierto puede atraparnos, el enemigo puede estar tras nuestros talones; el pasado puede parecer inverosímil y el futuro imposible, pero Dios obra en maneras que no podemos ver. Él hará un camino de escape para sus hijos que, aunque cansados, esperan en él.
[Yo, el Señor] abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. (Isaías 43.19, énfasis añadido)
Dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido. Oren también por nosotros, para que Dios nos dé muchas oportunidades para hablar. (Colosenses 4.2–3, NTV)
El Señor les abrirá un camino […] y podrán cruzarlo sin quitarse las sandalias. (Isaías 11.15, DHH, énfasis añadido)
Pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla. (1 Corintios 10.13, RVR95)
No hay océano más profundo que el de su amor; no hay ejército más fuerte que sus huestes; no hay fuerza más poderosa que su trono de gracia; no hay enemigo que pueda vencer su obra directa ni indirecta en nuestras vidas.
En resumen, esta es la realidad del Mar Rojo: Dios siempre abrirá un camino para sus hijos cansados, aunque confiados en él, aun cuando tenga que partir el mar para lograrlo.
PRIMERA REGLA
DEL MAR ROJO
El SEÑOR habló con Moisés y le dijo: Ordénales a los israelitas que regresen y acampen frente a Pi Ajirot, entre Migdol y el mar. Que acampen junto al mar, frente a Baal Zefón.
—ÉXODO 14.1–2, NVI
El mar estaba delante de ellos, las huestes de Faraón en la retaguardia, y las montañas los rodeaban por todos lados. Tengamos en cuenta que, todo eso fue permitido y ordenado por Dios.
—C. H. MACKINTOSH
R eba Robinson pasaba noche tras noche despierta, tensa y cansada en su pequeña habitación en Starkville, Mississippi. Su imaginación era desenfrenada, mientras que sus dedos apretaban fuertemente una camiseta vieja de su hijo que aún tenía el olor de su perfume. Él estaba enfrentándose con la muerte en algún lugar extraño, aunque ella no sabía dónde, por qué razón, cómo ni a manos de quien.
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