OTROS LIBROS DE CHARLES SWINDOLL
Cuando se atraviesa tiempos difíciles
Desafío a servir
El despertar de la gracia
El misterio de la voluntad de Dios
El poder de la esperanza
Matrimonio: De sobrevivir a prosperar
Pásame otro ladrillo
¿Por qué, Dios?
Save for title page: La crianza de los
hijos: De sobrevivir a prosperar
© 2008 por Grupo Nelson
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.
Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece
completamente a Thomas Nelson, Inc.
Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc.
www.gruponelson.com
Título en inglés: Parenting: From Surviving to Thriving
© 2006 por Charles R. Swindoll, Inc.
Publicado por Thomas Nelson, Inc.
Publicado en asociación con Yates & Yates, LLP,
Attorneys and Counselors, Orange, California
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
A menos que se especifi que lo contrario, las citas bíblicas usadas son de
la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960
© 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina,
© renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas.
Usadas con permiso.
Traducción: Miguel Mesías
Adaptación del diseño al español: www.Blomerus.org
Diseño de la portada: TOBIAS’ OUTERWEAR FOR BOOKS
Diseño de página: Inside Out Design & Typesetting, Fort Worth, TX
ISBN : 978-1-60255-060-5
08 09 10 11 12 BTY 9 8 7 6 5 4 3 2 1
Información en cuanto a los enlaces externos de este libro electrónico
Tenga en cuenta que las notas a pie de página de este libro electrónico pueden presentar vínculos a sitios externos como parte de las citas bibliográficas. Estos vínculos no han sido activados por el editor y no puede verificar la exactitud de los enlaces más allá de la fecha de publicación.
Con gran deleite dedico este volumen
a todos nuestros diez nietos:
Ryan, Chelsea y Landon Swindoll
Parker y Heather Nelson Ashley,
Austin y Jonathan Dane
Noah y Jessica Swindoll
Estos maravillosos niños y excelentes jóvenes y señoritas
representan el fruto encantador en el árbol de nuestra familia.
Sus vidas enriquecerán y contribuirán a su generación, gracias
a la gran crianza que han recibido. Cynthia y yo los queremos
profundamente y de corazón a cada uno de ellos.
Contenido
H ace años leí un artículo en Los Angeles Times que traía una carta de la columnista Ann Landers, y que me pone a pensar incluso hoy. Una madre escribió la carta cuando tenía setenta años, habiendo criados cinco hijos. En respuesta a la pregunta “¿Valióla pena?” ella respondió:
No. Los primeros años fueron difíciles. Enfermedades, rebelión, falta de motivación (lo llamamos intranquilidad u ociosidad en nuestros días).
Uno estaba seriamente perturbado; siendo admitido y saliendo de hospitales mentales. Otro siguió la ruta de la liberación homosexual. Dos viven ahora en comunidades (nunca oímos de ellos). Otro ha perdido un tornillo con la ayuda de un dirigente religioso farsante que debería estar en la cárcel.
Ninguno de nuestros hijos nos ha dado algún placer. Dios sabe que hicimos lo mejor que pudimos, pero fracasamos como padres y fracasamos como personas.
Firmaba: “Triste historia.”
Esta mujer vive la pesadilla de todo padre o madre. Cuando volvemos a casa del hospital trayendo al encantador envoltorio y nos recuperamos del choque de tener completa responsabilidad por el cuidado y bienestar de otra persona, un pensamiento extraño se afinca hacia atrás en nuestra mente: ¿Qué tal si fracaso como padre o madre? Créaselo a un padre de cuatro y abuelo de diez: conforme usted envejece descubrirá la inutilidad de tratar de vencer ese acosador temor, y después de unos pocos fracasos, uno aprende a abrazarlo. Después de todo, el fracaso es inevitable. Como alguien sabiamente escribió: “La culpa es un riesgo ocupacional de la crianza de los hijos.”
Felizmente el fracaso a nivel de “Triste historia” es muy raro y en extremo remoto. Es más, estoy convencido de que mucho del dolor de corazón que aceptamos como parte normal de la crianza de los hijos se puede evitar. Los “terribles dos años” pueden en realidad tener momentos divertidos si se les da un buen sentido del humor. El brote de la pubertad, con su angustia turbulenta impulsada por hormonas, puede proveer la oportunidad perfecta para fortalecer los lazos entre padre e hijo. También rechazo la noción de que los años de adolescencia necesariamente deban incluir rebelión y conflicto.
No estoy diciendo que los años estarán libres de dolor de corazón, confusión, conflicto e incluso períodos de rebelión y enajenamiento si aplicamos principios de la palabra de Dios. Sin embargo, esas pruebas no tienen que caracterizar o hacer sombra a todo el proceso de criar hijos. Ofrezco esto como esperanza de alguien que aborda el tema de la crianza de los hijos desde varios ángulos: cinco, para ser exactos. Además de mi acercamiento como estudiante de la palabra de Dios, escribo como un individuo realista, como hijo, como padre y como abuelo.
COMO UN INDIVIDUO REALISTA...
Entiendo que los consejos y las llamadas claves para la crianza de los hijos rara vez funcionan tan fácilmente como a muchos les gustaría que usted piense. Así que quiero que sepa que cualquier aplicación de un principio de la Biblia se ofrece teniendo eso presente. En tanto que pienso que estos principios son sólidos y han demostrado ser eficaces en la experiencia de muchos, usted tendrá que usar discernimiento. Debe evaluar su propio conjunto singular de retos y ajustar las aplicaciones para que encajen. Siempre tenga presente: ningún principio es absolutamente rígido.
También entiendo que no todos los que leen este libro son nuevos padres o madres. A los que han estado criando hijos ya por varios años algo de esta información tal vez les produzca frustración o un sentimiento de culpabilidad. No hay cosa tal como un padre o madre perfectos, así que sin duda usted habrá fallado sonoramente en algunos aspectos. Obvia y tristemente no podemos deshacer nuestros errores pasados. Confi eso que yo daría casi cualquier cosa por otra oportunidad de aplicar los principios que descubrí ólo después de muchas trastadas. Pero podemos pasar el resto de nuestros años languideciendo en la resaca de malos recuerdos, o hacerle frente al futuro y resolver producir un futuro más positivo. Escojamos esto último. En tanto que no podemos corregir equivocaciones pasadas, sí podemos reparar y reconstruir. He hallado en un buen número de años de criar hijos que nunca es demasiado tarde para empezar el proceso de restauración.
COMO HIJO...
Voy a ser transparente en cuanto a mi propia crianza, aunque quiero hacerlo con todo cuidado. No quiero que usted juzgue mal a mi madre o a mi padre. Tal como usted, no me criaron a la perfección. Mis padres cometieron algunas equivocaciones conmigo. Algo de eso me afectó tan hondo que decidí descubrir una mejor manera de acuerdo a la Biblia. Pero desde el comienzo y con toda sinceridad digo que mis padres se hallan entre las mejores personas que jamás conocí. Si todos tuvieran padres como los míos, no ólo las familias estarían en mejor condición, sino que el mundo sería un lugar mucho mejor.