Michela Murgia - Instrucciones para convertirse en fascista

Alessandro Giammei, impulsor de muchas de mis elecciones, ha planteado también esta vez la pregunta que ha dado impulso a mi reflexión sobre el tema del fascismo como método. Giacomo Papi y Michele Alberico me han regalado su lucidez transversal en varias ocasiones y me han ayudado a enfocar mejor el tema y sus argumentaciones, al igual que ha hecho Leonardo Caffo desde su punto de vista de militante. El talento partisano de Marco Brinzi me ha servido para concretar la necesidad política de expresar públicamente mis ideas, mientras que el espíritu de frontera de Veronica Cruciani ha abierto los resquicios para que me planteara hacerlo. El debate político cotidiano con Omar Onnis, Federica Serra Pala y Luigi Cocco ha sido de inestimable ayuda. Por último, la intuición frenética de Daniele Luchetti me ha sugerido el título de este libro. Pero ninguna de estas semillas habría dado fruto si no hubiera caído en el terreno fértil de la rígida educación democrática que me ha dado Costanza Marongiu, mi madre antifascista.

Si has obtenido un número de frases que entra en este rango, tu nivel de fascismo es todavía básico y por ahora te pareces más a un demócrata cabreado que a un fascista sereno y bien formado.

Pero este libro ha sido escrito tomando como punto de partida que hay un camino por recorrer para convertirse en fascista, así que no te desanimes, tu insuficiencia es ese punto de partida. Por otro lado, todos los fascistas empezaron desde posiciones más o menos manifiestamente democráticas, y te sorprendería saber que el camino no es tan largo como podría suponerse. Puedes empezar por lo elemental, por ejemplo, reduciendo tu atención y concentrándote en una sola voz de entre las muchas que intentan explicar lo que está pasando; este enfoque reducirá tu confusión y tu ansiedad y favorecerá la lógica de entrega al jefe.

Al mismo tiempo, alimenta tus intolerancias y tus desconfianzas acostumbrándote a considerar peligrosas todas las diferencias que pretenden enfrentarse a tus certidumbres y ponerlas en discusión, ya sean sociales, culturales, religiosas o sexuales. Lee únicamente los periódicos que apoyen esta visión y escucha sólo opiniones que las defiendan. No pierdas tiempo discutiendo con quienes no piensan como tú y acostúmbrate, en cambio, a ridiculizarlos abandonando de forma gradual el terreno de enfrentamiento para entrar en el de la aversión y el rechazo. Si sigues estas sencillas instrucciones, en pocos meses podrías pasar al siguiente nivel.

Para Francesco y Angelica,

y ya es tarde

Título original: Instruzioni per diventare fascisti

Michela Murgia, 2019

Traducción: Ana Ciurans Ferrándiz

Editor digital: Titivillus

ePub base r2.1

Todavía estás lejos de la plena adhesión al fascismo, pero vas bien encaminado, porque ya has puesto en tela de juicio los fundamentos de la Constitución, el Moloch intocable de los demócratas. Su primer dogma, en efecto, es que hay que votarlo todo salvo los valores constitucionales antifascistas y antirracistas, que excluyen las discriminaciones por motivos de culto, opinión política, género y condición económica o física. Tú, por suerte, no pareces convencido de que la Constitución italiana sea «la más bella del mundo», es más, crees que está desfasada, especialmente las partes que legislan el equilibrio entre poderes y la participación ciudadana. Puedes partir de esta convicción para ir aumentando tu conciencia fascista y hacer que vaya creciendo también en los que te rodean. Una buena manera de mejorar la puntuación es concentrarse en reducir el debate al ámbito político y económico.

En el frente político, pide que aumente la democracia directa de los ciudadanos, pero aboga también por la disminución de su representación colectiva. De esta manera, aun dándoles a todos la oportunidad de participar, limitarás la posibilidad de formación de grupos de presión de los partidos, comités, asociaciones y otros centros de interés que practican la organización de la diversidad política. En el frente económico, apoya la supresión de los contratos colectivos de categoría y fomenta la contratación individual en función de los méritos individuales para que sindicatos y corporaciones pierdan su razón de ser. Una vez que el fascismo se haya afirmado plenamente, se formarán otros nuevos, pero alrededor de intereses que fomentar, no de problemas que resolver. Hasta entonces, cada individuo, sometido a batallas y necesidades individuales, sentirá el intenso deseo de ponerse en manos de un guía fuerte, y percibirá mejor las situaciones difíciles como emergencias en las que los límites democráticos puedan superarse para dejar espacio a nuevas reglas.

Tu resultado es alto porque estás en un estadio muy avanzado de la adquisición consciente de la visión fascista y ya lees la realidad a través de sus instrumentos. Eres un defensor natural del método y de su desarrollo, y actúas abiertamente contra sus enemigos declarados. Intervienes en todos los ámbitos públicos para identificarlos, estigmatizarlos y aniquilarlos a los ojos de todos, y difundes contenidos que hacen comprender que tenemos que defendernos. Te opones sin mediación a todo el que intente desautorizarte; y si llevar el conflicto al ámbito personal ya es una técnica que conoces, las palabras no son tu única herramienta de militancia. Si es necesario, sabes arremangarte y ponerte manos a la obra invocando puntualmente la legítima defensa, el concurso de circunstancias o la bravuconada ocasional.

En este estadio de conciencia, ya deberías haber experimentado que cada vez que actúas de esta manera se amplía el rango de percepción entre lo que se puede hacer en democracia y lo que habría que hacer. No te detengas, cada vez que traspasas un límite lo desplazas un poco más allá. Puede que lo pagues personalmente en ese preciso momento, pero esa brecha la cruzarán otros diez, cien o cien mil que vienen detrás de ti. No retrocedas, hay todo un pueblo que te sigue.

Si has obtenido esta puntuación, significa que eres consciente, al menos en parte, de lo eficaz que es el método fascista y de cómo puede ser utilizado con un resultado satisfactorio por cualquiera sin prejuicios ideológicos. Por desgracia, parece que todavía lo consideras una opción más, lo cual significa que sigues dispuesto a tolerar el pluralismo de los métodos del resto y podrías incluso sentirte obligado a defenderlo. Ten cuidado, porque un sistema que incentiva la presencia, la organización y la expresión de la máxima pluralidad de posiciones desemboca fatalmente en una democracia. En cualquier caso, no es grave; puedes hacer mucho a pesar de partir de una puntuación tan baja. Sigue considerando que el método fascista es una expresión libre y paritaria de la actuación política y convence a un demócrata para que te trate con tolerancia ilimitada. De esta manera contribuirás a realizar lo que Popper había teorizado a propósito de la sociedad abierta: «La tolerancia ilimitada conduce a la supresión de la tolerancia. Si extendemos la tolerancia ilimitada también a los intolerantes, si no estamos dispuestos a defender una sociedad tolerante contra los ataques de los intolerantes, los tolerantes serán destruidos y la tolerancia con ellos». Para que finalmente este escenario se materialice, se necesitan muchas personas que aún no sean lo suficientemente fascistas como para entender el fascismo como método, y no tan demócratas como para organizarse a fin de evitarlo. En fin, personas como tú.