Jiddu Krishnamurti - La libertad primera y última
Aquí puedes leer online Jiddu Krishnamurti - La libertad primera y última texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1954, Editor: ePubLibre, Género: Ordenador. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
Novela romántica
Ciencia ficción
Aventura
Detective
Ciencia
Historia
Hogar y familia
Prosa
Arte
Política
Ordenador
No ficción
Religión
Negocios
Niños
Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.
- Libro:La libertad primera y última
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:1954
- Índice:4 / 5
- Favoritos:Añadir a favoritos
- Tu marca:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
La libertad primera y última: resumen, descripción y anotación
Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "La libertad primera y última" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.
Jiddu Krishnamurti: otros libros del autor
¿Quién escribió La libertad primera y última? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.
La libertad primera y última — leer online gratis el libro completo
A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" La libertad primera y última " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
La libertad primera y última es considerado por muchos como el mejor libro de Krishnamurti. Aldous Huxley, en su esclarecedor prólogo, se pregunta: ¿qué es exactamente lo que nos propone el sabio indio? Y la respuesta es que no se trata de un sistema de creencias, ni de un catálogo de dogmas, ni de un repertorio de ideas, ni de una clase de yoga; lo esencial es trascender los símbolos y alcanzar la libertad de cada instante.
Esta libertad surge con la superación del ego, pero también de los «sistemas» de pensamiento organizado. Una y otra vez enseña Krishnamurti que la esperanza está en el interior de cada ser humano, no en los sistemas filosóficos ni en los credos religiosos.
La verdad nunca puede ser la repetición de una doctrina: «Cuando la verdad se repite, deja de ser la verdad». Por esto, incluso los libros sagrados tienen poca relevancia. Es a través del conocimiento propio y de la libertad interior como se llega a la realidad. «Los hombres de buena voluntad no deben tener fórmulas». Lo que importa no son las ideas sino la experiencia. Hay una espontaneidad trascendente en la vida, una «realidad creadora», como la llama Krishnamurti, que se revela cuando la mente se coloca en estado de «alerta pasividad».
En La libertad primera y última se exponen una gran variedad de temas, como pueden ser el sufrimiento, el miedo, la sexualidad, la envidia, etc., pero siempre alrededor de un hilo conductor, y apuntando a la más radical liberación.
Jiddu Krishnamurti
ePub r1.1
Titivillus 30.01.17
Título original: The First and Last Freedom
Jiddu Krishnamurti, 1954
Traducción: Arturo Orzabal Quintana
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
JIDDU KRISHNAMURTI nació en Madanapalle (India), el 12 de Mayo de 1895, en el seno de una familia de brahmanes.
Fue un filósofo y escritor, conocido por su renovación de las enseñanzas tradicionales indias a un lenguaje filosófico plenamente integrado con la tradición occidental.
A una edad muy temprana, un líder de la Sociedad Teosófica Mundial, Annie Besant, vio en él al gran instructor espiritual, la encarnación actual del Señor Maitreya.
En 1911, a fin de facilitar su advenimiento, se fundó la Orden de la Estrella de Oriente. En 1929 Krishnamurti disolvió la secta y recorrió el mundo con la pretensión de liberar a los hombres de todo temor y de toda limitación, de toda religión y de toda doctrina mediante la introspección individual en busca de capas inexploradas de la conciencia.
Autor de numerosas obras, desde 1969 dirigió en California una asociación que lleva su nombre y, en la escuela del Valle Feliz, potenció una pedagogía basada en la interiorización personal y en la convivencia.
Falleció el 17 de Febrero de 1986 en Ojai, California (Estados Unidos).
[1] Ceremonias religiosas de los hindúes. (N. del T.).
¿QUÉ ES LO QUE BUSCAMOS?
¿Qué es lo que busca la mayoría de nosotros? ¿Qué es lo que cada uno de nosotros quiere? Sobre todo en este mundo de desasosiego, en el que todos procuran hallar cierto género de felicidad, alguna clase de paz, un refugio, resulta sin duda importante averiguar —¿no es así?— qué es lo que intentamos buscar, qué es lo que tratamos de descubrir. Es probable que la mayoría de nosotros busque alguna especie de felicidad, alguna clase de paz; en un mundo sacudido por disturbios, guerras, contiendas, luchas, deseamos un refugio donde pueda haber algo de paz. Creo que eso es lo que casi todos deseamos. Y así proseguimos, yendo de un dirigente a otro, de una organización religiosa a otra, de un instructor a otro.
Ahora bien: ¿andamos en busca de la felicidad, o lo que buscamos es alguna clase de satisfacción de la que esperamos derivar felicidad? Hay una diferencia, por cierto, entre felicidad y satisfacción. ¿Podéis buscar la felicidad? Tal vez podáis hallar satisfacción; pero, ciertamente, no podéis encontrar la felicidad. La felicidad, sin duda, es un derivado; es un producto accesorio de alguna otra cosa. Antes, pues, de consagrar nuestra mente y corazón a algo que requiere gran dosis de seriedad, de atención, de pensamiento, de cuidado, debemos descubrir —¿no es así?— qué es lo que buscamos: si es felicidad o satisfacción. Temo que la mayoría de nosotros busque satisfacción. Deseamos estar satisfechos, deseamos hallar una sensación de plenitud al final de nuestra búsqueda.
Después de todo, si uno busca la paz puede encontrarla muy fácilmente. Puede uno consagrarse ciegamente a alguna causa, a una idea, y hallar en ella un refugio. Eso, a buen seguro, no resuelve el problema. El mero aislamiento en una idea que nos encierra, no nos libra del conflicto. Debemos, pues —¿no es así?—, descubrir qué es lo que cada uno de nosotros quiere, tanto en lo intimo como exteriormente. Si esto lo vemos claro, no necesitaremos ir a parte alguna, recurrir a ningún instructor, a ninguna iglesia, a ninguna organización. De modo que nuestra dificultad —¿no es así?— estriba en aclarar en nosotros mismos cuál es nuestra intención. ¿Puede haber claridad en nosotros? Y esa claridad, ¿nos viene indagando, tratando de averiguar lo que otros dicen, desde el más elevado instructor hasta el vulgar predicador de la iglesia a la vuelta de la esquina? ¿Tenéis que recurrir a alguien para descubrir? Y sin embargo, eso es lo que hacemos, ¿no es así? Leemos innumerables libros, asistimos a muchas reuniones; y discutimos, ingresamos a diversas organizaciones, procurando con ello hallar un remedio al conflicto, a las miserias de nuestra vida. O, si no hacemos todo eso, creemos que hemos encontrado; esto es, decimos que determinada organización, determinado instructor, determinado libro, nos satisface: en eso hemos hallado todo lo que deseamos, y en eso permanecemos, cristalizados y encerrados.
Lo que buscamos a través de toda esta confusión ¿no es acaso algo permanente, algo duradero, algo que denominamos realidad, Dios, verdad o lo que os plazca? El hombre importa poco; la palabra no es la cosa, ciertamente. No caigamos, pues, en la red de las palabras; dejad eso para los conferenciantes profesionales. Hay por cierto, en la mayoría de nosotros, una búsqueda de algo permanente, ¿no es verdad? Buscamos algo a lo cual podamos adherirnos, algo que nos dé confianza, una esperanza, un entusiasmo duradero, una constante certeza, porque en nosotros mismos nos sentimos inseguros. No nos conocemos a nosotros mismos. Muchos sabemos en cuanto a hechos: lo que han dicho los libros; pero no lo sabemos por nosotros mismos, no tenemos una vivencia directa.
¿Y qué es lo que llamamos permanente? ¿Qué es lo que buscamos y qué nos dará —o que esperamos ha de darnos— permanencia? ¿No buscamos felicidad, satisfacción, certeza duradera? Queremos algo que perdure eternamente, que nos satisfaga. Si nos despojamos de palabras y frases, y vamos al fondo de las cosas, eso es lo que queremos. Queremos placer permanente, perpetua satisfacción; y a ello le damos el nombre de verdad, Dios o lo que sea.
Y bien, queremos placer. Tal vez esta expresión sea muy cruda, pero eso es realmente lo que queremos: conocimientos que nos den placer, experiencia que nos dé placer, una satisfacción que no se marchite el día de mañana. Y, habiendo experimentado diversas satisfacciones, todas ellas se han desvanecido; y ahora esperamos encontrar una satisfacción permanente en la realidad, en Dios. Eso, por cierto, es lo que todos buscamos: los inteligentes y los necios, el teórico y el hombre práctico que lucha por algo. ¿Pero existe satisfacción permanente? ¿Existe algo que haya de perdurar?
Tamaño de fuente:
Intervalo:
Marcador:
Libros similares «La libertad primera y última»
Mira libros similares a La libertad primera y última. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.
Discusión, reseñas del libro La libertad primera y última y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.