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SINOPSIS
En 12 reglas para vivir, el bestseller internacional que vendió más de cinco millones de ejemplares, el famoso pensador, psicólogo y profesor de la Universidad de Toronto Jordan Peterson nos ofrecía verdades eternas aplicadas a las ansiedades contemporáneas. Su mensaje provocador sobre el valor de la responsabilidad individual y el significado de nuestras acciones resonó con fuerza en todo el mundo.
Si el anterior libro se centraba en las consecuencias del caos, Más allá del orden alerta sobre los peligros de un exceso de seguridad y control en nuestra vida y pone en valor conceptos como la creatividad, la curiosidad o la vitalidad. El objetivo es mantener el perfecto equilibrio entre orden y caos y evitar que ninguno de los dos gobierne nuestro destino.
Entremezclando mitología, historia clásica y casos de su consulta, este libro ofrece 12 nuevos principios para una vida con sentido.
El autor más influyente y polémico del momento. Su libro más esperado.
«El pensador más influyente en Occidente ahora mismo.» The New York Times
«El camino de Peterson es un camino duro, pero para millones de jóvenes en todo el mundo ha sido el antídoto perfecto contra el cóctel de permisividad y victimismo en el que han crecido.» The New York Times
«Bajo el disfraz de manual de psicología se esconde un ensayo-bomba contra la corrección política y la cultura de la queja.» El Mundo
«Uno de los más eclécticos y estimulantes intelectuales de hoy en día.» The Guardian
J ORDAN B. P ETERSON
MÁS ALLÁ DEL ORDEN
12 nuevas reglas para vivir
A mi esposa, Tammy Maureen Roberts Peterson, a la que he amado con locura durante cincuenta años y a la que considero admirable, en mi aprecio, en todos los sentidos y de forma totalmente desmedida.
LISTA DE ILUSTRACIONES
Notas
. La enfermedad que le costó el tobillo a mi hija Mikhaila y que le obligó a sustituirlo, junto con su cadera, también era inmune. Y mi esposa tenía unos síntomas artríticos similares a los de Mikhaila. Solo lo menciono para arrojar algo de luz a por qué se valoró un programa de respuesta inmune y por qué tenía cierto sentido.
. Durante dos décadas tomé inhibidores de la recaptación de serotonina como Celexa. Me ayudaron muchísimo, pero dejé de tomarlos a principios de 2016 porque hice un cambio de dieta que los volvía innecesarios.
. Este es el famoso problema de la inducción del ilustre filósofo David Hume. Para leer más, véase Hume, D., Investigación sobre el entendimiento humano , Akal, Madrid, 2004.
. Peterson, J. B., 12 reglas para vivir: un antídoto al caos, Planeta, Barcelona, 2018.
. Quizá revista cierto interés señalar que este libro y su predecesor —aunque cada uno se sostiene por sí solo— fueron diseñados conjuntamente para plasmar el equilibrio que ambos tratan de describir. Es por eso que (al menos en las versiones en inglés) el primero está encuadernado en blanco, y el segundo, en negro. Constituyen un conjunto a juego, como los conceptos taoístas del yin y el yang.
. El enlace a mi canal de YouTube es: . Podéis acceder a mi pódcast y a mi blog en .
. He modificado lo suficiente los relatos extraídos de mi práctica clínica para garantizar la privacidad de mis clientes, al tiempo que respeto la verdad esencial de lo que estoy relatando.
. Hughes, S., y Celikel, T., «Prominent Inhibitory Projections Guide Sensorimotor Communication: An Invertebrate Perspective», BioEssays, 41, 2019, 190088.
. Swanson, L. W., «Cerebral hemisphere regulation of motivated behavior», Brain Research, 886, 2000, pp. 113-164.
. De Waal, F. B. M., y Suchak, M., «Prosocial Primates: selfish and unselfish motivations», Philosophical Transactions of the Royal Society of London: Biological Science, 365, 2010, pp. 2711-2722.
. Peterson, J. B., y Flanders, J., «Play and the regulation of aggression», en Tremblay, R. E., Hartup, W. H., y Archer, J. (eds.), Developmental Origins of Aggression, Guilford Press, Nueva York, 2005, pp. 133-157.
. Piaget, J., La formación del símbolo en el niño: imitación, juego y sueño: Imagen y representación, Fondo de Cultura Económica, México, 2012.
. ‘De muchos, uno.’
. De Waal, F. B. M., Bien natural: los orígenes del bien y del mal en los seres humanos y otros animales, Herder, Barcelona, 1997.
. Hasta los ratones lo entienden. Jaak Panksepp es uno de los fundadores del subcampo de la psicología bautizado como neurociencia afectiva, además de ser un investigador de lo más creativo, atrevido y hábil. Dedicó muchos años a analizar el papel del juego en el desarrollo y la socialización de los ratones (véase Panksepp, J., Affective Neuroscience: The Foundations of Human and Animal Emotions, Oxford University Press, Nueva York, 1998, en especial el capítulo sobre el juego, pp. 280-299). A los ratones les gusta jugar. Les encanta especialmente retozar, sobre todo a los machos más jóvenes. Les gusta tanto que trabajarán por iniciativa propia —por ejemplo, tirando de una palanca en repetidas ocasiones— para poder entrar en un cercado donde los espere otro ratoncito joven para jugar. Cuando dos extraños jóvenes se ven por primera vez en esta tesitura, se miden el uno al otro y luego determinan quién manda. Si un ratón es apenas un diez por ciento más grande que el otro, ganará virtualmente cualquier pugna física, cualquier pelea con otro ratón. Aunque lucharán de todas formas para averiguarlo, el más grande someterá casi siempre al pequeño. Si considerarais la determinación de la jerarquía como el equivalente al dominio hegemónico, ahí se acabaría el cuento. El ratón más grande y fuerte ganaría. Fin de la película. Pero ahí no acaba para nada la historia, a menos que los ratones solo se encuentren una vez. Los ratones viven en entornos sociales e interactúan con los mismos individuos una y otra vez. Así, una vez iniciado el juego, continúa…, y las reglas no solo tienen que regir el juego puntual, sino el reiterado. Una vez determinada la hegemonía, los ratones pueden jugar, y su forma de hacerlo dista mucho de una pelea de verdad, igual que jugar de broma con un perro difiere mucho de ser atacado por uno. En este caso, el ratón más grande podría someter al pequeño cada vez. No obstante, rompe las reglas (en realidad, las metarreglas: esas que solo hay que cumplir en el transcurso de los juegos que se repiten). El propósito de jugar en repetidas ocasiones no es la hegemonía, sino el hecho de seguir jugando. Esto no quiere decir que la hegemonía inicial no tenga relevancia. Importa, sobre todo en el sentido siguiente: cuando dos ratones se encuentran por segunda vez, ambos adoptarán un papel único. El pequeño tendrá entonces el deber de invitar a su amigo más grande a jugar y este tiene el deber de aceptar la invitación. El primero correteará, juguetón, para mostrar sus pretensiones. El más grande podría no inmutarse, hacerse el guay y actuar con cierto desdén, pues ahora está en su derecho de hacerlo; pero si es un tipo decente, recogerá el guante y se lo pasará en grande, pues en lo más hondo de su ser le apetece jugar. Sin embargo —y he aquí el quid de la cuestión—, si el ratón más grande no deja ganar al pequeño algunas de las contiendas durante una parte significativa del tiempo (Panskepp estimó entre un treinta y un cuarenta por ciento del tiempo), el ratón pequeño dejará de mandarle invitaciones para jugar. Para el pequeñín, dejará de ser divertido. Por tanto, si el ratón más grande ejerce su poder en plan acosador, como bien podría hacer, perderá al nivel superior (el nivel en que la diversión se prolonga el mayor tiempo posible), aun cuando gane más veces al nivel inferior. ¿Qué significa esto? La idea principal es que sencillamente el poder no es una base estable sobre la que construir una jerarquía que rija de forma óptima las interacciones repetidas. Y esto no es así solo para los ratones. Los machos alfa de ciertos grupos de primates también son mucho más prosociales que sus camaradas de escalafones más bajos. El poder tampoco les sirve (véase De Waal, F. B. M., y Suchak, M., «Prosocial Primates: Selfish and Unselfish Motivations», Philosophical Transactions of the Royal Society of London: Biological Science, 365, 2010, pp. 2711-2722. Véase también De Waal, F. B. M., «The surprising science of alpha males», TEDMED 2017 ).