Sylvie Boril
LOS SUEÑOS:
INTERPRETARLOS
Y DIRIGIRLOS
Técnicas y métodos para controlar,
analizar y comprender los sueños
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Traducción de J. Lalarri Estiva.
Diseño gráfico de la cubierta: © YES.
Fotografías de la cubierta: © Sebastien Kaulitzki/Fotolia.com.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2019
© [2019] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-64461-639-0
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Índice
A Marco, Matteo y Stefano.
Que sus más hermosos sueños se hagan realidad.
Qué es el sueño
• Los sueños: mensajes del inconsciente paraconocerse mejor
• La importancia, el mecanismo y la función de los sueños
Los sueños son un lenguaje cifrado que el hombre intenta entender desde hace miles de años. La oniromancia (del griego oneiros, que significa «sueño», y manteia, «adivinación») es quizá la más antigua de las artes adivinatorias de la humanidad. En el Talmud, la compleja doctrina judía, se dice que «los sueños no interpretados son cartas no abiertas». De hecho, los sueños son, a menudo, preciosos mensajes enviados por nuestra parte más íntima, el inconsciente, responsable de pensamientos y acciones que son independientes de nuestra voluntad.
El inconsciente y los símbolos
El inconsciente es aquella parte de la psique, profunda y misteriosa, que, por su acción poderosa y determinante sobre nuestra vida, merece ser descubierta y conocida. El inconsciente no es únicamente, tal como afirman algunos psicoanalistas, una amalgama en la que fermentan elementos tenebrosos, primitivos y animalescos de la personalidad, es también un pozo de verdad, sabiduría, belleza e intuición. Vale la pena, pues, sacar a manos llenas, como si se tratara de un cofre de contenido precioso, al nivel de la conciencia, a la luz, todo lo que contiene.
Sin embargo, esto no es fácil. Este trabajo onírico de descubrimiento de uno mismo, que Carl Gustav Jung compar a ba con el opus sacro del alquimista que iba a la búsqueda de la piedra filosofal portadora de vida, presenta dificult a des. El lenguaje figurado propio de los sueños es más primitivo que el del estado de vigilia, por ello necesita una esp e cial atención a la hora de interpretarlo. Además, los sueños son, con frecuencia, complejos y parecen servirse de una enr e vesada forma de expresión, como si utilizaran una especie de camuflaje. ¿Por qué? Porque el inconsciente está formado, también, por pulsiones desagradables que no p u eden ser afrontadas desde el estado de conciencia; eso hace que transmita sus contenidos bajo falsas apariencias, como si fueran símbolos que trataran de decirnos: «¡Intenta desc i frarme!». Estos símbolos-enigma son, en definitiva, el resultado de un mecanismo deformador creado por una censura interior que tiene la fu n ción de impedir q ue salga a la luz todo aquello que ha sido transportado y ha quedado relegado a la profundidad del yo consciente, porque es juzgado como inconfesable e irraci o nal.
Pero esos contenidos transportados y relegados se activan continuamente en el inconsciente y desean acceder a la conciencia, provistos con todo su bagaje de energía psíquica y carga afectiva.
Por esa razón, el inconsciente los cambia y los enmascara bajo el aspecto de símbolos, de forma que resulten irreconocibles por la censura y puedan entrar en la conciencia.
El símbolo onírico es un puente de unión entre el inconsciente y la personalidad consciente, es un mediador.
Un sueño es, en muchos aspectos, semejante a una película que proyecta un conjunto de imágenes hacia el ojo de la mente humana durante el sueño y traduce su mensaje mediante imágenes visuales y asociaciones de ideas. Y, si bien con las imágenes este lenguaje figurado parece extraño y complicado, cuando logramos comprenderlo descubrimos que puede ser el más claro y el más económico de todos los lenguajes.
Más adelante veremos cómo descodificar este lenguaje dirigiéndonos al mejor de los intérpretes: nosotros mismos.
Todos soñamos
Aquel que dice «yo no sueño nunca» se equivoca, porque todos soñamos, incluidos los fetos y los animales; el sueño es una activ i dad psíquica común a todos los mamíferos. Quien sostiene que no sueña, sencillamente es que no se acuerda. Parece que quien tiene un carácter frío y analítico, y una disposición racional y poco fantasiosa, tiende a r e cordar menos sueños que quien mantiene hacia la vida una disposición de ánimo más abierta y flexible. Los ingenieros recuerdan, frecuentemente, menos sueños que los artistas, por eje m plo, y las mujeres recuerdan más que los hombres.
Experimentos de laboratorio han establecido que cada uno de nosotros tiene más de mil sueños al año, aunque en realidad sólo se r e cuerda una mínima parte durante las horas de vigilia, generalmente aquellos que se tienen poco antes de de s pertarse.
Los mecanismos del sueño y de los sueños
Las investigaciones sobre el sueño y los sueños se han podido realizar gracias a un aparato, el electroencefalógrafo, que permite registrar las corrientes eléctricas emitidas por el cerebro. La fuerza de estas ondas puede ser medida mediante electrodos aplicados en el cuero cabelludo. Gracias a este tipo de indagaciones se ha descubierto que el sueño tiene una evolución cíclica en la que se distinguen varias fases:
• Somnolencia. Cuando se cierran los ojos por la somnolencia se manifiestan en el cerebro ondas eléctricas más lentas que las prod u cidas en estado de vigilia. Esta fase dura unos cinco minutos.
• Primer estadio del sueño. Las ondas se hacen aún más lentas; el sueño no se ha estabilizado todavía. Dura cerca de veinte minutos.
• Segundo estadio. También llamado sueño confirmado. Las ondas eléctricas tienden todavía a ralentizarse en un sueño que ya es estable. Dura cerca de veinte minutos.
• Tercer estadio. Llamado sueño profundo. Las ondas son aún más lentas. Dura cerca de ocho minutos.
• Cuarto estadio. Llamado sueño profundísimo. Es la fase más profunda y estable del sueño. Dura cerca de quince minutos.
• Estadio del sueño REM. Durante esta fase se sueña. REM significa Rapid Eyes Movements, es decir, «movimientos oculares rápidos». La fase REM se caracteriza por los continuos desplazamientos de los globos oculares bajo los párpados cerrados, provocados por el seguimiento de las diferentes imágenes del sueño. Esta fase es completamente diferente de las anteriores:
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