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Prólogo
Desde hace varios siglos, se ha catalogado el mundo de los sueños como algo mágico. Los antiguos reyes acostumbraban tener un oráculo o adivino que interpretara sus fantasías oníricas, ya que consideraban que de ellas dependía su futuro y el de sus pueblos.
Los intérpretes del onirismo los clasificaron en sueños blancos y negros. Esto significaba que había imágenes que presagiaban el bien y ensueños que anunciaban el mal. La literatura clásica habla de tragedias, como los cuentos, en que las visiones de los reyes presagiaron grandes peligros.
El viejo adagio popular: “Soñar no cuesta nada”, a veces resulta falso, sobre todo cuando nuestras alucinaciones han sido heraldos de verdaderas desgracias; cabe señalar que otros sueños, también, han anunciado gratas noticias para la humanidad.
Sacerdotes, brujos, psicólogos y hasta psiquiatras se han preocupado por dar una interpretación satisfactoria a los sueños que, por milenios, han atormentado a los seres humanos. Desde luego, nunca se han logrado poner de acuerdo en el significado de cada sueño.
Las fantasías más absurdas surgen en nuestra mente adormilada con un significado contrario al que aparentan tener; pesadillas terroríficas y dulces quimeras están dentro de la vida de infantes, adolescentes, adultos y ancianos, ninguno de nosotros está exento de tener ensueños, pareciera que es una bendición que nos ayuda a planear mejor nuestro futuro, si recibimos con prudencia y virtud los mensajes que transmiten los sueños.
Muchas veces evitamos comentar a nuestros semejantes el contenido de nuestras visiones, por temor a ser objeto de una burla cruel. Quienes se burlan de los sueños de los demás, lo hacen porque su ignorancia jamás les permitirá descubrir al verdadero mensaje que hay en ellos.
Muchos libros se han escrito sobre la interpretación de los sueños, sin embargo, pocos se han preocupado por abordar con profundidad el tema.
Este libro que hoy tienes en tus manos, resolverá cualquier duda que tengas, con respecto a la interpretación de tus sueños, tú serás quien descubra, en esta obra, la respuesta a las interrogantes que te agobien después de cada sueño.
Para escribir este libro no sólo estudié decenas de obras al respecto, sino que investigué la relación entre los sueños y los hechos subsecuentes ocurridos a muchas personas. La seriedad de las interpretaciones que aquí se exponen está garantizada por mi amplia experiencia en el estudio de la mente humana.
Introducción
El sueño es un estado fisiológico que pertenece al hombre y a los animales superiores; como actividad psíquica sólo se presenta en los seres humanos y se desarrolla con independencia de la voluntad de la persona que duerme; en este período se aprecian escenas, pasajes y sucesos en los que participamos como actores principales o espectadores.
Ilusiones, deseos y fantasías se nos conceden durante los sueños, aunque su realización nos está anunciando una serie de acontecimientos diferentes a los que se nos presentaron.
En la ficción todo es posible; podemos vernos más jóvenes, más viejos, desnudos, mutilados, ricos, pobres, etcétera, los seres que ya fallecieron pueden visitarnos en nuestros sueños, inclusive los que aún no han nacido.
En una ocasión, un amigo que recién había abierto una tienda de muebles, comentó que había soñado que estaba solo, abandonado en un desierto, vendiendo joyas preciosas; se sentía preocupado por el futuro de su negocio, sin embargo, tres meses después se convirtió en el comerciante más próspero del barrio en que se instaló. Aquel sueño en apariencia de mal augurio, le había profetizado el éxito.
Quienes más sufren a causa de sus alucinaciones, son aquéllos que les atribuyen la realidad aparente que muestran, sin pensar en las posibles implicaciones que puedan tener; estas personas requieren descubrir la verdadera intencionalidad que los sueños tienen en la vida.
Las visiones oníricas consideradas como avances del destino, hacen que el reposo sea un alimento espiritual y psíquico; para poder asimilar el verdadero significado de los sueños es necesario sensibilizar nuestra mente al máximo.
A pesar de que todas las personas tienen sueños, no cualquiera asimila la profundidad que encierran. Esto se debe a su ignorancia o incredulidad sobre el tema, la misma ciencia ha reconocido que cualquier visión por inverosímil que parezca, posee un significado y una justificación.
Los psicólogos definen los sueños como una experiencia psíquica, de gran importancia, que tiene verificativo cuando un individuo duerme, señalan que los sueños constituyen un elemento del mundo fantástico.
Los psicoanalistas como Sigmund Freud y Jacques Laccan, descubrieron en la interpretación de los sueños enorme ayuda para el conocimiento de la personalidad de los seres humanos; a través de la interpretación de éstos, el psicoanálisis ha descubierto cuáles son los motivos de las conductas irreflexivas de sus pacientes. En la actualidad, partidarios y enemigos de la corriente psicoanalítica se preocupan por descubrir la verdadera significación de cada uno de sus sueños.
A
ABAD (sacerdote o ministro religioso). Soñarse como abad, representa que muy pronto seremos protagonistas de alguna ceremonia religiosa, que bien puede ser un bautismo, una boda o tal vez algún servicio fúnebre; en ocasiones, puede ser aviso de prevención contra algún complot de nuestros enemigos.
ABADESA (monja relevante o madre superiora). Si una mujer se sueña siendo una abadesa, significa que habrá arbitrariedades en su contra; si sólo se ve a la abadesa sonriente, es sinónimo de buenaventura, pero si se le aprecia enojada o maliciosa, es presagio de momentos muy desagradables en el hogar, la escuela, la oficina, etcétera.
ABADIA (convento, seminario o monasterio). Si se está adentro de la abadía es que habrá enfermedades, problemas de trabajo o legales que nos impiden transitar con libertad; si el edificio de la abadía está en ruinas o derrumbándose, es presagio de graves inconvenientes que entorpecerán los planes que se han trazado.
ABANDONADO Es señal que habrá bastantes personas (familiares, amigos, clientes, etcétera) junto a nosotros, cuando el abandonado es uno mismo; si la persona abandonada es otra, es muy probable que algún contratiempo provoque que los demás se olviden de nosotros en forma temporal.