Eva Duo
CÓMOCURARSE
CON LA
GEMOTERAPIA
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-131-6
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
A diferencia de la fitoterapia tradicional, que utiliza partes de planta adulta, la gemoterapia se basa en preparados obtenidos por maceración de tejidos embrionarios frescos en una solución de agua, alcohol y glicerina. Las partes utilizadas en gemoterapia son las inflorescencias, las gemas, los capullos, las gemas florales, las bellotas, los brotes y raíces jóvenes, la savia, la cáscara interna de las raíces o de las ramas y semillas jóvenes. Aunque aproveche los consejos de la tradición herbolaria clásica, la gemoterapia representa el resultado de investigaciones y experimentos modernos en el campo de la fitoterapia. Recupera la tradición desde los puntos de vista del significado simbólico y terapéutico: la utilización que se hacía en el pasado de algunas de las plantas de las cuales se extraen los gemoderivados, como el tilo, el abedul o el romero, era de hecho muy parecida a la de los gemoderivados correspondientes. La gemoterapia nace como práctica terapéutica hacia mediados de los años cincuenta, gracias al trabajo de Pol Henry, médico e investigador belga. Su punto de partida fue presuponer que en las gemas y en todos los tejidos embrionarios existía un quid, una fuerza vital, ausente en la planta adulta y capaz de interactuar con el hombre a través de las proteínas. Los tejidos en fase de crecimiento contienen, de hecho, hormonas vegetales, trazas de ADN y ARN, trazas de proteínas, aminoácidos, vitaminas y sales minerales presentes sólo parcialmente en los tejidos definitivos, como en las hojas, las flores y las raíces. Inicialmente los gemoderivados se utilizaron sobre todo en homeopatía como drenantes de órgano, o sea, como sustancias capaces de transportar las «toxinas» hacia los órganos destinados a la depuración: hígado, piel, riñones y pulmones. En una segunda fase adquirieron una más evidente identidad terapéutica.
Su acción se desarrolla a través de una estimulación del sistema reticuloendotelial —conjunto de elementos celulares, situados en diferentes partes del organismo, destinados a la eliminación de sustancias extrañas o nocivas— desarrollando un papel básico en los procesos antiinflamatorios e inmunitarios.
La gemoterapia permite, pues, realizar una depuración profunda del organismo y estimular las defensas naturales contra la agresión de agentes externos.
LA GEMOTERAPIA
QUÉ ES LA GEMOTERAPIA
LOS PRINCIPIOS BÁSICOS
El médico y experto en botánica belga Pol Henry elaboró su propio método empezando por la observación de la distribución de las especies vegetales arbóreas. Observó que la evolución del bosque desde la última glaciación refleja la del organismo durante la enfermedad.
Plantas arbóreas «pioneras» como el abedul o el aliso negro, que se cuentan entre las primeras plantas en colonizar la tierra húmeda y fría después de la retirada de los glaciares y en preparar la tierra para la implantación de otras especies, tienen, en relación al organismo, una función análoga: combaten las enfermedades en sus fases iniciales (reacción primaria inflamatoria), desarrollando una fuerte acción antiinflamatoria y de drenaje. Pol Henry descubrió, a través de estudios posteriores, que la acción terapéutica de las gemas pasa por la regulación de la relación entre albúminas y globulinas presentes en la sangre. Las albúminas, que constituyen el 60 % de las proteínas del plasma, tienen una función de reserva proteica disponible para la defensa del organismo: su número indica sus capacidades de recuperación. Las globulinas son, como las albúminas, proteínas globulares presentes en el plasma. Se dividen en α-globulinas, α-globulinas, ß-globulinas y γ-globulinas.
Mientras las albúminas no proporcionan una idea de la prognosis de la enfermedad, las globulinas tienen básicamente un valor diagnóstico, ya que señalan el tipo de reacción del sistema inmunitario:
• un aumento de las α-globulinas es la respuesta a un estado inflamatorio agudo, como una infección vírica o bacteriana, una fiebre inesperada, un shock térmico, un traumatismo violento;
• un aumento de las ß-globulinas está relacionado con una inflamación crónica;
• un nivel alto de γ-globulinas indica un endurecimiento progresivo de los tejidos (esclerosis) y es consiguiente a la instauración de la cronicidad de la enfermedad.
La evolución de la enfermedad está relacionada con el aumento del porcentaje de las γ-globulinas respecto a las α-globulinas.
Los tejidos embrionarios de algunas plantas tienen la capacidad de inducir una cierta subida del nivel de albúminas y una disminución del nivel de las globulinas de manera absolutamente opuesta a lo que ocurre durante una enfermedad. Las plantas que contribuyen a la formación del humus, como el olmo y el abedul, se parecen, a las α-globulinas que acompañan el estado inflamatorio agudo; otras, como la zarza, el frambueso y el brezo, cuya presencia indica la progresiva degradación y acidificación del bosque, representan los valores variables de las globulinas en la sangre, que a su vez indican la degeneración y el endurecimiento de los tejidos.
EL DRENAJE
Drenar significa en fitoterapia llevar hacia el exterior sustancias tóxicas que se han acumulado dentro del organismo. El abuso de fármacos, una alimentación demasiado abundante en conservantes y aditivos, la adicción al tabaco, el estrés y los desequilibrios metabólicos pueden causar un exceso de toxinas que el cuerpo, por sí solo, no es capaz de eliminar. Las toxinas acumuladas de esta manera obstaculizan el paso de las informaciones entre célula y célula y entre el interior y el exterior del organismo.
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