Todo el mundo lo sabe: en el mundo de Minecraft, los creeper explotan. Pero para Mervyn es más que eso. Lo único que quiere es ganar la prestigiosa competición anual de explosiones de creepers para que su padre esté orgulloso de él. Las presiones familiares y los rivales harán que las cosas no salgan exactamente tal como lo quiere este pequeño monstruo. En este divertido y único diario seréis testigos del intenso entrenamiento para convertirse en el mejor de todos.
PREFACIO DE AYPIERRE
Todavía recuerdo la primera vez que me topé con un creeper.
Por aquel entonces, estaba descubriendo Minecraft y aún no grababa vídeos. No sabía nada del juego y aún me costaba arreglármelas con el hacha de madera y los cubos de tierra.
Había construido mi primera cabaña (que no tenía ni techo ni ventanas) apresuradamente para poder pasar la noche, cuando lo vi detrás de la puerta. Era un principiante, por lo que dejé entrar, sin pararme a pensarlo dos veces, a aquel invitado inesperado. Siguiendo mi instinto, había evitado los esqueletos, los zombis y las arañas, ya que es común encontrar este tipo de enemigos en el mundo de los videojuegos. Sin embargo, no desconfié en ningún momento de este curioso bichejo verde con expresión extraña. Y pasó lo que tenía que pasar:
¡PSSSSSSSSSHBUM!
Ese fue el primero de una larga lista. Tras varios desencuentros, aprendí rápidamente a temer a esos malditos monstruos y a permanecer siempre al acecho, temeroso de escuchar ese inquietante silbido que, a menudo, precede al game over.
Al cabo de poco tiempo, ya había sido perseguido por varios creepers hasta mi refugio, me había llevado unos sustos de muerte al encontrarme cara a cara con uno en una cueva, había montado en cólera al ver mi preciosa construcción hecha pedazos tras una serie de explosiones en cadena… Los creepers se convirtieron rápidamente en mi peor pesadilla, y yo no tardé en perfeccionar la famosa técnica «volver por donde había venido» para librarme de ellos.
¡Así es el creeper! Se encariña rápido con la gente y solo sabe mostrar su afecto explotando en las narices de aquel jugador que haya tenido la mala suerte de llamar su atención. Sin embargo, también se ha convertido en la mascota del juego, y he perdido la cuenta de todos los productos que muestran, con orgullo, el «horrible» hocico de nuestro monstruo favorito.
Y yo me pregunto:
¿EL CREEPER ES UN MONSTRUO BROMISTA O UNA CRIATURA INCOMPRENDIDA?
Ahora, descubriremos la historia de Mervyn. Me he reído mucho mientras leía y he acabado encariñándome con este pequeño monigote. Esperemos que este relato nos ayude a entenderlos mejor y a vivir en armonía con ellos. En cualquier caso, estoy seguro de que esta historia, repleta de humor y de giros imprevistos, os encantará.
En cuanto a mí, regreso a mis aventuras y os deseo a todos una agradable lectura. Y ¿quién sabe? A lo mejor yo también me acabo haciendo amigo de un cree…
¡PSS SSS SSS SHBUM!
DÍA
Querido diario:
Creo que debería empezar presentándome. Me llamo Mervyn y he decidido empezar a escribir un diario que me ayude a prepararme para la Competición Creeperiana de Combustión y Confusión.
¿Qué pasa? ¿Pensabas que los creepers no escribían diarios íntimos? Bueno, pues ya ves que sí. Porque, efectivamente, sé leer y escribir, muchas gracias. No sé por qué la gente cree que los creepers somos tontos. Si nos escucharan, sabrían que podemos hablar.
Lo que pasa es que tenemos un pelillo en la lengua y por eso parece que silbamos todo el rato, como las ssssssssserpientes, y, además, hablamos muy deprisa. Entiendo que, si no se presta atención, solo se escuchen silbidos.
En realidad, lo que decimos es
—¡Ven! ¡Seamos amigos !
Como nos frustra tanto que no nos entiendan, explotamos. Es muy triste. En fin.
Seguro que te estás preguntando de qué va esta competición. Bueno, el nombre lo dice todo. Cada año, los creepers organizan un campeonato para saber quién es capaz de sembrar más caos y destrucción. Mi padre la ganó tres veces seguidas antes de retirarse a causa de un desafortunado accidente con un ocelote, una zanahoria y un gran cubo con lava.
Créeme, no quieres saber más.
Como podrás imaginar, estoy sometido a mucha presión para estar a la altura de mi padre, que ha batido todos los récords de explosiones. Esto haría explotar de estrés a cualquier creeper.
Por este motivo, he decidido escribir un diario, para anotar en él mis progresos durante los entrenamientos. Si encuentro un método nuevo y genial que me permita causar el máximo daño posible, la victoria será mía.
Pero va a tener que ser un truco genialísimo. Wesley no deja de fardar diciendo que tiene unas ideas que son la bomba con las que conseguirá ganar.
Ja. Ja. Ideas que son la bomba…
¿Lo pillas ?
DÍA
¿Te he dicho ya que odio a Wesley?
Se lo tiene muy creído y está convencido de que va a ganar la competición, por lo que los demás no deberíamos ni molestarnos en intentarlo.
Dice que va a causar tanto destrozo que la Competición Creeperiana de Combustión y Confusión no volverá a celebrarse nunca porque nadie podrá superarlo jamás. Dice que, a su lado, mi padre parecerá un bebé creeper intentando explotar por primera vez y que acabará llorando a escondidas en el bosque. Eso ha sido la gota que colma el vaso.
NADIE HACE LLORAR A MI PADRE.