Todo el mundo reconoce lo bello como bello, y así aparece lo feo.
Todo el mundo reconoce lo bueno como bueno, y así aparece lo malo. El ser y el no ser se engendran uno a otro; lo difícil y lo fácil se complementan uno a otro; lo largo y lo corto se definen uno a otro; lo alto y lo bajo se determinan uno a otro; ruido y música se armonizan uno con otro; delante y detrás se siguen. Por eso el sabio no interfiere en el curso de las cosas, enseña sin palabras. Las cosas surgen y no se esconden; crecen y nadie las reclama; prosperan sin objetivo. La obra se cumple, pero nadie espera una recompensa; precisamente porque nadie espera una recompensa, la obra no se pierde.
III
Si se otorgan distinciones a las personas de talento, se siembra la discordia entre el pueblo.
Si se valoran los bienes difíciles de obtener, aparecerán ladrones entre el pueblo. Si se exhibe algo como deseable, la mente del pueblo quedará perturbada. Por lo tanto, así es como gobierna el sabio: vacía las mentes, pero llena los estómagos; debilita las voluntades, pero fortalece los huesos; mantiene al pueblo libre de conocimientos y de ambición, y hace que los ingeniosos no se atrevan a actuar. Si no se interfiere en el curso de las cosas, todo se mantiene en orden.
IV
El Tao se vacía, pero nunca se puede llenar. Es una profundidad abismal, es el antepasado de todo lo que hay en el mundo.
Busca la conformidad: embota los filos, deshace los nudos, atenúa las luces y devuelve todo a su lugar. Es tan profundo que no sé cuál es su origen, parece anterior a todo.
V
El cielo y la tierra no son benévolos: tratan a todas las cosas como si fuesen de usar y tirar. El sabio no es benévolo: trata a todas las personas como si fuesen de usar y tirar. La grieta entre el cielo y la tierra ¿no es como un fuelle? Puesto que está vacía conserva la capacidad de llenarse; cuanto más grande se hace el vacío, más aire sale.
VI
El espíritu de la fertilidad nunca muere, es la hembra misteriosa.
VI
El espíritu de la fertilidad nunca muere, es la hembra misteriosa.
La puerta de la hembra misteriosa es la raíz de todo. Se mantiene inalterada. No se agota nunca.
VII
El cielo y la tierra son eternos. Son eternos porque no se engendran a sí mismos; por esto perduran. El sabio se coloca en el último lugar, pero se encuentra en el primero.
Se mantiene ajeno a sí mismo, pero se preserva. ¿No es así porque olvida su propio interés? De esta manera alcanza su objetivo.
VIII
La perfección más alta es como el agua. La perfección del agua consiste en que beneficia a las cosas, no lucha contra ellas. Vive abajo, donde nadie quiere vivir; por eso se acerca al Tao . La perfección de un hogar está en un buen emplazamiento; la perfección de una mente está en su profundidad y su quietud; la perfección de un socio está en su altruismo; la perfección del habla está en su sinceridad; la perfección de un gobierno está en el orden; la perfección de una gestión está en la competencia del que la lleva a cabo; la perfección de una acción está en su oportunidad.
El que no se opone al poder no se expone.
IX
Es mejor renunciar a tiempo que llenar la copa a rebosar. Por mucho que se aguce, un filo se desgastará. ¿Quién puede guardar para siempre una cámara llena de oro y jade? El que presume de riqueza y fama atrae la ruina. Retirarse una vez que se ha alcanzado el objetivo: éste es el Tao del cielo y de la tierra.
XI
Treinta radios convergen en el centro de la rueda, pero la utilidad para el carro reside en el vacío del centro.
XI
Treinta radios convergen en el centro de la rueda, pero la utilidad para el carro reside en el vacío del centro.
El cuenco obtiene su forma de la arcilla moldeada, pero la utilidad del cuenco reside en el vacío. Se abren puertas y ventanas, y su utilidad para la casa reside en el vacío. Así, obtenemos un provecho de lo que es y sobre todo obtenemos una utilidad de lo que no es.
XII
Los cinco colores ciegan los ojos. Los cinco sonidos ensordecen los oídos. Los cinco sabores saturan el paladar.
Las carreras y la caza alborotan la mente. Los bienes difíciles de conseguir corrompen. Por eso el sabio atiende a su interior y no a sus ojos. Ciertamente, atiende a éste y rechaza lo demás.
XIII
Los favores causan tanta inquietud como la desgracia; una posición elevada hace temer por la propia vida. ¿Qué quiere decir que los favores causan tanta inquietud como la desgracia? El que obtiene favores es inferior.
Obtener favores causa tanta inquietud como el temor de perderlos. Esto es lo que quiere decir que los favores causan tanta inquietud como la desgracia. ¿Qué quiere decir que una posición elevada hace temer por la propia vida? Si temo por mi vida es porque tengo un cuerpo; si pudiese prescindir del cuerpo, ¿qué temor sentiría? Por eso, todo lo que hay en el mundo puede ser confiado a aquel que lo valora como su vida; todo lo que hay en el mundo puede ser entregado al que lo ama como su vida.
XIV
Llamamos invisible a aquello que miramos sin verlo. Llamamos inaudible a aquello que escuchamos sin oírlo. Llamamos intangible a aquello que tocamos sin notarlo.
Lo invisible, lo inaudible y lo intangible son indescifrables, por lo tanto se confunden en el uno. Su parte superior no es luminosa; su parte inferior no es oscura. Puesto que no se puede nombrar, vuelve constantemente a la nada. Es la forma que no tiene forma, la imagen de la nada; por eso lo llamamos confuso y nebuloso. Si se le encuentra de cara no se le ve el rostro; si se le sigue no se le ve la espalda.
XV
En la antigüedad los maestros eran extraordinariamente sutiles, penetrantes y difíciles de comprender; eran tan profundos que es imposible conocerlos.
XV
En la antigüedad los maestros eran extraordinariamente sutiles, penetrantes y difíciles de comprender; eran tan profundos que es imposible conocerlos.
Apenas se les puede describir: prudentes como el que cruza un río helado en invierno; cautos como el que teme un ataque por los cuatro costados; respetuosos como un huésped; inasibles como el bloque de hielo que se derrite; íntegros como un tronco sin cincelar; abiertos como un valle; oscuros como el agua turbia. Lo turbio, si reposa, llegará a ser diáfano. Lo inactivo, si se anima, llegará a ser activo. El que conserva este Tao no busca estar lleno. Sólo lo que no está lleno puede ser usado y mantenerse siempre a punto.