Xabier Pikaza Ibarrondo - El pensamiento de Rudolf K. Bultmann: Dios y la existencia

Dios y la Existencia

EL PENSAMIENTO DE RUDOLF K. BULTMANN

Xabier Pikaza

II

TEÓLOGO LIBERAL (1908-1922)

RELIGIÓN Y TRADICIÓN SINÓPTICA

Rudolf Karl Bultmann (1884-1976) es quizá el teólogo protestante (cristiano) más significativo del siglo XX, no sólo por la densidad de su pensamiento, sino porque ha vinculado los diversos planos y momentos del pensamiento religioso, en sentido científico (exégesis), filosófico (hermenéutica existencial) y teológico (interpretación). Su vida y obra, que puede entenderse como una parábola del cristianismo europeo (occidental) del siglo XX, se divide en tres momentos principales:

‒ Período liberal (1908-1922). Empezó manteniendo posturas neokantianas, cercanas a las W. Herrmann, pero recibió el impacto de la Gran Guerra (1914-1918) y abandonó su visión idealista (moralista y “progresista”) de la vida. En ese tiempo desarrolló una fuerte teoría de la religión y escribió su obra cumbre sobre la “Historia de la Tradición Sinóptica”.

‒ Dos crisis: Teología Dialéctica y Desmitologización. De 1922 a 1928 se unió al movimiento de la Teología Dialéctica, rechazando y superando así el moralismo del período anterior, para destacar la trascendencia de Dios por encima de todo pensamiento y de todo ideal humano. En un contexto semejante se puede situar su programa posterior de desmitologización del Nuevo Testamento (1941), que él formuló en medio de la Segunda Guerra mundial, en contra de los nuevos mitos políticos y sociales.

‒ Una teología básica del Nuevo Testamento. A partir de 1928 desarrolló una intensa labor teológica, que se expresa en su “Comentario al Evangelio de Juan” (1941) y, sobre todo, en su “Teología del Nuevo Testamento” (1953). Partiendo de esa última obra podremos presentar los valores y las limitaciones de su proyecto teológico, desde nuestra nueva situación cultural y religiosa (2013).

En este capítulo estudiaré su obra de juventud, es decir, su período “liberal” (1908-1922), dividiendo el tema en cuatro secciones desiguales. (1) Vida y formación teológica . Será breve y servirá de introducción encuadre para lo que sigue. (2) Teoría de la religión . Bultmann estuvo muy interesado por la identidad y tarea de la religiòn, tanto en un plano cultural como filosófico, y su aportación sigue siendo muy significativa. (3) Orígenes del cristianismo. Como historiador, Bultmann así quiso fijar el sentido y despliegue del movimiento de Jesús, desde una perspectiva palestina y helenista. (4) “Historia de la tradición sinóptica” . Fue la primera y, para muchos, la más significativa de sus obras, de manera que algunos la consideraban (exegéticamente) la más importante del siglo XX.

1. Vida, formación teológica

1. Esbozo biográfico

Nació el 20 del 8 de 1884, en Wiefelstede (Oldenburg, Baja Sajonia, Alemania). Por línea paterna y materna, era descendiente de ministros protestantes. Pasó su niñez en una aldea, llamada Rastede, donde su padre fue Pastor de la Iglesia Luterana, y estudio en su escuela ( Volksschule ) de 1892 a 1895. Más tarde vivió a la pequeña ciudad de Oldenburg, donde trasladaron a su padre, y allí cursó el bachillerato en el Gymnasium o Instituto Humanista (1895-1903).

De esos tiempos ha recordado siempre las clases de religión y literatura (griega y alemana), y también el teatro, junto con la música a la que fue siempre muy aficionado. Empezó a estudiar teología en Tubinga (1903-1904), donde le influyó K. Müller, historiador de la iglesia. Cursó luego dos semestres en Berlín (1905), siendo discípulo de H. Gunkel y A. von Harnack. Vino finalmente a Marburgo (1906-1912) y allí estudió con los grandes neokantianos, licenciándose en Teología, en 1910, con un trabajo realizado bajo la dirección de J. Weiss y luego de W. Heitmüller, sobre la predicación de san Pablo y la diatriba de los cínicos griegos .

Por entonces se inició como Lehrer o docente de religión en el Gymnasium (Instituto de Segunda Enseñanza) de Oldenburg (1906-1907). Luego fue Repetent (repetidor, maestro auxiliar) de teología en el Seminarium Philippinum de Marburgo (1907-1912), alternando así la docencia y la especialización bíblica. Culminó su carrera en 1912, escribiendo bajo la dirección de A. Jülicher (1857-1938), experto en las parábolas de Jesús, su tesis de habilitación sobre La Exégesis de Teodoro de Mopsuestia . Ese mismo año fue nombrado Dozent (profesor auxiliar) de Nuevo Testamento, en la Universidad de Marburgo, donde permaneció por cinco años (1912-1916) .

Si prescindimos de sus meses de enseñanza en Oldenburg (entre 1906 y 1907), Bultmann pasó sus años de especialización teológica en Marburg (1906-1916), como estudiante, repetitor (ayudante para tareas prácticas) y profesor auxiliar, dedicado no sólo a la Biblia, sino a la filosofía y filología griega. Fueron tiempos fecundos, de aprendizaje y amistad con algunos de los mayores exegetas (J. Weiss, W. Heitmüller, A. Jülicher), teólogos (W. Herrmann), filósofos (H. Cohen, P. Natorp, N. Hartmann), filólogos (C. Jensen, F. Pfister) e historiadores del arte (R. Günther). De algunos hemos hablando ya, de otros tendremos que hablar en lo que sigue.

De un modo especial le influyeron W. Heitmüller, especialista en historia de las religiones, y M. Rade, redactor de Die Christliche Welt, órgano oficioso de la teología liberal, donde Bultmann publicó sus primeros trabajos de pensamiento y filosofía de la religión. Fueron años de apertura cultural y de múltiples encuentros, años de interés comprometido por un nuevo cristianismo. Allí empezó un camino denso de enseñanza universitaria (hasta la jubilación, 1951) y de relaciones fecundas con amigos y discípulos .

En 1916, en medio de la Gran Guerra, fue llamado como profesor extraordinario a Breslau, Silesia (hoy Polonia), y allí permaneció por cuatro años, hasta 1920. Fueron tiempos de conflictos, de fuertes miserias y grandes necesidades. Su hermano mayor cayó en la guerra (en el frente de Francia) y él mismo debió trabajar con mucha intensidad para subsistir. El año 1917 se casó con Helene Feldmann (1892-1973), tuvo dos hijas (y una tercera, que nacería en Marburgo), y pudo elaborar básicamente la Historia de la tradición sinóptica , que aparecerá el año 1921.

En otoño de 1920 le invitaron como profesor ordinario (catedrático) a Giessen, donde sucedió a W. Bousset y trabajó con satisfacción, pero en otoño de 1921, fue llamado a Marburgo, como sucesor de Heitmüller. Este era su hogar académico, su ciudad cultural; por eso vino y se quedó definitivamente, a pesar de otras invitaciones (en 1930 le llamaron a Leipzig), hasta su jubilación (1951) y muerte (1976) .

Los diez primeros y fecundos años de su docencia de Marburgo (1921-1931) son fundamentales para su desarrollo teológico, entre la primera y segunda edición de su Historia de la Tradición Sinóptica. Fueron los tiempos de su encuentro con la teología dialéctica y el existencialismo, como luego veremos. Después llegaron los años duros del nazismo y de la segunda guerra mundial (de 1933 a 1945). Sin oponerse frontalmente al régimen de Hitler (como hará K. Barth), Bultmann se distanció de él y formó parte de la Bekennende Kirche (Iglesia Confesante y libre), siendo marginado por ello .

En el momento inicial de su carrera, Bultmann no fue un escritor prolífico, al menos en el campo bíblico. Entre 1912 (habilitación) y 1921 (primera edición de la Historia de la Tradición Sinóptica ), aparte de algún trabajo ocasional sobre exégesis .

2. Formación filosófico-teológica

Como buen neokantiano, Bultmann ha sido heredero del protestantismo liberal de finales del siglo XIX, que interpretaba la Biblia (y todo el cristianismo) como expresión del proceso y progreso moral del ser humano, entendido como sede fecunda de la divinidad. En ese contexto, el estudio de la Biblia formaba parte de la “realización” o construcción ( Bildung ) cultural del hombre ilustrado. Los protestantes liberales no aceptaban lo sobrenatural: No creían en la irrupción especial de Dios, ni en los milagros exteriores (materiales), ni en la objetividad de la historia salvadora. La Biblia era para ellos un testimonio del avance espiritual del ser humano, que ha venido a culminar de algún modo en Jesucristo.