• Quejarse

Ronald A. Knox - El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra)

Aquí puedes leer online Ronald A. Knox - El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra) texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 1979, Género: Religión. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Ronald A. Knox El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra)
  • Libro:
    El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra)
  • Autor:
  • Genre:
  • Año:
    1979
  • Índice:
    5 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 100
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra): resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra)" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Ronald A. Knox: otros libros del autor


¿Quién escribió El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra)? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra) — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra) " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

PRESENTACIÓN A LA EDICIÓN CASTELLANA Durante la Segunda Guerra Mundial las - photo 1

PRESENTACIÓN A LA EDICIÓN CASTELLANA

Durante la Segunda Guerra Mundial, las alumnas del Assumption Convent fueron evacuadas a Aldenham Park, Bridgnorth. Ronald Arbuthnott Knox, que era capellán del Colegio, atendió la formación espiritual de las alumnas a lo largo de todo el tiempo en que estuvieron allí retiradas; por medio de unas series de conferencias, les explicó la Santa Misa y el Credo, además de otras muchas charlas doctrinales comentando textos muy diversos del Antiguo y del Nuevo Testamentos. Mientras tanto, Knox iba preparando la traducción de la Sagrada Biblia que, con toda justicia, le ha hecho famoso: en 1945 publicó el Nuevo Testamento y en 1949 salió a la luz el Antiguo Testamento; esta versión de la Biblia es la que, desde su aparición, más se emplea en el mundo de habla inglesa.

Ronald Knox nació en 1888; su padre era el Rev. Edmund A. Knox, de la Iglesia anglicana, y más tarde obispo de Manchester. Así pues, Ronald Knox se educó en un clima religioso anglicano y de un alto nivel intelectual; fue alumno de Eton College, que le otorgó la primera beca que el citado colegio creaba; igualmente disfrutó de la primera beca del Balliol College, de Oxford, cuando pasó a estudiar Humanidades y cuya Licenciatura obtuvo en 1910. Muy pronto fue profesor del Trinity College y, después, capellán del mismo.

Precisamente durante el período en el que fue capellán en Oxford, se produce la conversión de Knox al catolicismo, después de renunciar a su cargo de capellán, en 1917. Pero después de recibir las Sagradas órdenes en la Iglesia católica, vuelve a Oxford en 1926 como capellán católico de la Universidad, en donde permanecería desarrollando un abundante trabajo hasta 1939.

Este libro recoge las conferencias –las charlas doctrinales– que dirigió a las alumnas del Assumption Convent refugiadas en el Shropshire. Hemos procurado conservar, en lo posible, el estilo coloquial propio de estas pláticas, adaptándolas al castellano. En ellas, el conferenciante explica detalladamente –«a cámara lenta»– cada una de las proposiciones del Credo de los Apóstoles, poniendo al servicio de un público joven sus grandes dotes en el arte de explicar. Ya desde el primer capítulo, al comentar la palabra Creo –Credo–, se advierte la lucidez con que el autor desarrolla su exposición, señalando que la palabra «creo» se ha de decir en singular, cuando recitamos esa oración, ya que es cada uno, cada individuo, cada cristiano, quien se compromete personalmente, y compromete su vida, en la fe que enseña nuestra Santa Madre la Iglesia. Es sabido que en el texto castellano del Credo de la Santa Misa, que tiene su origen en el Concilio de Nicea (a. 325), se comienza diciendo «creemos», pues así lo redactaron los Padres Sinodales, queriendo expresar que ésa es la fe de toda la Iglesia, sin que con ello quede debilitada la firmeza de la fe que ha de profesar cada individuo.

Van transcurriendo los capítulos de este amenísimo libro, con el acostumbrado estilo del autor, claro, sencillo y al mismo tiempo elegante, impregnado de una punta de humor simpático; y se realiza el milagro de que estos comentarios al Credo retengan la atención también de personas pertenecientes a un nivel intelectual y de formación superior al de las chicas del Colegio que fueron sus primeras destinatarias.

Manuel Morera


Ronald A. Knox

El Credo a cámara lenta

Título original:

The creed in slow motion


I. CREO EN DIOS (1)

Cuanto más tiempo llevo con vosotras y a medida que se prolonga vuestra estancia aquí, me resulta más difícil predicaros. En Oxford, donde realmente los cursos universitarios duran tres años, me era más fácil: al cabo de los tres años recomenzaba los mismos sermones. Aquí, el caso es distinto. Pero, si nos ponemos a pensar –la cosa es bastante seria–, llevamos tres años juntos; cuando miro en derredor veo las mismas caras conocidas, con más edad, pero siguen siendo las mismas. Por una parte, estoy seguro de que os acordáis bien poco de lo que os digo en las homilías, pero también estoy seguro de que os daríais cuenta si empezara a repetirlas; ninguna de vosotras tendría ni idea de lo que os iba a decir, pero brotaría un gemido colectivo: «Eso ya lo hemos oído». Como es difícil ir, de domingo en domingo, pensando en nuevos temas para predicar, voy a comenzar este año, iniciando un curso que nos durará mucho más que unos cuantos domingos. Voy a haceros una exposición, punto por punto, del Credo de los Apóstoles; se trata del Credo que aprendemos en el Catecismo, no el que solemos decir en la Santa Misa, que es más difícil y largo. Me temo que esto quiere decir algo que se parece más a una instrucción que a una homilía propiamente dicha. Seguramente os quejaréis de que es demasiado parecido a unas clases, y que ya tenéis suficientes durante la semana. Pero intentaré hacer estas charlas interesantes para que no os dé esa sensación.

Bueno, vamos a empezar con: «Yo creo en Dios»; este tema nos va a durar toda la homilía, aunque lo abreviemos al máximo. Antes que nada, reparemos en qué es Yo. Al pensarlo bien, ¿no os parece curioso? ¿No es recitar el Credo un acto tremendamente comunitario, que nos une en una común profesión de fe y, por lo tanto, deberíamos empezar: «Nosotros creemos»? Pues no toma esa forma. Vete a Lourdes y verás desde lo alto de la montaña miles y miles de velas en continuo centelleo, inmersas en la procesión de antorchas. Hay tantas, que es difícil verlas individualmente, existe una enorme extensión de luz. La gente que porta las velas, canta Credo; Credo y no Credimus. Lo mismo acontece en la Santa Misa. Si nos fijamos en el Gloria, cantamos Laudamus Te, Benedicimus Te, Adoramus Te, Glorificamus Te, y así, nos perdemos en una muchedumbre. Pero al cantar el Credo no queremos perdernos en esa muchedumbre. Cada punto es una expresión de mi opinión, por la cual soy personalmente responsable. Lo mismo sucede con el Confiteor, siempre decimos Confiteor (Yo me confieso), y aun al rezarlo en voz alta con otros. ¿Por qué? Porque mis pecados son míos y tus pecados son tuyos, cada uno de nosotros es individualmente responsable. Así sucede con el Credo, cada uno de nosotros, en solitario, aisladamente, se hace responsable de esa tremenda afirmación: «Yo creo en Dios».

A lo mejor pensáis que presto demasiada importancia y tiempo a este punto, que parece trivial. Creedme, no lo es. El motivo fundamental de esta serie de charlas basadas en el Credo es el de haceros decir el Credo pensando en lo que decís, y no repitiendo lo que dice la chica de al lado o simplemente recitando una retahíla de palabras, que están bien, por supuesto, si no la Iglesia no os haría decirlas. Tú has de rezar el Credo como una expresión de tu propio punto de vista y rendirle el pleno homenaje de tu inteligencia, has de prepararte para explicar el Credo a otros y, si es menester, discutirlo con otras personas. «Yo, Pepita Pérez, creo en Dios». «Creo» –a menudo, nos han dicho que debemos enorgullecernos de nuestra fe–. Pero existe en nosotros como una tendencia contraria y una tentación de avergonzarnos de nuestra fe, cuando nos encontramos viviendo entre gentes que no están de acuerdo con nuestras ideas; sencillamente, no nos gusta la idea de que sabemos mucho más que ellos. Una persona que está dispuesta a creer todo lo que digan, por ejemplo, en el Día de los Inocentes, no atrae nuestra admiración. No digo yo que la llamemos «tontaina», porque no se le debe ofender, pero sí que pensemos de ella que es «tontaina». El ser crédulo –y con esto quiero decir ser «tontaina»– es una debilidad del carácter humano, y en el fondo de nuestras mentes siempre yace la idea de que, cuanto menos creas, más listo e ilustrado has de ser.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra)»

Mira libros similares a El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra). Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra)»

Discusión, reseñas del libro El Credo a cámara lenta (Cuadernos Palabra) y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.