• Quejarse

Zadie Smith - Contemplaciones

Aquí puedes leer online Zadie Smith - Contemplaciones texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2020, Editor: Penguin Random House Grupo Editorial España, Género: Religión. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Zadie Smith Contemplaciones
  • Libro:
    Contemplaciones
  • Autor:
  • Editor:
    Penguin Random House Grupo Editorial España
  • Genre:
  • Año:
    2020
  • Índice:
    3 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 60
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

Contemplaciones: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Contemplaciones" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Una breve y oportuna colección de ensayos profundamente personales y conmovedores sobre la experiencia del confinamiento escritos por una de las plumas más lúcidas de nuestro tiempo.

«Se escribirán muchos libros sobre el 2020: análisis históricos y políticos, informes exhaustivos. Éste no entra en ninguna de esas categorías [...]. Mi intención ha sido organizar, en los retazos de tiempo que estos peculiares meses nos han concedido, algunos sentimientos y reflexiones que los sucesos han provocado en mí hasta ahora.»

Escritas durante los primeros meses de confinamiento, estas Contemplaciones de Zadie Smith son un agudo ejercicio de observación de realidades, sensaciones, ideas y preguntas que han aflorado en una situación sin precedentes. ¿Qué supone someterse a una nueva realidad? ¿Y resistirse? ¿Cómo valorar el sufrimiento, siempre relativo? ¿Qué lugar ocupan los otros cuando estamos solos u obligados a convivir? ¿Qué han significado el desprecio y la compasión en medio de esta crisis? En definitiva, cuando irrumpe un mundo desconocido, ¿qué se nos revela sobre el anterior?

Breve pero inmensamente sugestivo y de gran alcance, Contemplaciones es un libro singular en el que la intimidad y la ternura conviven con la ironía, la lucidez e incluso la indignación. Zadie Smith abre así un generoso espacio para el pensamiento, lo suficientemente amplio para que cada lector reflexione sobre lo que ha sucedido y lo que desearía que ocurra en adelante.

La crítica ha dicho...
«Cuando Smith reflexiona, en estas Contemplaciones, sobre la pandemia de la COVID-19 y la vincula a cuestiones de privilegio e inequidad, captura el desasosiego del momento actual. Su voz urgente lo aborda todo, desde lo que se ha vuelto importante durante el confinamiento hasta la respuesta global al asesinato de George Floyd, y plantea preguntas coyunturales y atemporales sobre cómo respondemos a las crisis y al sufrimiento.»
Time

«Incisivo y perspicaz.»
PublishersWeekly

«En poco menos de 100 páginas, Smith captura íntimamente la profundidad de nuestro momento histórico actual. Ensayos silenciosamente potentes y hábilmente elaborados que dan testimonio del contagio del sufrimiento».
Kirkus

Zadie Smith: otros libros del autor


¿Quién escribió Contemplaciones? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Contemplaciones — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Contemplaciones " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer
Índice Para Jackie y Jay Cómo se pone de manifiesto el hecho de que no - photo 1

Índice Para Jackie y Jay Cómo se pone de manifiesto el hecho de que no - photo 2

Índice

Para Jackie y Jay

¡Cómo se pone de manifiesto el hecho de que no existe otra situación tan adecuada para filosofar como aquella en la que ahora te hallas!

M ARCO A URELIO

Mi vocabulario es adecuado para escribir notas y llevar diarios, pero absolutamente inútil para una vida moral activa.

G RACE P ALEY

Prólogo

Se escribirán muchos libros sobre el 2020: análisis históricos y políticos, informes exhaustivos. Éste no entra en ninguna de esas categorías, y además aún no estamos ni a mediados de año. Mi intención ha sido organizar, en los retazos de tiempo que estos peculiares meses nos han concedido, algunos sentimientos y reflexiones que los sucesos han provocado en mí hasta ahora. Son, por encima de todo, ensayos personales; modestos por definición, breves por necesidad.

A principios de la crisis volví a leer las Meditaciones de Marco Aurelio, pero, por primera vez en mi vida, no como un ejercicio académico, ni por placer, sino con la misma actitud con que leo las instrucciones para ensamblar una mesa: necesitaba asideros prácticos. (Que los asideros que Marco Aurelio ofrece sean espirituales no los hace menos prácticos, en mi opinión.) Desde entonces, otra clase de crisis ha venido a sumarse a la primera y, aunque no soy más estoica ahora que antes de abrir ese antiquísimo libro, me dio dos indicaciones que no tienen precio: hablar contigo mismo a veces ayuda y escribir significa que alguien puede oírte.

Londres,

31 de mayo de 2020

Peonías

Justo antes de marcharme de Nueva York me encontré de pronto en una posición inesperada: agarrada a las rejas del Jefferson Market Garden mirando a través de los barrotes. Un momento antes iba a la carrera, como de costumbre, intentando sacar provecho de dos minutos que había rascado de los tramos de cuarenta y cinco en que, entonces, fraccionaba mis días (compactando y nivelando cada bloque de tiempo con la precisión con que un niño construye un castillo de arena). Dos minutos «libres» equivalían a un macchiato (en un mundo ideal, sin necesidad de pagar en efectivo, si nadie me daba conversación). En aquella época, la hoja de mi pala siempre estaba afilada para ahuyentar a camareros parlanchines, madres excesivamente simpáticas, estudiantes en apuros, lectores curiosos: cualquiera que me pareciese una amenaza contra mi programa. Ah, ¡qué bien protegida iba! Pero, a traición, me atacó... la horticultura: los tulipanes que florecían en el triángulo de tierra de un pequeño jardín metropolitano. No es que los tulipanes sean flores muy sofisticadas; un crío podría dibujarlos; y además eran de un rosa chillón con vetas naranjas. Desde el mismo instante en que me detuve a mirarlos deseé que fueran peonías.

Nacida y criada en la ciudad, no era consciente de sentir un entusiasmo especial por las flores, o al menos no un interés tan profundo como para renunciar al café. Aun así, seguí aferrada a los barrotes de aquella verja; no iba a soltarme. Y no estaba sola: a ambos lados del Jefferson había otras dos mujeres, ambas más o menos de mi edad, atisbando a través de la reja. Era un día frío, radiante, azul; ni una nube entre el World Trade Center y el número de siete dígitos pintado en el viejo anuncio de la farmacia Bigelow. Las tres teníamos obligaciones que atender; no obstante, algún instinto poderoso nos había atraído hasta allí, y el afán depredador con el que escrutábamos aquellos tulipanes me hizo recordar cómo describía Nabokov la presunta génesis de Lolita: «El primer débil latido [...] si no recuerdo mal fue provocado, en cierta medida, por un relato periodístico acerca de un chimpancé del Jardin des Plantes que, después de meses de pacientes esfuerzos por parte de un científico, hizo el primer dibujo realizado nunca por un animal: mostraba los barrotes de la jaula de la pobre criatura.» Siempre me ha interesado esa cita, aun sin creer una sola palabra de lo que dice. (Algo inspiraría Lolita, sin embargo, estoy convencida de que no hubo primates implicados.) El científico ofrece el trozo de carboncillo esperando o deseando una revelación trascendente sobre ese chimpancé, pero la revelación resulta ser fruto de la mera contingencia, de una serie de circunstancias determinadas, de la situación como tal. El chimpancé está enjaulado por su naturaleza, por sus instintos y por sus circunstancias (el orden de los factores habrán de debatirlo los zoólogos); es lo que hay. Por mi parte, no necesitaba que un freudiano me explicara que aquellas tres mujeres de mediana edad, al filo de la perimenopausia, se habían sentido atraídas por un símbolo que pregonaba la fertilidad y el renacimiento en medio de una yerma metrópolis de cemento... Y, en efecto, cuando advertimos la presencia de las demás, las tres sonreímos avergonzadas. En mi caso, sin embargo, fue una vergüenza bien distinta a la que habría sentido en otro tiempo, cuando era muy joven y leí Lolita por primera vez. En aquella época, para mí, la jaula de mi circunstancia era el género. No en su manifestación concreta: me gustaba mi cuerpo. Pero no lo que creía que significaba: que estaba atada a mi «naturaleza», a mi cuerpo animal —al reino simiesco del instinto—, y todo esto de un modo mucho más fundamental que, digamos, mis hermanos. Yo tenía «ciclos», ellos no; yo debía prestar atención a distintos «relojes», ellos no necesariamente. Había palabras especialmente dirigidas a mí acechando en el horizonte, empaquetadas de antemano para señalar las posibles etapas de mi existencia: podría convertirme en una solterona, podría convertirme en una arpía, podría ser un «bombón», una madura deseable o una mujer «sin hijos», mientras que mis hermanos, sin importar qué más les ocurriera, continuarían siendo simplemente hombres. Y al final, con suerte, llegaría a ser la criatura más patética de todas, una anciana a quien ya adivinaba como alguien a quien cualquiera, hasta los niños, se permitiría dar lecciones. Solía escuchar la canción You Make Me Feel (Like A Natural Woman) [Me haces sentir (una mujer natural)] e intentaba imaginar su contrapartida. Podías hacer que alguien se sintiera un hombre «de verdad» (sin duda, otro tipo de jaula), pero nunca un hombre natural: un hombre era un hombre era un hombre. Doblegaba la naturaleza a su voluntad; no se sometía a ella, salvo en la muerte. La sumisión a la naturaleza iba a ser mi reino, y era un reino al que yo no quería pertenecer: sería una mujer, pero no natural. Me negué a llevar ningún tipo de control de mi ciclo menstrual, por ejemplo, prefiriendo ponerme a llorar el lunes y descubrir la (supuesta) razón de mi llanto el martes. Sí, mucho mejor eso que prepararse a conciencia para un lunes triste o creer que era inevitable sin más. Mis estados de ánimo eran míos: no reflejaban la naturaleza. Me negué a tolerar la idea de que nada en mí siguiera un movimiento cíclico, mensual. Y si algún día decidía ser madre, lo sería cuando llegara «mi momento», por más que sonaran las alarmas en los temidos relojes de las revistas femeninas. De los «polluelos» no quería ni oír hablar: no era una gallina clueca. Y, a partir de los veinte, si algún freudiano atrevido hubiera osado insinuar que mi apartamento, lleno de cojines peludos, alfombras peludas, almohadas peludas, mantas peludas y pufs peludos, delataba un deseo sublimado de compañía en el sentido animal, o que inconscientemente acolchaba el nido con esperanzas de albergar nueva vida, desde luego le habría enseñado a ese impertinente dónde estaba la puerta. Yo era una mujer, pero no

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Contemplaciones»

Mira libros similares a Contemplaciones. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Contemplaciones»

Discusión, reseñas del libro Contemplaciones y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.