Bernardo Ruiz Figueroa - Desde el tercer armario: El proceso de reconstrucción personal de los hombres gais separados de un matrimonio heterosexual

A ti, querida Marta, para que me entiendas.

Te quiero.

Si el hombre pudiera decir lo que ama,

si el hombre pudiera levantar su amor por

el cielo como una nube en la luz; si como

muros que se derrumban, para saludar la

verdad erguida en medio, pudiera

derrumbar su cuerpo, dejando sólo la

verdad de su amor, la verdad de sí mismo,

que no se llama gloria, fortuna o ambición,

sino amor o deseo, yo sería aquel que

imaginaba.

Luis Cernuda

PREÁMBULO

Hay que sacar hierba al desierto

y punta al lápiz. Punto.

Gloria Fuertes

Enero de 1979. En España se eliminan de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social los artículos referentes a los actos de homosexualidad. En 1983 se emitió el primer debate sobre homosexualidad en televisión en el programa La Clave. Participaron un joven Jordi Petit, como representante del Front d’Alliberament Gai, un catedrático de Endocrinología y otro de Psiquiatría: la homosexualidad en los años 80 se defendía de su medicalización. En el año 2005, el día tres de julio, se legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo. España pasa de ser uno de los países más represivos a ser considerado uno de los países que ofrece más calidad de vida, derechos y aceptación a los hombres y mujeres LGTB. La generación que nació en los años sesenta creció con estos cambios y con estas contradicciones. De niños interiorizan la prohibición y la represión de la sexualidad tardofranquista; de jóvenes, la apertura y la tolerancia; y de adultos contemplan la normalización y la igualdad. Estas transformaciones sociales modifican también a los ciudadanos de tal forma que los hombres y mujeres del siglo xxi han adquirido las herramientas sociales y personales para cambiar su propia vida: es la primera generación de hombres y mujeres españolas que vivirá de forma cuantitativamente relevante el desarrollo de «cambiarse de acera», el proceso de pasar de una identidad pública y personal heterosexual, validada en un matrimonio convencional, a adoptar una nueva identidad, también pública y personal, como hombre o mujer bisexual u homosexual.

Estos hombres y mujeres han tenido que vivir en su mayoría este proceso en silencio y en soledad. En silencio porque es un cambio personal que parte de lo profundo de sus armarios y el armario lo levantan los silencios que nos impiden mostrarnos a nosotros mismos y a los demás nuestra personalidad. En soledad porque es un proceso tan íntimo y estigmatizado que apenas se puede compartir con el común de nuestros entornos heterosexuales. Tanto para homosexuales como para heterosexuales, la homosexualidad dentro del matrimonio es un tema tabú. La salida del armario de estos hombres y mujeres pone en evidencia que la opción mayoritaria, la heterosexualidad, es una imposición de los modelos uniformadores de genero vigentes y que la sacrosanta institución matrimonial acoge muchos más armarios de los que nos imaginamos. También entre los ambientes homosexuales se habla peyorativamente de estos hombres y mujeres, sobre todo entre los hombres, se los llama «los casados», con un tono despectivo cuando no con insultos explícitos (cobardes, hipócritas y maricones en el armario) con una absoluta falta de empatía.

La literatura especializada acerca de estos hombres y mujeres también es escasa. Sobre este perfil de hombres y mujeres no hay estudios específicos en castellano. Cualquier hombre o mujer homosexual, al salir del armario y del matrimonio, que busque publicaciones que le muestren referentes, posibles respuestas y explicaciones a sus preguntas interiores, se topará también con el silencio. Apenas un par de monografías en inglés y en alemán alumbrarán su camino. Es verdad que los estudios LGTB han florecido estos tiempos. Abundan estudios sobre salidas del armario, diversidad familiar, adopciones, educación contra la homofobia, relatos para la diversidad, sexo en la tercera edad, pero ninguno que hable de estos hombres y mujeres.

Tampoco encontrarán la voz de otros que los acompañen en un grupo de iguales. No existen hasta la fecha grupos de autoayuda que puedan acogerlos en España.

En solitario y en silencio tienen que salir de la maraña tejida por el pasado. Esta los ata no solo a unas circunstancias, a un matrimonio, sino a algo más esencial, a una identidad que no les vale. No hablamos de pasar de casado a soltero, sino de heterosexual a homosexual. Y esta maraña es aún más espesa para los varones, para quienes la heterosexualidad es un rasgo definitorio, si no definitivo, de la masculinidad. Por eso para estos el cambio de acera va unido todavía más a una reformulación de su identidad personal.

Estos hombres, al iniciar el proceso, se sienten perdidos como en un laberinto de espejos donde la imagen única que reflejan les impide avanzar. Los paneles de este laberinto son los de los distintos armarios en los que han ido introduciéndose en cada distinta fase de sus vidas. Salir de este laberinto de espejos, salir de los armarios en los que se han ido introduciendo a lo largo de su vida, solo es posible cuando dejan de ver una imagen única y aceptan poder ver de sí mismos otra imagen personal diferente.

En tal silencio y soledad, este proceso se convierte en una auténtica travesía por el desierto. En ella aparecerán no solo las alimañas y los piratas, sino también nuestros demonios internos que amedrentarán a nuestro niño interior para que retroceda o se quede agazapado, bloqueado. Unos avanzarán rápidos hasta finalizar el periplo, otros volverán al punto de partida y renunciarán a encontrar la Tierra Prometida, y muchos se perderán con su silueta desdibujada entre las dunas y los horizontes que confundidos avizoran.

El que suscribe anduvo esa travesía. Aún la está andando y este libro ha sido parte de mi itinerario personal. Cuando ya había salido de las lindes arenosas del desierto, encontré a mi lado a otros supervivientes del periplo y miré hacia atrás para ver a aquellos que aún seguían ahí. Entonces pergeñé elaborar un mapa que ayudara a estas personas que se habían quedado dentro del desierto a salir de él.

El camino de salida de cualquier laberinto es diferente para cada uno. Dependerá del punto de partida, de los intereses y de las dificultades propias para andarlo. Por eso, no a todos les vale el mismo trayecto. Pero, aunque cada uno debe elaborar su propio plano, sí que todos pasamos por encrucijadas, preguntas y problemas similares.

Para ello busqué a quienes quisieran compartir su experiencia con los hombres que van a vivir lo que ellos ya habían vivido. Del mismo modo que no hay caminos únicos, tampoco hay destinos únicos, por eso hemos entrevistado a hombres que se encuentran en diferentes momentos y con diferentes objetivos. Todos han vivido el proceso de pasar de una vida y una identidad heterosexual a tener que aprender a ser y vivir como hombres homosexuales con cuarenta años o más. Hoy unos se reconocen como homosexuales y otros como bisexuales. Unos han salido del armario, otros viven con ciertas estrecheces dentro de él. Pero todos quieren ser ellos mismos.

Encontré a doce hombres. Pertenecen todos al mismo grupo generacional: cumplieron entre 20 y 30 años en la década de los ochenta, se casaron con una mujer cuando tenían esa edad, sus matrimonios duraron ente 4 y 30 años y todos menos uno se convirtieron en padres. Proceden de distintas localidades urbanas y rurales españolas. Sobre todo andaluzas. Y todos se prestaron con agrado a la tarea de ayudar a otros como ellos. Cuando se vieron en el camino, tuvieron la necesidad de encontrar a alguien que les contara su experiencia y no lo encontraron. Ahora quieren ellos callar ese silencio con sus experiencias.

Este no es un libro científico. Es un libro militante: parte de la necesidad de reconocerse como individuo y como grupo para cambiar las situaciones injustas y es injusto que hombres y mujeres tengan que vivir una vida que no es suya. Es militante también porque aspira a que nuestra transformación personal trascienda y lleve también a la trasformación social. Este libro no es tan solo un libro para hombres homosexuales, sino para todos los hombres que hemos sentido que nuestra identidad de género y nuestra sexualidad fueron constreñidas en un molde único.