Aloia Álvarez Feáns
Periodista e investigadora del Grupo de Estudios Africanos (GEA) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Ha sido responsable de la revista Pueblos durante varios años y actualmente colabora como articulista en diversos medios de comunicación.
Diseño de colección: Estudio Pérez-Enciso
Diseño de cubierta: Estudio Pérez-Enciso
© Aloia Álvarez Feáns, 2010
© Casa África, 2010
© Los Libros de la Catarata, 2010
Fuencarral, 70
28004 Madrid
Tel. 91 532 05 04
Fax 91 532 43 34
www.catarata.org
ISBN digital: 978-84-8319-740-0
ISBN libro en papel: 978-84-8319-504-8
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Para mis compañer@s de viaje.
Mi visión de Nigeria es la de una sociedad competente, bien ordenada, en la que la gente se preocupe la una de la otra y donde las leyes protejan al débil y potencien las habilidades de todos los ciudadanos. simple.
Ken Saro Wiwa
Prólogo
Casa África consolida la cita anual de los Premios de Ensayo Casa África presentando el ensayo ganador en la convocatoria de 2009.
La segunda edición de los Premios de Ensayo Casa África confirma la utilidad social de esta iniciativa, establecida con entusiasmo por la institución, atendiendo a una doble vertiente: divulgativa y pedagógica. Divulgativa porque contribuye a dar visibilidad a los estudios y análisis de expertos europeos y africanos. Y pedagógica porque acerca a la sociedad española los temas que actualmente suscitan el interés de los investigadores de las realidades africanas. Estos estudios no sólo ofrecen una visión más profunda de la actualidad del continente africano, sino que, además, contribuyen a crear un sólido marco teórico en el que los diferentes actores (gobiernos, sociedad civil, ONG) puedan hacerse con herramientas para la elaboración de nuevas estrategias de actuación social y política.
Un ejemplo de esta voluntad es el ensayo ganador en la convocatoria de 2009 relativo a los procesos de consolidación democrática en África Subsahariana que se centra en el Estado nigeriano. Se trata de un análisis histórico de los impactos derivados de la gestión de los recursos petroleros en Nigeria, el principal productor y exportador africano de crudo, y las respuestas sociales articuladas para hacerles frente. La región del Delta del Níger es un caso paradigmático, tanto de los impactos derivados de la existencia de recursos naturales estratégicos en África Subsahariana, como de las respuestas articuladas por su sociedad civil que se resiste a la pesadilla de confrontaciones en la que los intereses por el control de los hidrocarburos intentan impedir la consolidación de un Estado democrático, social, basado en el consenso de convivencia de sus pobladores.
El caso de Nigeria es único: las dinámicas transnacionales de la industria de los hidrocarburos y el llamado “complejo petrolero” han marcado la configuración política del país desde la independencia del Imperio británico en el año 1960. El devenir de su historia postcolonial ha generado la edificación de un petroestado que conforma un paisaje lleno de paradojas, alejado de la prosperidad que se soñaba inicialmente.
RICARDO MARTÍNEZ VÁZQUEZ
Director general de Casa África
Introducción. La Nueva frontera petrolera, en combustión
África aparece, en la década de 2000 y de manera a priori paradójica, como un polo de relativa estabilidad en un paisaje petrolero en el que se multiplican las incertidumbres.
Philippe Copinschi y Pierre Noël
Hace algunos años que el petróleo africano fluye por documentos de entes públicos y privados de variado signo por todo el mundo. Empresas transnacionales, gobiernos de los principales países consumidores y productores, lobbies del sector de la energía, think- tanks , agencias de inteligencia, instituciones financieras internacionales, agencias de desarrollo y ONG llevan algo más de una década advirtiendo, desde diversos enfoques, sobre la importancia que el oro negro revestiría para África en el futuro. Y el futuro ya ha llegado. Argelia, Libia, Guinea Ecuatorial, Santo Tomé y Príncipe, Gabón, Congo Brazaville, Angola y Nigeria son algunas de las economías africanas que han experimentado un crecimiento exponencial de sus exportaciones de crudo en ese periodo. Otros países, como Ghana, Chad, República Centroafricana, Uganda, Camerún y Sudán, se han visto también inducidos en los últimos años a la concienzuda búsqueda en sus territorios de este recurso, y/o de su “hermano” el gas natural, para nutrir así un mercado internacional con hambre de hidrocarburos. Y es que el continente africano se ha convertido en la nueva frontera de los intereses petroleros y gasísticos mundiales.
Dejando de lado la zona del Magreb y centrándonos en África Subsahariana, el interés internacional alimentado por esta avidez se concentra, sobre todo, en la costa occidental del continente negro, en el Golfo de Guinea, una de las áreas con mayores reservas hidrocarburíferas del mundo. Estados Unidos declaró esta zona, hace ya quince años, como una de sus áreas de interés vital. Algunos países europeos (especialmente Francia y Gran Bretaña, precursores de dicha tendencia, y en menor medida España, Italia y Portugal) y, más recientemente, China, la India y Brasil son algunos de los principales consumidores que siguen la misma línea, lanzándose a la explotación del petróleo y del gas natural de la región. De ahí que podamos afirmar que el llamado triángulo petrolero de África Occidental, que supuso el 9,4 por ciento de las exportaciones mundiales de crudo en el año 2008, se encuentra en el centro de la estrategia de seguridad energética global. Pero ¿cuáles son las consecuencias de este hecho en el escenario regional?
La simple presencia y las actividades de las empresas transnacionales de los hidrocarburos plantean su propio desafío al carácter y la conducta de los Estados productores. Y ponen en riesgo potencial, además, la seguridad humana de las poblaciones situadas en los lugares de extracción; entendido este concepto desarrollado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como la “seguridad contra amenazas crónicas como el hambre, la enfermedad y la represión” y “contra alteraciones súbitas y dolorosas de la vida cotidiana, ya sea en el hogar, en el empleo o en la comunidad”. El interés que me ha movido para abordar este ensayo es, precisamente, tratar de desvelar las conexiones trasnacionales que hacen de la seguridad energética global un reto para la seguridad humana local allí donde estos recursos naturales manan, para, por último, acercarme desde una perspectiva histórica a los impactos y las respuestas sociales que se derivan de este escenario en un lugar geográfico concreto: el Delta del río Níger. Dado que Nigeria, el gigante petrolero de África Subsahariana, es la punta de lanza de la estrategia de seguridad energética puesta en práctica en el Golfo de Guinea, y teniendo en cuenta que su historia política se ha visto marcada de un modo determinante por su riqueza en el recurso energético por antonomasia, el papel del petróleo en la configuración del Estado postcolonial nigeriano, y los impactos derivados del mismo en su principal área productora, el Delta del Níger, serán el objeto de análisis de esta obra.
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