La filosofía feminista y las memorias familiares van de la mano en esta nueva colección de ensayos de Siri Hustvedt, una magistral exploración sobre cómo muchas experiencias que damos por sentadas y que que nos definen como seres humanos no son tan inalterables como pensamos, especialmente las relaciones familiares o entre géneros, los abusos de poder o la influencia del entorno en quiénes somos, profundizando para ello en su propia memoria personal, en sus años de formación y en su experiencia como escritora.
Hustvedt vuelve a hacer gala de un extraordinario don para comunicar y de un conocimiento interdisciplinario en este volumen que se mueve sin esfuerzo entre las historias de su madre, su abuela y su hija pero también por las las de sus "madres artísticas", Jane Austen, Emily Brontë y Lousie Bourgeois, y de ahí hasta conceptos más amplios, como la experiencia de la maternidad en una cultura moldeada por la misoginia y las fantasías de la autoridad paterna. Es, en definitiva, el viaje de una erudita hacia cuestiones urgentes sobre el amor y el odio familiares, el prejuicio y la crueldad humanos y el poder transformador del arte.
Publicaciones, conferencias y fuentes inéditas
«Piedras y cenizas» se publicó en el libro de Heide Hatry Icons in Ash, Station Hill Press, Barrytown (Nueva York), 2017, pp. 243-247.
«Un paseo con mi madre» se escribió en una versión abreviada para Sommar i P1, programa anual de verano del canal radiofónico nacional < https:// sverigesradio .se >, agosto de 2020.
«Los estados de ánimo» apareció con el título «State of Mind: A Mingling» en Granta, n. º 140, 2017, pp. 55-57.
«Fantasmas mentores» se escribió para una colección de ensayos editada por Nancy K. Miller y Tahneer Oksman, Two Way Street: Feminists Reclaim Mentorship, hoy por hoy inédita.
«Fronteras abiertas» es una versión revisada de una conferencia pronunciada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el 2 de diciembre de 2019.
«Apuntes desde Nueva York» se publicó con el título «I Think of the Sirens as New York’s Heartbreaking Music» en Financial TimesMagazine, 24 de abril de 2020.
«Leer en tiempos de pandemia» apareció en Literary Hub como «Fairy Tales and Facts: Siri Hustvedt on How We Read in a Pandemic», 13 de abril de 2020.
«Cuando te conocí, me vi como otra» se escribió para el Tübinger Poetik-Dozentur de 2016, celebrado en la Universidad de Tubinga, Alemania. El texto apareció en el libro Fühlen – Denken – Erinnern: Schreiben zwischen Wissenschaft und Poesie. Tübinger Poetik Dozentur 2016, escrito en colaboración con Vittorio Gallese y editado por Dorothee Kimmich y Alexander Philipp Ostrowicz, Swiridoff, Künselsau (Alemania), 2017.
Una versión anterior de «El futuro de la literatura» se leyó como una conferencia el 5 de septiembre de 2017 en el Litteraturhuset de Oslo, Noruega. Se ha publicado en formato de separata como Siri Hustvedt om Litteraturens Fremtid, Litteraturhuset, Oslo, 2018, y como El poder de la literatura, en edición no venal publicada por Seix Barral, Barcelona, 2019.
«Las variaciones Simbad: Una reflexión sobre el estilo» se publicó como libro con fotografías de Reza Deghati en España, Ocho viajes con Simbad, La Fábrica, Madrid, 2011, y en una edición francesa como Au pays des mille et une nuits, Actes Sud, Arlés, 2011.
«Dejó caer la pluma» apareció como introducción de la novela Persuasión, de Jane Austen, publicada por Folio Society, Londres, 2016.
«Visita a san Francisco» se escribió con el título «Learning to See What Is in Front of Me» como podcast de Meditative Story, una colaboración entre WaitWhat y Thrive Global que se publicó el 2 de diciembre de 2019.
«Ambos/y» es una versión revisada y mucho más extensa de una conferencia pronunciada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York para un acto vespertino: «New Perspectives on Louise Bourgeois: A Conversation with Juliet Mitchell and Siri Hustvedt», 7 de noviembre de 2017.
«¿Qué quiere un hombre?» empezó como una entrada de siete páginas de la palabra misoginia para un diccionario de las pasiones sociales, Passions sociales, editado por Gloria Origgi, Presses Universitaire de France, París, 2019, pp. 401-408.
Tillie
Mi abuela paterna era huraña, gruesa y formidable. Cuando se reía lo hacía a carcajadas, rumiaba por razones que solo ella conocía, aireaba a gritos sus opiniones a veces alarmantes y hablaba un dialecto noruego impenetrable para mí. Aunque nació en Estados Unidos, nunca llegó a dominar el sonido th del inglés y optó por pronunciarlo como una simple t, cambiando la sonoridad de las palabras. Cuando yo era niña, ella tenía el pelo blanco y abundante, y si se lo soltaba, le llegaba casi hasta la cintura. Antes de que yo la conociese, era de color caoba. Con los años empezó a clarear, pero recuerdo mi asombro cuando lo llevaba sin recoger. Eso solo sucedía por la noche, cuando se soltaba el moño frente al espejo brumoso del minúsculo dormitorio húmedo y mohoso de la casa de campo donde vivía con mi abuelo, quien tenía su propia habitación aún más pequeña bajo los aleros en lo alto de la estrecha escalera de madera, un lugar que casi nunca se nos permitía visitar. Una vez suelto el pelo y puesto el camisón, mi abuela se quitaba la dentadura y la dejaba en un vaso junto a la cama, un acto que a mi hermana Liv y a mí nos fascinaba, pues no teníamos ninguna parte del cuerpo que pudiéramos sacarnos por la noche y ponernos de nuevo por la mañana.
De todos modos, la dentadura extraíble solo era una pieza de un ser absolutamente maravilloso aunque a veces intimidante. Nuestra abuela pelaba patatas con un cuchillo de cocina a lo que a mí me parecía la velocidad de la luz, transportaba troncos de la montaña de leña apilada cerca de la casa y abría la pesada puerta del sótano de un solo tirón tan poderoso como el de cualquier hombre para conducirnos al frío y húmedo dominio donde guardaba las conservas en tarros de cristal, en estantes alineados contra las paredes de tierra. Era un lugar que olía a tumba, un pensamiento que podría habérseme ocurrido o no en aquel entonces, pero la expedición siempre iba acompañada de un tufillo de amenaza, de la fantasía de que me dejarían allí abajo con los tarros, las serpientes y los fantasmas envuelta en la negrura.