Río Macayá, PNN Serranía de Chiribiqute. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.
Río Macayá, PNN Serranía de Chiribiqute. Fotografía: Jorge Mario Álvarez Arango.
Valle de los Menhires, PNN Serranía de Chiribiqute. Fotografía: Carlos Castaño-Uribe.
Chiribiquete: más allá del tiempo
GONZALO PÉREZ ROJAS
PRESIDENTE GRUPO SURA
Como un hilo que, al desenredarlo, permite ver y unir retazos sueltos; como una copla que pierde palabras y gana en eternidad después de que la canta el pueblo, diría Facundo Cabral. Entender y difundir el valor del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete es el punto de partida, la razón de este libro. Es cierto, cuidamos aquello que conocemos. Junto a la riqueza natural incuestionable y casi infinita que vemos en las imágenes de guacamayas, ríos de colores y árboles de ramas extendidas, está la visión de comunidades ancestrales que, en la profundidad de la selva, conservan la esencia de la humanidad. Entender esta cultura milenaria, que existe imperturbable en el centro de Colombia y, literal, de la tierra, nos permitirá comprender otras fibras de una América Latina que aún tiene una historia por descubrir y preguntas por resolver.
Conocer la cosmogonía y las historias narradas en los más de 70.000 dibujos encontrados en las paredes de los tepuyes de Chiribiquete es acceder a un conocimiento nuevo y necesario ahora que la humanidad se pregunta por su futuro, después de avances científicos, tecnológicos y modelos de producción en los que la naturaleza ha sido vista más como despensa.
En los símbolos encontrados sobre las rocas, y analizados por los investigadores, vemos el significado de los animales, las creencias de los chamanes, la existencia de lo intangible y visible; a través de ellas también comprendemos mejor el hábitat de estos pueblos peregrinos. Y es ese conocimiento de esta civilización ancestral el que nos lleva a preguntarnos: ¿en qué hemos evolucionado desde el origen?, ¿cómo nos hemos transformado en el exterior? y ¿en qué construimos nuestra identidad?
Con la lectura de estas páginas, que consignan el trabajo de un equipo que lideró Carlos Castaño Uribe, antropólogo y autor de este libro, viajamos a tiempos remotos, cuando los humanos estábamos en equilibrio con la naturaleza y encontrábamos un mensaje en el cauce del río, el vuelo de las guacamayas o las constelaciones de estrellas en la bóveda celeste. Mientras hacemos ese viaje también somos conscientes de que aunque cada ser es único e irrepetible, al final somos solo una brizna en el curso del tiempo. O, como dijo Carl Sagan, en referencia a la Tierra: desde el espacio, somos «un punto azul pálido».
A medida que leemos y apreciamos las fotografías de este lugar declarado parque nacional en 1989, también reconocemos la humildad dentro de la inmensidad y entendemos que somos una consecuencia milenaria, el resultado de muchas historias que ocurrieron detrás. Conocer la vida de las comunidades indígenas y ver sus expresiones pictóricas nos enfrenta a un espejo con un reflejo diferente a nosotros mismos que, de nuevo, nos lleva a preguntar: ¿vivimos mejor que antes?, ¿qué podemos aprender de estas civilizaciones?, ¿qué significa la vida en comunidad?, ¿hemos perdido o ganado en armonía? Resolver estos interrogantes y conocer la historia es no quedarse atrapado en el presente. De eso también se trata este viaje a través de Chiribiquete: volvemos a pensar en el sentido de nuestra vida y también nos preparamos para el futuro.
Este libro nos permite visitar un territorio que la mayoría de nosotros no tocará ni pisará en su vida. Así se ha decidido para respetar los ritmos de la naturaleza y evitar la deforestación, el turismo o la contaminación. La falta de una presencia física no será un obstáculo para conocer este lugar donde la sabiduría de la naturaleza y las personas se unen y es posible comprobar que todos somos parte de lo mismo y tenemos más semejanzas que diferencias.
Cuando el lector empiece esta expedición, vivirá dentro de un paisaje que es refugio, abundancia, patrimonio, silencio o ruido de pájaros y ríos. Y, probablemente, al concluir descubrirá que su mirada sobre el mundo no es la misma porque tendrá otras preguntas, decisiones o ideas sobre las personas, el ambiente o la sabiduría ancestral que ahí se cuenta. Tal vez también entienda que somos una mezcla de opuestos: día-noche, luz-oscuridad, abundancia-escasez; calma-agitación. Y es esa suma de contrastes la que permitirá entender las ideas, respetar las comunidades y cuidar los Chiribiquetes desconocidos y por venir.
La publicación de esta edición digital complementa las impresas del libro Chiribiquete: la maloka cósmica de los hombres jaguar. De esta forma, SURA renueva y afirma su compromiso histórico con la promoción del arte, la cultura y las expresiones creativas. En esta oportunidad, el turno es para la naturaleza y el arte de las comunidades indígenas milenarias que dejan sus creaciones y mensajes sobre las rocas de la serranía. Reconocer la cultura asociada al paisaje de Chiribiquete es tocar el fondo de nuestra identidad histórica, es descender hasta las profundidades de un río caudaloso.