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Siempre quisiste que escribiera un libro. Este es para vos, Papi.
Prólogo
Cuando Dafna me pidió le prologara su libro, antes de leer sus textos vi el título: Cómo rompimos el mundo (y cómo podemos arreglarlo) y no lo dudé. La sigo en sus redes sociales hace tiempo y como ecóloga soy una admiradora de su trabajo, especialmente porque ella no proviene originariamente “del palo” de la ecología por sus estudios universitarios. Sin embargo, he sido testigo de su curiosidad por tener una vida más sustentable desde el punto de vista ambiental, y no sólo eso, sino ser muy capaz de transmitirlo con eficiencia e idoneidad, a tal punto de convertirse en una de las influencers favoritas de todo el espectro de público al que llega (incluyéndome a mí).
El libro está inteligentemente estructurado en tres partes. La primera versa en sus dos capítulos del poco tiempo que tenemos antes de tocar el tipping point , como le llamamos los especialistas, al “punto de no retorno” por las consecuencias del impacto ambiental que generamos como especie humana antes de alcanzar la sexta extinción masiva. Al final, después de una breve reseña de cómo llegamos hasta acá, esboza algo que desarrolla más adelante, cómo podemos cambiar ese rumbo hacia una potencial catástrofe.
La segunda parte tiene siete capítulos con contenido muy diverso pero igualmente valioso. Dafna se va adentrando de a poco en qué podemos hacer para revertir la tendencia espantosa de ruina hacia la cual nos dirigimos, sin prisa pero sin pausa. Sus líneas enseñan cómo deconstruir nuestro consumo enmascarado y convertirnos en consumidores responsables, enfocándonos en la idea de que el mejor residuo es el que no se genera, y haciendo hincapié en lo que no solemos ver al descartar la basura. Luego dedicó unos capítulos al tipo de alimentación y al problema de la “moda rápida” y su obsolescencia percibida, explicando en detalle qué ver a la hora de comprar nuestra indumentaria para no seguir impactando nuestro planeta. Y, como si fuera poco, también dedica un importante espacio a los cosméticos y sus tóxicos históricos.
Para finalizar esta segunda parte, Dafna se enfoca en los aparatos electrónicos, cómo valorar sus componentes y por qué rechazar la obsolescencia programada que tanto daño ambiental produjo por su acumulación a lo largo de décadas. Es importante tener en cuenta que el modelo de producción lineal, además de generar residuos, efluentes tóxicos y subproductos no deseados, propició durante siglos la externalización de costos hacia regiones pobres de la Tierra, en beneficio de las ricas. Estas externalidades condujeron a la devastación de recursos naturales y a graves daños en la salud de trabajadores empleados prácticamente como mano esclava. Un cambio hacia la producción circular recuperaría los materiales de descarte y priorizaría el comercio justo en las comunidades involucradas. Dafna finalmente termina este segundo tramo de su libro proponiendo cambios en nuestra movilidad para hacerla más ambientalmente amigable.
La tercera y última parte tiene dos capítulos “muy jugosos” —me atrevería a calificar—, porque invita a sumarse a los cambios positivos que Dafna propone, y da pautas para poder convertirnos en hacedores de círculos virtuosos, con acciones individuales y, a la vez, regulación de los Estados a través de políticas públicas activas. Sin duda muchos de nuestros hábitos deben ser modificados y eso genera inercia, resistencia al cambio, pero la autora de este libro, con hábil pluma, conduce magistralmente en esa dirección. Es un volumen que invita a ser leído y que fuertemente recomiendo.
IRENE WAIS
Profesora universitaria de grado y posgrado, bióloga por la Universidad de Buenos Aires, ecóloga por la Oregon State University, EE. UU. y Posgrado Internacional en Evaluación de Impactos Ambientales, Universidad Nacional Autónoma de México.
Introducción.
Por qué este libro
Hoy, como humanidad, tenemos muchísimos conocimientos y entendimiento sobre los ecosistemas naturales. Tenemos cada vez más información y a veces nos indignamos cuando contrastamos lo que se sabe con lo que se hace para evitar perjudicar al planeta. Quizás nos sirva entender un poco la evolución histórica de nuestro conocimiento sobre la naturaleza, o quizás no; al fin y al cabo, los pueblos originarios no necesitaban entender científicamente cómo funcionaba la naturaleza para entender su importancia, respetarla y cuidarla. Pero si hoy no podemos resolver ciertos conflictos, quizás sirva entender al menos cómo llegamos a ellos. Y junto con entenderlos, formularnos una pregunta, que es la que viene a compartir este libro: ¿y yo, qué hago?
Este no es el primer libro sobre ambiente, cambio climático ni reciclado que existe, y yo no escribo desde el lugar de quienes generan el conocimiento técnico y científico, pero sí lo hago desde la experiencia de haber trabajado una década intentando mejorar la problemática de los residuos. Escribo como una activista y comunicadora con mucha sed de conocimiento y curiosidad que tiene la enorme fortuna de vivir en esta era, en la que tenemos acceso a la información en la punta de nuestros dedos. Escribo con la convicción de que siempre podemos formarnos y estudiar lo que queramos, de muchas maneras y sin límites de edad.
Este libro tampoco es un paper científico ni un nuevo tratado de política internacional. No va a decir nada nuevo para algunos, pero quizás muchos encuentren un todo nuevo. Con este libro pretendo, quizás, resumir y divulgar el estado de las cosas tal como las conocemos hoy. Lo que pasa, lo que podemos hacer como individuos para reducir el impacto de nuestro paso por el mundo, y los cambios que necesitamos generar como humanidad para intentar sobrevivir en un planeta habitable por muchos años más.
Parto de muchas experiencias para escribirlo, pero de una en particular. Hace un tiempo, entré en una librería de Buenos Aires y pregunté por un libro “sobre residuos”: “¡Ah, sobre reciclado!”, dijo la vendedora, y se orientó a paso rápido a la sección de niños para mostrarme libros infantiles sobre el reciclado, de 20 páginas y con casi la totalidad de cada página ocupada por pura ilustración. Le respondí que no buscaba libros para chicos, sino un libro para adultos que hablara sobre residuos. “Mmmm, no, no hay”, me respondió. Pero sí que hay, claro. Hace un par de años ya hay varios libros sobre zerowaste en inglés y algunos en español, en España. Pero la realidad es que las problemáticas ambientales en América Latina son distintas a las europeas. No podemos entender ni solucionar nuestros problemas tratando de estudiar los problemas que ocurren del otro lado del océano Atlántico, porque no nos pasan las mismas cosas. Y desde ya que la problemática ambiental no se reduce solo a los residuos, aunque sea la puerta de entrada para muchos de nosotros.